La designación de José Luis Elizondo al frente de la Armada Nacional, resuelta en agosto por Yamandú Orsi y Sandra Lazo, estuvo plagada de cuestionamientos e idas y vueltas cuyas consecuencias se extienden hasta estos días.
Porque hubo tres contralmirantes que pidieron pase a retiro (dos ya se efectivizaron) cuestionando la legalidad de la decisión, la cual también fue recurrida por vía administrativa, pero además por la circulación previa de varios documentos con información sobre la carreras de todos los que estaban en condiciones de ascender, y la publicación de opiniones –algunas firmadas y otras anónimas o bajo seudónimo– en foros y medios de prensa.
Esto último es lo que está generando ahora un nuevo conflicto en la interna de la fuerza, ya que los cinco contralmirantes en funciones (Gustavo Luciani, Diego Vizcay, Miguel de Souza, Héctor Magliocca y José Ruiz) reclamaron “por el conducto del mando”, es decir ante el comandante y por transitiva la ministra y el presidente, a un oficial retirado de alta jerarquía por difamación y haber atentado contra la moral de las Fuerzas Armadas.
Los reclamos fueron elevados por separado –para evitar que pudiera interpretarse que se estaban amotinando– y Elizondo las trasladó a Lazo, que aún no las ha tratado, según confirmó El Observador con fuentes militares.
Los contralmirantes se basan en el artículo 143 de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, el cual señala que los militares tienen obligación de dar cuenta ante la presunción de delito.
“Cuando los hechos tienen apariencia delictiva, debe darse cuenta, dentro de las cuarenta y ocho horas, siempre a través del conducto del mando al Mando Superior de las Fuerzas Armadas, el que procederá a informar a la autoridad penal competente”, dice el artículo, que agrega en un segundo inciso que la violación de esa obligación constituye “falta grave”.
En los escritos, los contralmirantes señalan que una publicación en las Cartas al director de Búsqueda firmada por una persona con el seudónimo Almirante Canaris contiene difamaciones, menoscabo al honor y desprestigio de la fuerza porque "ataca" a los contralmirantes.
Detrás del seudónimo
Al haber sido publicada bajo seudónimo, los militares no tenían información acerca de quién estaba detrás de la carta, por lo que antes de elevar el escrito recurrieron a la Justicia para que le exija al medio que informe quién era, según reconstruyó El Observador.
La Justicia falló a su favor y los contralmirantes supieron que quien se había asumido como responsable era el contralmirante retirado Otto Gossweiler.
Gossweiler es un oficial conocido. Pasó a retiro en enero de 2023 y tuvo alta exposición pública el período pasado porque denunció varios hechos de corrupción ocurridos en la fuerza y tuvo grandes diferencias con el almirante Jorge Wilson.
La carta de la polémica se titula “La situación de la Armada Nacional” y fue publicada el 22 de mayo de 2025. Fue enviada luego que Javier García –exministro de Defensa y hoy senador– hiciera un pedido de informes consultando por las demoras en la designación del nuevo almirante de la marina.
En el texto, el Almirante Canaris se muestra crítico de la conducción de García y destaca que Lazo se esté tomando su tiempo para tomar la mejor decisión respecto al futuro.
“En más de una ocasión, la ministra ha manifestado en forma explícita que va a tomarse el tiempo que sea necesario para designar a la persona que entienda sea más adecuada. Esto en particular es entendible si se analizan todas las bochornosas acciones en las que los almirantes candidatos han estado involucrados en el gobierno anterior”, dice en un pasaje, mientras que en otro agrega que “García parece desconocer los rostros de los posibles sucesores, todos ellos fantasmas de su propio pasado ministerial”.
Junto a estas valoraciones, lo que ofendió a los contralmirantes es que en la carta también haga un repaso crítico de la trayectoria de cada uno y que concluya que había una “tenebrosa disponibilidad de contralmirantes en actividad" y que a su juicio todos estaban "inhabilitados de una u otra forma para asumir la enorme responsabilidad de rescatar del naufragio a la Armada Nacional, devolviendo la dignidad a una fuerza que no merece el escarnio a la que fue sometida, no por las actuales autoridades ministeriales, sino por la mafiosa manipulación de las autoridades anteriores”.