La Justicia imputó esta semana al hincha de Nacional acusado de lanzar una bengala náutica desde la tribuna Colombes en el clásico que se llevó adelante en julio de este año, en el Estadio Centenario.
El artefacto impactó en la entrepierna de un efectivo de la Guardia Republicana, que estuvo varias semanas en CTI y se le extirpó uno de sus testículos, además de someterse a una reconstrucción de la uretra. Al joven se lo acusa de un homicidio en grado de tentativa a título de dolo eventual y fue enviado a prisión preventiva hasta el 1° de octubre.
Al comienzo de la audiencia, la fiscal Claudia Amoedo contó que a través de información que surgió de redes sociales, así como imágenes del día del partido y documentos aportados por el Centro de Comando Unificado se pudo “observar al autor de los hechos vistiendo ropas claras y se pudo determinar que en su mano izquierda tenía un anillo con las siglas FS”.
Además, se identificó un tatuaje visible en el antebrazo, cercano a la muñeca. Estos elementos visuales se cotejaron con otras bases que tiene la Policía durante un partido de basquetbol entre Nacional y Aguada en junio de este año.
Ese día el imputado se mostró con otro delincuente, que fue condenado esta semana por un delito de daño especialmente agravado por romper las cámaras del Ministerio del Interior. Estos hechos por los que se dio la sentencia ocurrieron en los festejos del aniversario de Nacional, el 14 de mayo.
El condenado utilizó una campera gris, que fue encontrada en un allanamiento hecho en la casa.
“Él manifiesta que la llevó al partido (el clásico), que se la quitó, la dejó en el piso observando que era de otra persona que él no quiso identificar. Esa campera fue derivada a Policía Científica para ser periciada”, añadió la fiscal durante la audiencia.
Estos estudios determinaron que el ADN fuera coincidente con el del imputado, cuyas iniciales coinciden con las del anillo que llevaba el joven, según mostraron las imágenes de la Policía.
“El imputado adquirió entradas para el clásico el día 6/7 para acceder a la puerta 21 de la tribuna Colombes”, sostuvo Amoedo y añadió que se lo ve también con banderas que luego fueron ingresadas al Estadio de Centenario.
Ya dentro de la Colombes, al acusado fue captado por las cámaras con varias personas que están vinculadas a la facción Sub21 que está dentro de La Banda del Parque. Este subgrupo dentro de la barra brava también se denomina como “los quemadores de Nacional”.
“A lo largo de su permanencia, realiza varios cambios de indumentaria. Entre ellas, la campera gris. Aparece de una forma al momento de ingresar, minutos después vestido de otra forma. A pesar de ese camuflaje se logró determinar elementos distintivos cuando fue periciada (la campera gris)”, explicó Amoedo.
Sobre dicha prenda de vestir había “gotas de sangre” que pertenecen al imputado y otros elementos químicos que corresponden a los que forman una bengala náutica.
El celular perdido y la barra financiada
Al argumentar la prisión preventiva contra el joven, Amoedo aseguró que había riesgo de que la investigación se viera afectada. El condenado por romper las cámaras del Ministerio del Interior, cuya casa fue allanada y se encontró la campera gris, aseguró ante la Fiscalía que le “llegó la información de que iba a hacer allanado”.
“No sabemos de qué forma, pero lo primero que hace es descartar un celular. Nosotros le preguntamos por qué, dice que él está en contacto con gente de la cárcel y que no quería complicar a más gente”, añadió Amoedo.
El condenado, que está en la lista negra de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), ingresaba a la cancha. Para entrar a los estadios dijo que lo hacían “con cédulas de otras personas y que cuando la Republicana los va a revisar, ellos bajan la cabeza para que la cámara no los registre”.
Cuando el hombre se enteró de que le iban a hacer un allanamiento, dejó el celular tirado en la casa de la novia, una menor de 15 años que también es parte de la barra brava de Nacional, según Amoedo.
“Los padres de la niña querían colaborar, pero no se pudo encontrar el celular. Si esto no es obstaculizar la investigación…”, insistió la fiscal.
Sobre el riesgo de fuga del imputado, Amoedo aseguró que las barras bravas “están sostenidas desde el exterior”.
“Nosotros sabemos, en virtud de un testigo reservado, que hay personas que están privadas de libertad en Argentina y están vinculadas a la barra de Nacional, y están subvencionando a la barra en Uruguay”, explicó.
El imputado ya había estado privado de libertad, dado que hace algunos meses fue condenado por una rapiña a mano armada para robar una bandera de Peñarol. “Ni siquiera le valió cumplir dos años y pocos meses en la cárcel porque su conducta violenta continuó”, insistió.
Hace algunos meses, Alan Lorenzo fue enviado a prisión en Argentina luego de que se supiera que él, junto a otros delincuentes, habían hecho un túnel de más de 150 metros para robar el Banco Macro.
Esto provocó que parte de la hinchada tricolor quedara sin uno de sus líderes, sumado a que otros de los principales barras han fallecido en asesinatos.