El senador perteneciente al Movimiento de Participación Popular (MPP) del Frente Amplio, Daniel Caggiani, criticó este miércoles el despliegue militar de Estados Unidos contra Venezuela y su presidente, Nicolás Maduro, argumentando que América Latina "es una zona de paz" y "no necesitamos intervención extranjera" que atente contra la soberanía de los países.
"Sobre todo soy un defensor de Latinoamérica y antiimperialista, así que ante cualquier acción que tenga algún posible resguardo bélico siempre me voy a encontrar del lado de la defensa de la soberanía de nuestros países", aseguró el legislador en diálogo con el periodista Leonardo Sarro.
Por otra parte, sobre las declaraciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien asumió la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Caggiani recordó "el triste episodio de lo que sucedió con la guerra de las Malvinas, donde los países latinoamericanos tuvimos posiciones diversas".
"Creo que América Latina es una zona de paz, de diálogo, y tratamos de solucionar los problemas, que tenemos muchos, de manera propia y no necesitamos intervención y menos extranjera", agregó.
Consultado respecto a la postura de Uruguay respecto al presidente venezolano, el senador aclaró que el gobierno uruguayo "no está cerca" de Maduro, pero sí "de los latinoamericanos y del pueblo".
En tal sentido, explicó que su postura no refleja una defensa a la persona sino a "implementar la paz y el diálogo, que es lo más importante que aporta Uruguay gobierno tras gobierno, con diferencias ideológicas pero con diálogos y paz".
Caggiani confesó que la situación en el Caribe le preocupa y espera "que no escale".
Por qué el despliegue del ejército de EEUU en el Caribe
Tal como se explica en esta nota de El Observador, la reciente presencia militar de EE. UU. en el Caribe, incluida la destrucción de un barco venezolano cargado de drogas y el despliegue de barcos de guerra y aviones de combate en la costa de Venezuela, ha intensificado la tensión con el régimen de Nicolás Maduro. A pesar de que el gobierno de Trump justifica estas acciones como parte de su lucha contra el narcotráfico, muchos aliados de Maduro en América Latina ven estas maniobras como un intento de derrocar al régimen.
Venezuela ha sido respaldada por países como Rusia, Irán, Cuba, Nicaragua y Bolivia, quienes condenan las acciones de EE. UU. y consideran que el despliegue de fuerzas militares es una amenaza a la paz y la soberanía regional. En contraste, varios gobiernos latinoamericanos, incluyendo Brasil, Argentina, Ecuador, y Paraguay, se han alineado con EE. UU., con algunos de ellos designando al Cártel de los Soles, vinculado a Maduro, como una organización terrorista.
En el ámbito regional, figuras como Gustavo Petro de Colombia, que ha buscado acercarse a Maduro, condenaron la operación como un intento de agresión, mientras que otros líderes, como Lula da Silva y Gabriel Boric, expresaron preocupaciones sobre las violaciones de derechos humanos en Venezuela, aunque han llamado a la paz y el diálogo.
Por su parte, Uruguay se mantiene en una posición ambigua, sin reconocer oficialmente a Maduro ni a su rival opositor, Edmundo González, en medio de las disputadas elecciones venezolanas de 2024.
Contexto del conflicto
El presidente de EE. UU., Donald Trump, anunció que las fuerzas militares de su país destruyeron un barco cargado de drogas que transportaba narcóticos desde Venezuela hacia Estados Unidos, en una operación que resultó en la muerte de 11 personas. Trump vinculó el ataque al Tren de Aragua, una organización criminal designada como "narco-terrorista" por EE. UU. Esta operación se enmarca en el despliegue de buques de guerra estadounidenses en el Caribe, dirigido a combatir el narcotráfico.
El ataque, que fue descrito por Trump como parte de la lucha contra los carteles de drogas, ha generado críticas en la oposición, que cuestionó la falta de pruebas que vincularan a los muertos con el Tren de Aragua y señaló el uso desproporcionado de la fuerza. Sin embargo, el gobierno estadounidense mantiene que el despliegue de poder militar es necesario para frenar el tráfico de drogas hacia sus fronteras.
La tensión entre EE. UU. y Venezuela continúa escalando. Trump ha elevado a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Nicolás Maduro, al que acusa de liderar el Cartel de los Soles, una organización criminal vinculada al narcotráfico. Maduro, por su parte, ha respondido con declaraciones de máxima alerta y movilizaciones militares en la frontera con Colombia.
Mientras tanto, varios gobiernos en América Latina han mostrado su postura ante la crisis, con algunos aliados de Maduro condenando las acciones de EE. UU. como una amenaza a la soberanía regional.