La investigación que se inició luego de que el Banco Central suspendió definitivamente a Grupo Bursátil Uruguayo (GBU) Sociedad de Bolsa S.A. sigue avanzando con nuevas revelaciones. Según consta en un informe que días atrás la Fiscalía de Delitos Económicos, a cargo de Gilberto Rodríguez, recibió de la Superintendencia de Servicios Financieros un informe que revela nuevos elementos que confirman la conducta delictiva del contador Álvaro Correa, de la que también surgen involucrados familiares del titular de GBU.
El BCU, la justicia de familia y los herederos de una mujer sin hijos de 80 años que había sido declarada incapaz y tenía un patrimonio de unos US$ 90 millones, denunciaron a la Fiscalía la desaparición de parte de su patrimonio -unos US$ 40 millones- por parte de Correa a través de GBU por medio de distintas maniobras.
En un primer informe que el BCU entregó a la fiscalía en marzo dio cuenta de que “GBU habría transformado con premeditación, para una clienta declarada incapaz de 80 años (única accionista de Gorriti S.A.), una inversión segura, sencilla y rentable por US$ 33 millones, en un producto sofisticado, riesgoso e ilíquido, con probabilidad de pérdida total del capital invertido y cuyo beneficiario final era el Cr. Correa”.
Se advertía que no se había podido determinar el destino de US$ 21.500.000 que habían salido de la cuenta de Gorriti S.A. El informe señalaba que la cartera de Gorriti S.A. había estado conformada por valores considerados de riesgo bajo (al principio cumpliendo la orden judicial Bonos del Estado uruguayo y luego - apartándose de la venia judicial- “bonos del gobierno de Estados Unidos”) pero se señalaba la sospecha de que esos valores “nunca” hubieran ingresado efectivamente a la cuenta de Gorriti S.A. y que la “sustracción” habría sido realizada en el año 2019.
En mayo el BCU amplió la información a la fiscalía tras constatar que “los estados de cuenta de Gorriti S.A. no reflejaban la verdadera situación de las inversiones realizadas”.
Del análisis de la cuenta de Gorriti S.A. desde febrero de 2019 en adelante, surgió que al vender los bonos globales uruguayos, se ingresaron “unas supuestas notas del tesoro americano (emitidas por el Gobierno de Estados Unidos de América), pero que, en realidad, eran unos productos estructurados suizos de bajo valor efectivo (de mercado), con vencimientos en los años 2023 y 2024, que en realidad habían sido adquiridos para otro cliente”.
“Con el producido de la venta de los bonos globales, en junio de 2019 efectivamente se compraron Notas de Tesorería del Gobierno de Estados Unidos de América (denominados “Treasuries”), con plazos para su vencimiento muy cortos, pero esas Notas de Tesorería NUNCA aparecieron en el estado de cuenta de Gorriti S.A.”, señala el BCU.
Utilización de fondos de otros clientes
Tras analizar el destino de estos “Treasuries” americanos, se comprobó que al vencimiento de esos instrumentos, por un total de U$S 21.150.000, fueron distribuidos en varias cuentas en junio de 2019, entre las que se destacan una a nombre de Álvaro Correa y María Luisa Reyes de Lestido (accionistas de GBU; la Sra Reyes falleció y su lugar como accionista actualmente lo ocupa su hija, Cristina Lestido) por un total de U$S 2.495.803; otra cuenta a nombre de Álvaro Correa por un total de U$S 329.004.
Los movimientos fueron realizados por Gonzalo Correa, hijo del titular de GBU. El resto de los fondos fueron asignados a más de 100 cuentas distintas. Se indentificaron seis cuentas a las que se asignó mayor cantidad de las mencionadas Notas de “Treasuries”. Se aclara que “no se puede constatar determinar si los titulares de estas cuentas estaban involucrados o no en la maniobra realizada a Gorriti S.A.”
“No se pudo determinar si los titulares de las cuentas están involucrados o no en la maniobra en tanto no se ha podido constatar aún cual fue la información que les fuera proporcionada oportunamente, pero sin dudas se vuelcan fondos propiedad de Gorriti S.A. a varias cuentas y se retiran instrumentos cuyo valor o exposición no era la correcta”, sostiene el BCU.
20250324 Fachada del Banco Central del Uruguay, BCU.
Foto: Inés Guimaraens
Una explicación posible para esto que encuentra la Superintendencia, es que, cuando GBU compró estos productos estructurados para estos clientes, haya salido de las cuentas de estos clientes, efectivo o valores equivalentes al valor nominal de los productos estructurados, y que GBU y/o Álvaro Correa o Álvaro Correa con otros, se haya apropiado de la diferencia. "Esta maniobra fácilmente quedaría al descubierto al vencimiento de dichos productos, pero al sustituir los productos estructurados por los “Treasuries” adquiridos con el producido de la venta de los bonos de Gorriti S.A., evitaron que los clientes la detectaran", evaluó el informe.
Ello significa que pueden "haber existido maniobras dolosas con otros clientes" y para comprobarlo será necesario analizar, al menos para una muestra de clientes, los movimientos de sus estados de cuenta de efectivo y valores previos a mayo 2019, señala el BCU.
Fondos de clientes para inversiones propias y otras irregularidades
Del análisis de la cuenta a nombre de Álvaro Correa y María Luisa Reyes, surge que desde diciembre 2017 a febrero de 2019, presentó saldos negativos muy relevantes, por ejemplo, de hasta U$S 6.374.785 el día 13 de diciembre de 2018.
“Al operar esta cuenta través de la cuenta ómnibus donde únicamente se operan valores de los clientes de GBU, esto significa que los accionistas de GBU utilizaron fondos de sus clientes para inversiones propias, lo que constituye un grave incumplimiento” a la ley de regulación del Mercado de Valores.
El saldo de esta cuenta fue transferido el 22 de mayo a otra cuenta a nombre también de Álvaro Correa y María Luisa Reyes, la cual también tuvo en numerosos períodos saldos negativos.
“Estos saldos negativos se volvían positivos (es decir, se producía una suerte de “ocultamiento” de esta operativa deficitaria con valores y dinero de clientes) cuando ingresaban los “Treasuries” adquiridos con el producido de la venta de los bonos globales de Gorriti S.A., o sea, se usaron los fondos de Gorriti S.A. para corregir el sobregiro que la cuenta de los accionistas tenía en la cuenta ómnibus”, informa el BCU.
Otra irregularidad detectada es la aparente falsificación del “Tracker on Forestal International” colocado a Gorriti S.A.
El BCU informó que la Superintendencia de Servicios Financieros y la Interventora de GBU, Ana Chaves, mantuvieron una reunión virtual con personal de la empresa GenTwo AG4 de Suiza en mayo pasado, en la que representantes de la firma les confirmaron que el producto efectivamente existía y se encontraba registrado en Suiza, pero que no existía ningún “Tracker” cuyos términos y condiciones se encontraran redactados en español, como surge de la carpeta de Gorriti S.A..
Al comparar los documentos remitidos por GenTwo con los proporcionados por Correa, que son los que se encuentran en la carpeta de Gorriti S.A. en GBU, se advirtió que estaban redactados en inglés y que los montos difieren. "Mientras que el documento proporcionado por el Cr. Correa establece que la emisión es por U$S 33 millones, el enviado por GenTwo establece que la emisión es por US$ 11.483.340", señala el BCU.
Con los nuevos datos se espera que la fiscalía pueda avanzar en la investigación, requerir más información al Banco Central y fijar nuevas citaciones en el caso por el que son indagados hasta el momento, Correa, la contadora Belén Cafasso, quien trabajó con Correa en las inversiones de Gorriti SA y el abogado José Luis Zabaleta, curador de Gianoli. Estos dos últimos figuraban además como integrantes del directorio de la empresa Gorriti.