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10 de agosto 2024 - 5:00hs

Cuando tenía 14 años, Alfredo Amarillo era lateral izquierdo en el Unión Vecinal, en la Extra, una divisional de rompe y raja en el fútbol uruguayo de la década de la década de 1960. En un partido lo vio jugar Washington "Pulpa" Etchamendy y le dijo que fuera a entrenar en la Quinta división de Nacional.

Comenzó así una vida de película para aquel adolescente que soñaba con convertirse en futbolista. Fue compañero en Los Céspedes de una generación maravillosa de jugadores, campeones de la primera Copa Libertadores y Copa Intercontinental que obtuvo Nacional en 1971. Ahí estaban Manga, Ancheta, Espárrago, Cubilla, Artime, Morales... una pléyade de estrellas.

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Barcelona: Parados, Mora, Ramos, Neeskens, Amarillo, Costas, Migueli; agachados, Rexach, Asensi, Cruyff, Sotil y Clares

Barcelona: Parados, Mora, Ramos, Neeskens, Amarillo, Costas, Migueli; agachados, Rexach, Asensi, Cruyff, Sotil y Clares

Antes de cumplir 20 años lo contrató Real Valladolid de España y a los 23, fue transferido al Barcelona. Era mediados de la década de 1970 y el técnico del Barza era Rinus Mitchell, entrenador de la Naranja Mecánica de 1974, y jugaban Johan Cruyff y Johan Neeskens, integrantes de aquella selección holandesa que deslumbró al mundo.

Amarillo marcó un gol contra Valencia que fue elegido el mejor del año por Eurovisión. Ladislao Kubala lo invitó a jugar en la selección española, pero a último momento surgió un inconveniente. Terminó su carrera en Danubio y después de diferentes tareas alejado del fútbol, desde hace siete años vive en el balneario San Luis, donde se dedica a cortar el pasto.

Del corazón de La Rinconada al mundo

Amarillo nació el barrio Buceo, en Ramón Anador y Lyon, el corazón de La Rinconada, cómo él define a la zona del equipo de baby fútbol donde se inició a los 9 años. En esa época el fútbol de gurises se dividía en cebollas, baby y cadetes. "No había tantas categorías como después, que se agregaron abejas, preabejas, gorriones, churrinches", recordó durante la charla con Referí.

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Amarillo, al medio, en La Rinconada

Amarillo, al medio, en La Rinconada

Integró una selección de baby fútbol dirigida por el profesor César Santos, quien años más adelante lideró la exitosa escuelita de Defensor. En ese tiempo, Santos era el entrenador de El Parque, donde jugaba Jorge Armúa, repasó Amarillo.

Con aquel equipo viajaron a Buenos Aires, donde jugaron 17 partidos, de los que ganaron 14 y empataron tres. Regresaron invictos a Montevideo. Amarillo compartió aquella selección con Rafael Perrone, luego futbolista y entrenador de Danubio, padre del exfutbolista Diego Perrone y suegro del Chino Álvaro Recoba.

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La selección de baby dirigida por César Santos. El segundo de los agachados es Rafa Perrone y el penúltimo Alfredo Amarillo.

La selección de baby dirigida por César Santos. El segundo de los agachados es Rafa Perrone y el penúltimo Alfredo Amarillo.

Con 14 años se fue a jugar al Unión Vecinal de la divisional Extra. Disputó seis o siete partidos. "Me sacaron porque decían que me iban a matar en la Extra. Eran hombres. Yo tenía 14 y jugaba contra gente de 28, 30, 30 y pico. Estaba bravo. Pero jugué. Debuté contra Marconi en la cancha de La Luz. Y después jugué contra San Borja, el Celta, Iriarte y después El Amanecer", detalló.

A Nacional, recomendado por Etchamendy

De ahí pasó a la Quinta división de Nacional. El que lo vio jugar y lo invitó a entrenar en el Parque Central fue una gloria tricolor: Washigton "Pulpa" Etchamendi, tricampeón Uruguayo (1970, 1971 y 1972), campeón de la Copa Libertadores y de la Copa Intercontinental 1971 como DT de Nacional.

"El Pulpa estaba mirando un partido, no me acuerdo en que cancha, y me vio jugar. Después me dijo que me presentara en el Parque Central con el entrenador de la Quinta división, que era Julio San Vicente. Me presenté ahí, me preguntó quién era, le dije que me había mandado el Pulpa Etchamendy, y ahí me dijo que me vistiera. Practiqué y quedé".

Se fichó y a jugar. Dos años en Quinta división y un año en Cuarta con Juan Carlos Taibo. Se saltó la Tercera división para jugar directamente en la Reserva. "En un partido me pusieron en la Reserva, donde jugaban Pedro Álvarez, Telmo Blanco, Jorge Paz, que era el hijo del entrenador que teníamos, Aníbal Paz, Salvador Picó, Memo Lavié, Luis Caltieri, El Mudo Ferreira... y del primer equipo bajaban, Manolo Sierra, Martirena, Duarte, Ramos...".

Una época donde abundaban los buenos futbolistas. "Tenía como cinco o seis centrojás (volante central). Empezando por Montero Castillo, siguiendo por Duarte, el Flaco Ramos, Martirena, Carlos Paz, Manolo Sierra. Ahí ya te he nombrado seis", dijo Amarillo.

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En esa categoría "se entreveró", como dijo él, hasta que fue ascendido al plantel principal, dirigido por el Pulpa Etchamendy, a finales de 1960 y principio de 1970. Compartió en Los Céspedes con Luis Cubilla, Luis Artime, Ildo Maneiro, Víctor Espárrago, Julio César Morales, Peta Ubiña, Juan Martín Mugica, Ancheta, Maskik... Integró la lista de jugadores para la final de la Copa Intercontinental contra el Panathinaikos.

Visto desde la lejanía del tiempo, un sueño para cualquiera, pero Amarillo lo describió como una situación normal: "Uno se acostumbra porque en el día a día, viste como es... Yo no tenía locomoción, siempre alguno me arrimaba, me traía para Montevideo desde la entrada de Los Céspedes. Algunos me dejaban a dos cuadras de mi casa porque vivían en Pocitos, entonces venían por Centenario, agarraban Propios, Presidente Oribe y cortaban para Pocitos. Yo me bajaba en Ramón Anador y Presidente Oribe".

Uno de los que más lo llevaba era el Pocho Brunel, que vivía en Luis Alberto de Herrera, "pasando el shopping", que en esa época no existía. También Juan Carlos Blanco, "que vivía en Ramón Anador y Maipú, allá abajo. Y el Chueco Masnik, que vivía en Lamas. Y todos pasaban por ahí".

Cuando no conseguía chofer en la puerta del entrenamiento, se tomaba el 145 hasta Centenario y Propios. "Si enganchabas alguno que pasaba, te llevaba. Y si no, me tomaba el 330. En aquellos tiempos uno no tenía para comprar una locomoción, ¿viste?".

Los centros de Amarillo, a la cabeza del goleador

De su memoria surge el debut en Primera división. "Fue en el Estadio Centenario en un partido contra Cerro. Iban 0-0 y entré a jugar cuando empezaba el segundo tiempo. Sacaron a Mugica y entré yo. Faltaban 15 minutos, me dan la pelota por la banda, me fui, me fui, me fui, me fui, me fui, levanté un centro y justo se la puse en la cabeza a Luis Artime; hizo el gol y ganamos un 1-0".

"El debut fue buenísimo. Después jugué tres, cuatro o cinco partidos más y el Pulpa me puso de puntero izquierdo, porque habían vendido al Cascarilla Morales para Austria y a Mugica para Francia. Entonces jugó Cánepa de jas (lateral) izquierdo y como habían vendido el Cascarilla me metieron a mi de puntero izquierdo. En ese partido también, levanté 4 centros e hizo 3 goles el Palo Mameli", recordó.

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Camacho, de Real Madrid, es amonestado tras una falta a Amarillo, de Barcelona

Camacho, de Real Madrid, es amonestado tras una falta a Amarillo, de Barcelona

Amarillo comentó que como técnico, el Pulpa Etchamendy "no tenía mucha inventiva". Era más bien, "un entrenador de la vida. Te miraba y sabía lo que tenías y lo que no tenías. No te decía, vamos a jugar un 4-4-2, 4-3-2, no. Tampoco tenía mucho problemas para hacer el cuadro, siempre era el mismo. Igual que cuando dirigía Máspoli a Peñarol, eran los mismos siempre; Abbadie, Rocha, Silva, Spencer y Joya. Entonces, ¿qué tenés que enseñarles? Nada. Lo que te decía el Pulpa era, 'muchachos, si hacemos dos goles y ellos hacen tres, perdemos eh. Pero el equipo es el mismo del domingo pasado'. Podía variar algún suplente, o había alguno nuevo en la concentración. Es lo que había. Después jugaban, Cubilla, Maneiro, Artime, Espárrago y Morales. De repente salía uno y entraba el Palo Mameli, no había muchas variantes. Los jugadores de antes eran más duros para dejarle el puesto a otro. Jugaban igual con esguince de tobillo".

Integró la lista de la Copa Intercontinental de 1971 contra Panathinaikos, que Nacional logró por primera vez tras el empate 1-1 en Atenas y la victoria 2-1 en el Centenario.

También recuerda Amarillo un partido contra Botafogo por la Copa Libertadores de 1973, en el estadio Maracaná: "Tuve que marcar a Jairzinho, que había jugado el Mundial de 1970; no me fue tan mal, lo pasaron de centrofóbal porque no podía pasarme y entró otro, un tal Edú, ligero, pero me fue bastante bien".

A España, como puntero izquierdo

El Celta de Vigo intentó contratarlo en 1971, pero el Etchamendy no autorizó la transferencia. "Dijo que era muy joven, una promesa de Uruguay. Pero en 1973 vino a Montevideo el Cacho Endériz, porque Valladolid precisaban un puntero izquierdo. Fue aquel partido que te conté, que el Pulpa me puso de puntero izquierdo, levanté tres centros y el Palo Mameli hizo tres goles".

Eso ocurrió el 10 de junio de 1973 contra Rampla Juniors, por la Copa Ciudad de Montevideo.

Endériz había nacido en España y siendo niño se trasladó con su familia a Montevideo. "Vivía en el Parque Batlle, jugó en Central, después se fue a España y jugó en el Valladolid, Zaragoza, Sevilla y Barcelona. Se quedó a vivir en Valladolid y en unas vacaciones le pidieron un puntero izquierdo. Fue al Estadio y me vio".

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Amarillo en Barcelona

Amarillo en Barcelona

Comenzó así el capítulo español en la vida de Alfredo Amarillo, aunque con el paso de los años y la experiencia adquirida, dijo que dio un paso que hoy no daría. "Me fui muy joven. Tenía 19 años. Económicamentea no tenía una base, tenía que haberme quedado tres o cuatro años acá, con 23 años me hubiera hecho una base, comprado una casa, un apartamento y después irme. Pero cuando llegué a España, la prima que ganaba por año, tuve que pedirla adelantada para comprar unos muebles de la casa que alquilé en Valladolid. Después me nacionalicé, me compró el Barcelona y tuve que vender todo y mudarme a Barcelona. Otra vez la misma historia. Porque no te daba lo que vos ganabas para comprar un apartamento. No era ni sombra lo que es ahora. Vender el coche, irme a Barcelona, alquilar, comprar los muebles. Me fui un año en préstamo a Salamanca, lo mismo. Después me compró el Espanyol de Barcelona. Todo lo que ganaba se me iba en alquiler y en compra de muebles. No tenía una base".

Contó que "la única vez que pude comprarme algo fue un ático en Barcelona, a dos cuadras del campo del Barcelona, a pagarlo en 5 años. Cuando me fui a Salamanca lo vendí. Todo mal. Ahora firmás por el Barcelona y en la puerta te espera un Audi. Antes firmabas y tenía que salir a comprarme el coche".

Tres años después de jugar en Valladolid, fue contratado por Barcelona. "Llegás ahí y parece que estás tocando el cielo, porque es todo facilidad lo que tenés. Cuando vas a practicar salís de tu casa con un short, una remera y el neceser, nada más. En el club tenés todo: bata de baño, chancletas, champú, jabón, peluquero. La diferencia es grande".

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El uruguayo con la camiseta del Salamanca

El uruguayo con la camiseta del Salamanca

Cuando llegó a España desde Nacional, sintió también la diferencia, si bien fue a un equipo de Segunda división: "Llegué a Valladolid, era un equipo medio pelo. Un vestuario chico, una bañera, las duchas y nada más. Unos percheros para colgar la ropa. Fui a Barcelona y era impresionante. Cuando firmé y me llevaron a conocer las instalaciones, subí las escaleras del estadio y te asustaba de lo grande que era. Al otro día se jugaba el Gamper, yo no podía jugar y el estadio estaba lleno. Era tremendo".

La figura de Barcelona era el holandés Johan Cruyff, "en ese momento el mejor jugador del mundo". Sin embargo, Amarillo lo recuerda como "un compañero más. Para la gente que no conoce el medio todo es asombroso, pero el que está el día a día, entrenando, es normal. Desayunábamos juntos, eso sí, salía del estadio y se iba a la casa porque no podía andar por Barcelona, era una locura".

Además, en el plantel estaban Neeskens, el argentino Juan Carlos "Milonga" Heredia y el peruano Hugo "Cholo" Sotil.

El gol a Valencia que siempre le recuerdan en Barcelona

En la temporada 1976/1977, Barcelona le ganó 6-1 a Valencia en el Camp Nou. En ese partido, Manolo Clares marcó cinco goles, pero el que recuerdan los culés es el que convirtió Amarillo. Un "gol estratosférico, nunca visto", describieron los diarios.

"El holandés Neeskens, desde el medio del campo, metió el balón para Charly y éste me la pasó estando yo en el vértice del área. Ahí le pegué a la pelota después de acomodar el cuerpo. Entró por el ángulo, en el segundo palo. Fue el cuarto gol. Manolo hizo cinco en ese partido y pasaron desparecibidos. De esas que tirás una vez y te sale; después no te sale nunca más", señaló Amarillo.

Eurovisión eligió ese gol como el mejor de la temporada en Europa.

"Las veces que volví a Barcelona, me invitaron a los 100 años del club y tengo mis dos hijos allá, uno es catalán, la gente en la calle me decía, 'Amarillo, hombre, ostia, el gol que le hiciste al Valencia'. Para mi también fue algo anormal, ver a la gente en el estadio, sacar los pañuelos blancos y corear mi nombre", recordó.

"Yo podría haber sido corresponsal del diario El País. Yo le mandaba cartas desde España a los periodistas Hugo Matteo y Franklin Morales. Les contaba, 'Mameli jugó 15 minutos, le dieron un 3'; 'Espárrago jugó muy bien'; les comentaba cómo les había ido a todos los uruguayos. Era la forma de comunicarse de antes" "Yo podría haber sido corresponsal del diario El País. Yo le mandaba cartas desde España a los periodistas Hugo Matteo y Franklin Morales. Les contaba, 'Mameli jugó 15 minutos, le dieron un 3'; 'Espárrago jugó muy bien'; les comentaba cómo les había ido a todos los uruguayos. Era la forma de comunicarse de antes"

Durante su estancia en Barcelona fue campeón de la Copa del Rey de 1978. Disputó 42 partidos oficiales y marcó tres goles.

Ladislao Kubala lo citó a la selección española

Durante las Eliminatorias para el Mundial de Argentina 1978, Ladislao Kubala convocó a Alfredo Amarillo, quien después no pudo vestir la Roja. La historia, contada por él, es imperdible.

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"Empezaron las Eliminatorias y me iba a ir concentrado para Madrid con la selección de España. Me había citado Kubala, que vivía en Barcelona. Yo frecuentaba una peña que se llama 'La peña solera', de los jugadores de Barcelona. Ahí estaba Gustavo Biosca, back de Barcelona y de la selección española, y fue mi primer entrenador en Valladolid. Él me recomendó a Barcelona. Se juntaban también Luis Suárez (el español), Adolfo Pedernera a tomar una copa y charlar. Yo aparecía de noche y charlaba con ellos. Un día Kubala me dijo, 'te voy a citar a la selección española. Ya te digo que vas a ser titular, Camacho del Madrid de half derecho y vos de half izquierdo'. Llegó el momento y había que ir a concentrar a Madrid. Agarré mi valija, fue al coche que lo tenía en la calle y en ese momento aparece un directivo de Barcelona. 'Nno podés ir', me dijo y me explicó: 'Fuiste internacional amateur con Uruguay en un Preolímpico de Colombia, consta en FIFA y no podés jugar para España".

Espanyol, Toros Neza y Danubio

Después de tres temporadas, la última cedido a préstamo al Salamanca, Amarillo fue transferido al Espanyol; a cambio, Juan Cano López (Canito) pasó a Barcelona.

"En Espanyol se me rompió el ligamento interior derecho. Me operaron y me vine a Montevideo a hacer la recuperación. El cuadro andaba mal, querían traer un centrofobal, Morel, un paraguayo, pero para eso yo tenía que firmar la baja y les pedí que me pagaran todo. Estuve como 9 meses y jugaba en la Liga Palermo", contó.

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Alfredo Amarillo en el Espanyol, marcado por el alemán Stielike

Alfredo Amarillo en el Espanyol, marcado por el alemán Stielike

Luego jugó cuatro meses en el Neza de México. "Volví al Espanyol porque me quedaba un año. Me habían puesto la condición que tenía que jugar fuera de España y en cinco años no podía jugar en el fútbol español. Es que siempre estuvo el runrún de que me quería el Madrid, por eso me pusieron esa traba".

El último equipo en su carrera profesional fue Danubio. "El técnico era Raúl Bentancor, estaba apareciendo Ruben Sosa, estaban Suárez, Rata Dalto, Zeoli, Seré, César Vega, Araña Beltrán, Yeladian, el Tito Rivero. Me retiré con 30 años. No tenía aliciente, motivación. Caí en una época mala de Danubio. Me pidieron una mano, no cobré nada, fui porque el compañero de mi mamá era hincha de Danubio. Del Campo padre no quería hablar conmigo por miedo a lo que yo le fuera a pedir económicamente, entonces me presenté con el compañero de mi madre. Pero ibas al vestuario, todo embarrado, mojados los pisos, no había ropa para practicar, no había agua caliente, eso me desmotivó. De donde venía... jugué cuatro o cinco meses y dejé".

Para no abandonar el vicio, se fue a jugar a la liga del Sauce.

La vida después del fútbol y la pensión del Barcelona

Tras dejar el fútbol estuvo al frente de la cantina en el club Buceo y del Piedra Honda en Av. Rivera y Bustamane. Además, manejó un taxímetro y desde hace siete años vive en San Luis, donde hace jardines. "Empecé con un cuatricilo, ahora tengo una camioneta cerrada".

Durante un año dirigió con un amigo la Sub 19 de San Luis, pero después se desintegró.

Además, a través de la Agrupación de exjugadores de Barcelona, logró una ayuda económica mensual.

"El presidente de la Agrupación jugó conmigo, Juan Manuel Asensi. Ellos prestan ayuda a exjugadores del club que no están en una buena situación económica. No te salva la vida, pero te dan para que sigas teniendo mas o menos el mismo estatus que tenías en Barcelona, de cara a la gente. Tratan de cuidar la imagen, que hayas jugado en el Barcelona y que no estés recogiendo basura de una volqueta", explicó.

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Su vida en San Luis, Canelones, desde hace siete años

Su vida en San Luis, Canelones, desde hace siete años

En su caso, envió una solicitud por escrito con sus argumentos para solicitar la pensión. "Si quisiera entrenar no puedo porque no tengo primer año de liceo para hacer el curso de entrenador. Cuando yo jugaba no daba para estudiar y jugar. Si hubiera querido estudiar en aquellos años no podía, porque practicaba en el Parque Central de mañana y de tarde me llamaban para ir a Los Céspedes. Me dediqué al fútbol. Le expliqué eso al Barcelona y me da una ayuda económica de por vida. No es para que no trabaje, es un complemento para lo que puedas hacer y te ayude a estar bien. Por esa razón, con esto de los pastos me defiendo, tengo mi jubilación y con la ayuda que me da Barcelona, la voy sobrellevando".

No abona alquiler porque vive en la casa de un amigo. A cambio, se hace cargo de la luz, el agua, y de mantener el terreno, que es bastante grande.

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Selección preolímpica de Uruguay dirigida por Roberto Zamora en 1972; abajo a la izquierda está Alfredo Amarillo

Selección preolímpica de Uruguay dirigida por Roberto Zamora en 1972; abajo a la izquierda está Alfredo Amarillo

Trayectoria de Alfredo Amarillo

  • 1969-1973 Nacional
  • 1973-1976 Valladolid
  • 1976-1978 Barcelona
  • 1978/1979 Salamanca (cedido)
  • 1979/1980 Espanyol
  • 1980 Neza de México
  • 1981-1982 Espanyol
  • 1983 Danubio
Temas:

Alfredo Amarillo Johan Cruyff FC Barcelona Nacional

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