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25 de septiembre 2025 - 11:45hs

Una adolescente denunció a seis policías de una seccional de Maldonado por detenerla ilegalmente, amenazarla durante un interrogatorio que grabó e incautar su celular por más de dos meses sin orden judicial.

El hecho ocurrió el pasado 17 de junio. La adolescente fue convocada a la seccional de la Parada 24 de Punta del Este en el marco de una investigación policial contra el novio de la joven, mayor de edad, por venta de drogas y tenencia de armas.

Luego de llamarla para que concurriera a la oficina policial bajo la intimación de que si no asistía la iban a “buscar”, los policías le dijeron a la joven que iba a terminar detenida en el Inisa si no colaboraba con la investigación, e incluso uno de ellos le indicó que si ella no ayudaba no les importaba “si salís de acá caminando o en la esquina te pegan un tiro”, según consta en un audio del interrogatorio que la joven grabó y al que accedió El Observador.

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Semanas atrás el abogado de la familia, Rafael Silva, presentó una denuncia administrativa ante el Juzgado Especializado de Violencia de Género, Doméstica y Sexual de San Carlos contra los efectivos actuantes.

El escrito, compartido a El Observador, acusa que los oficiales violaron varias normas del procedimiento policial, y marcó que podrían haber incurrido en los delitos de abuso de funciones, privación de libertad, violencia privada y apropiación indebida.

Distintas fuentes indicaron que el caso ya pasó de la División de Asuntos Internos del Ministerio del Interior al fiscal de Maldonado Jorge Vaz, que investiga el caso.

El interrogatorio que grabó la adolescente

“Te vas a presentar o ya te voy a buscar”. Sofía se levantó a las 09:00 del 17 de junio con tres llamadas, una de su novio Juan y otras dos de un número desconocido que le insistió que fuera a la seccional de la Parada 24 de Punta del Este, o la iban a llevar detenida.

Mientras iba en camino a la casa de una amiga la joven recibió una nueva llamada del mismo número con la misma intimación. Al llegar, fue llevada a un cuarto junto a su papá, que llegó después, donde comenzó a ser interrogada por cuatro policías “fuera de acta”, según la denuncia.

Por recomendación de su amiga, que temía que le pudiera pasar “algo malo”, Sofía (nombre ficticio, al igual que el de Juan) decidió grabar el interrogatorio.

Primero, a la adolescente le preguntaron si vivía con su novio, a lo que respondió que sí, y luego le contaron que Juan estaba detenido “por un hecho”, del cual surgió “otra cosa” que la vinculaba a ella. “Llevabas droga desde el apartamento tuyo hasta donde está él y viceversa. El arma, las drogas, todo eso”, afirmó un oficial.

La adolescente guardó silencio, y el policía le recordó que estaba junto a su padre, y que la situación no era para que se estuviera “riendo”. “Mirá que esto no es ninguna joda, no sé qué películas te vendieron pero acá te estamos citando por un hecho”, expresó, antes de advertirle que “probablemente, a partir de ahora” iba a quedar “detenida”, pasando primero por una dependencia del Inisa y luego por Fiscalía.

Extracto del interrogatorio a la adolescente (con voces distorsionadas)

Extracto del interrogatorio a la adolescente (con voces distorsionadas)

El oficial le preguntó a la menor si había algo en su casa, a lo que ella respondió que no. Luego, le explicó que “la fiscalía” quería que la joven y el padre, como responsable de la menor, fueran detenidos y conducidos a declarar. “Yo por ahora no voy a colaborar”, dijo la adolescente.

El padre habló por primera vez, y preguntó a los policías por qué fueron a buscar a su hija. “El novio de ella guardaba la droga de la boca. Inclusive ella anduvo con la droga, con el arma”, le respondieron.

Acto seguido, los oficiales le insistieron a la adolescente que con su silencio no iba a cambiar la situación de Juan, que estaba “hasta las bolas”. “Ese va más años pa' adentro”, remarcó otro de los policías presentes.

Tras ello, le advirtieron cómo iba a pasar en el Inisa: “Tu no tienes ni idea, mira que ahí no vas a estar con niñitas, allá vas a estar con mujeres que se agarran a piñas, la vas a pasar mal”.

"Los últimos que estaban allí, los compañeros de él (el novio), se 'empastillaban' de noche y después no los dejaban dormir la semana entera, lloraban", dijo uno de los oficiales.

"Después lo tuvimos el otro día acá y se hacían los guapos nuevos, ‘estuvimos allá matando’. Lloraban todos los días, para que la madre lo vaya a rescatar en Montevideo. Lo que te venden acá afuera no tiene nada que ver con la realidad misma", le siguió otro policía.

Segundo extracto del interrogatorio a la adolescente (con voces distorsionadas)

Segundo extracto del interrogatorio a la adolescente (con voces distorsionadas)

“(El novio) estaba en la boca, ella estaba en la casa, necesitaba droga, ella iba, agarraba, se la llevaba hasta allí, un día le llevó un arma y así muchas cosas más”, continuó el mismo efectivo, que no le respondió a la adolescente “qué día” había llevado el arma.

“También vamos a lo que es: así como vos tampoco colaborás, vos tampoco aportás nada, nosotros tampoco. ¿Querés que terminemos? ¡Es fácil! Vos no sos nada mío, tu pariente es tu padre, si vos vas para la cárcel o no vas para la cárcel, si salís de acá caminando o en la esquina te pegan un tiro, la verdad, a mí, sinceramente, no se me pasa nada”, le afirmó.

Tercer extracto del interrogatorio a la adolescente (con voces distorsionadas)

Tercer extracto del interrogatorio a la adolescente (con voces distorsionadas)

El padre le preguntó si lo que decían los policías era cierto, pero uno de ellos no le dejó contestar y le reiteró que el hombre también podía terminar preso. Después le remarcó que su novio no la “salvó” en su declaración, y que si no colaboraba lo perjudicaba “el doble”, porque ella es menor y él es mayor.

“Decí las cosas mija, no tengas miedo”, comenzó a pedirle el padre a la joven, mientras los efectivos le decían que vivía en “un mundo de fantasía” y que cuando “salga del Inisa va a decir ‘tenías razón’”.

Al final de la grabación se escucha que los policías le pidieron el celular a la joven, que fue esposada y llevada a su casa para una requisa. La defensa de Sofía remarcó que le pusieron las esposas horas antes de que se solicitara su orden de detención.

Según indica la denuncia, la joven “se sintió sin salida, presionada sin derecho a defensa, coaccionada, y en ese contexto se le extrajo el consentimiento para el ingreso a su finca”. Durante el viaje, le dijeron en varias oportunidades: “Dale, tenés que decirnos algo, ayúdanos”, y como no hablaba la amenazaron con esposarle las piernas “para que te vayas acostumbrando”.

Ya en la casa, el escrito reporta que los policías tiraron una televisión y una consola Playstation “para provocarla”, y luego la llevaron a un hospital para constatar posibles heridas antes de volver a la seccional. Allí, un quinto oficial volvió a interrogarla, diciéndole que se iba a “cagar la vida” si no hablaba.

Rafael Silva dijo a El Observador que horas después la Fiscalía de Maldonado solicitó el cese de detención de la menor.

Violencia psicológica y varios delitos

En el documento, Silva asegura que “a partir de lo manifestado en estas declaraciones por parte de los policías, se desprende de manera inequívoca la existencia de un escenario de violencia psicológica ejercida contra 'Sofia' y su padre, con especial gravedad por tratarse de una menor de edad”.

Esta violencia, que el abogado entiende fue aplicada con “intimidación y la coacción emocional”, fue “orientada a obtener información mediante el miedo y la presión emocional, aprovechándose de su situación de vulnerabilidad por su edad y condición”.

También indicó que “el derecho de Sofía a recibir un trato digno y respetuoso, acorde a su condición de adolescente, fue totalmente desconocido”, al igual que “su libertad personal, al ser retenida y posteriormente esposada sin orden judicial, sin informarle sobre los motivos y sin acceso a asistencia letrada”.

Para el defensor los policías también atentaron contra la “intimidad y privacidad” de la joven. Primero, porque “fue sometida a revisión corporal por funcionarios masculinos, práctica inaceptable dado su género y edad”.

Segundo, porque “se le incautó su teléfono celular, así como el de su amiga Candela, sin orden judicial y mediante amenazas, obligándola a entregar claves de acceso”, lo que “constituye un atentado directo contra su esfera personal”. La Policía mantuvo el celular incautado durante casi dos meses, hasta el 15 de agosto.

Todos estos hechos, para el abogado, violaron el artículo 74 del Código de la Niñez y Adolescencia, que regula las condiciones de detención de los menores de edad. En específico, refirió luego que un menor “sólo puede ser detenido en casos de infracciones flagrantes o existiendo elementos de convicción suficientes sobre la comisión de una infracción”, pero Sofía fue esposada “sin orden judicial”.

En otro punto, Silva también cuestionó el consentimiento que otorgó la menor para la actuación policial, ya que entiende que este fue “prestado por una menor de edad, presionada, mal informada y sin acompañamiento legal efectivo”, por lo que “no puede ser tenido por válido bajo ningún estándar jurídico nacional o internacional”.

Para el abogado de la adolescente, los oficiales implicados en el interrogatorio vulneraron varios aspectos del procedimiento policial. Entre ellos: la prohibición de “utilizar palabras agraviantes, humillantes o que provoquen la reacción” del detenido, así como de “utilizar forma alguna de coacción física ilegítima o maltrato psicológico”, y la obligación de brindar “un trato adecuado y respetuoso de su dignidad”.

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