El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) presentará al Parlamento un proyecto de ley a través del cual creará el Fondo para el Clima y la Naturaleza, un instrumento que financiará acciones ambientales y climáticas de empresas y productores uruguayos que tengan como foco el desarrollo sostenible. El fondo será presentado por la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche la próxima semana, durante su participación en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) en Azerbaiyán.
La particularidad que tendrá este fondo es que además habilitará la posibilidad de recibir fondos del exterior, principalmente donaciones de países desarrollados, aunque también de los organismos multilaterales.
Según explicó a El Observador, Juan Labat, asesor ambiental del MEF, como mínimo el fondo podría recaudar unos US$ 50 millones, los cuales serán luego volcados a proyectos sostenibles que se lleven adelante en el país.
"El bono BIIC y el préstamo con el BM, permitirían tener ahorros potenciales que superan los US$ 50 millones en toda la vida de estos instrumentos. Si bien es un desafío cumplir con los objetivos ambiciosos que se plantean en ambos instrumentos, esperamos que ese sea el monto del fondo, como piso. Ojalá que sea mucho más", indicó Labat.
El objetivo de este instrumento es canalizar el dinero hacia acciones concretas en el territorio nacional y dárselo a aquellos productores y empresas que hayan contribuido a alcanzar los logros ambientales con los que se comprometió el país.
En el caso del BIIC, Uruguay se propuso dos objetivos a 2025: reducir en al menos 50% la intensidad de emisión de gases de efecto invernadero por unidad real del Producto Interno Bruto (PIB), con respecto a la referencia de 1990; y mantener al menos el 100% del área de bosque nativo frente a 2012. En tanto, el préstamo con el BM por US$ 350 millones, podría implicar una reducción de hasta US$ 12,5 millones en sus intereses si Uruguay logra una disminución verificable de intensidad de las emisiones de gas metano del sector ganadero.
Además del MEF, la gobernanza estará a cargo de los Ministerios que han participado en los instrumentos financieros ambientales: Ganadería, Agricultura y Pesca; Ambiente; e Industria. Estos serán los encargados de definir a qué proyectos se destinarán los fondos.
"Cerrar un círculo virtuoso", el objetivo del MEF
De acuerdo con Labat, el fondo busca "cerrar un círculo virtuoso" que comenzó con la adopción de compromisos ambientales, la fijación de objetivos, el establecimiento de incentivos económicos atados al cumplimiento de esas metas y posteriormente, que ese dinero que recibe el país a modo de "premio", se recanalice hacia los proyectos sostenibles que permitieron alcanzar esos logros.
"Si en el bono pusimos objetivos sobre bosque nativo, vamos a intentar que esos fondos se canalicen hacia proyectos que tengan como foco la conservación del bosque nativo y la biodiversidad. Si nos embarcamos en un préstamo con el BM y la lupa la pusimos en reducir las emisiones de metano en la producción de carne, entonces redirigiremos esos ahorros a ese tipo de ganaderos sostenibles que están logrando cumplir esa meta. Es muy ambicioso, estamos yendo un paso más allá", indicó el asesor ambiental del MEF.
La creación del fondo le dará una nueva forma jurídica y trazabilidad a un dinero que hoy queda en Rentas Generales y que por tanto, depende de cada administración si quiere dotarlo de más o menos recursos. "La idea es que quede acreditado en una ley que los dineros que provengan de allí vayan sí o sí a ese fondo", dijo Labat.
El llamado a los desarrollados y la captación de donaciones que buscará el MEF
La próxima semana, Arbeleche viajará a Bakú, la capital de Azerbaiyán para participar de la COP29. Lo hará junto a Labat y una delegación conformada por los ministros de Ganadería, Fernando Mattos; Industria, Elisa Facio; y autoridades de Ambiente y Cancillería.
Uno de los objetivos del MEF en la COP29 es presentar este fondo y hacer el llamado a que los países desarrollados puedan donar recursos a Uruguay para continuar con el financiamiento de proyectos sostenibles. Esta propuesta va en línea con la postura de Arbeleche de que haya una distinción y diferentes grados de responsabilidad entre los países desarrollados y los emergentes o los que están camino al desarrollo, una idea que ha reiterado en varias ocasiones a lo largo de esta administración.
De hecho, el préstamo con el BM contempla justamente esa propuesta y habilita a que los intereses que se paguen de menos (si se cumple la meta ambiental), sea cubierto por países desarrollados. "La responsabilidad (de financiar el combate al cambio climático) es diferente para los países desarrollados que para los que nos estamos desarrollando", dijo la ministra días atrás al participar de la Conferencia Regional para la Transformación Sostenible de la Ganadería en América Latina y el Caribe en Punta del Este.
Uno de los tres objetivos del Acuerdo de París es la movilización de financiamiento para el combate al cambio climático que estableció que los desarrollados serán los responsables de movilizar fondos a los emergentes. Esa puede ser, según Labat, la principal motivación para que Uruguay logre captar donaciones extranjeras.
"Si un país desarrollado coloca plata en este fondo, seguro que se la podrá computar como parte de ese financiamiento, porque lo que tiene de bueno esto es que va a tener su forma jurídica específica, es decir que dará a esos países mucha certeza, algo típico de Uruguay", indicó Labat.
En esa línea, destacó que en Uruguay hay buena trazabilidad para poder certificar qué destino tuvieron los recursos económicos donados por los países. "Generalmente, en Uruguay podemos hacer el trackeo. Podemos asegurarle al país que haya dado el dinero, que el dólar que puso en el fondo fue destinado a tal o cual proyecto y tuvo tal beneficio e impacto. Eso se puede hacer en ganadería, en energías renovables o en biodiversidad. Tenemos esa capacidad generada y es una fortaleza", concluyó el asesor ambiental.