Larriera ordena a Canobbio en la cancha en pleno partido ante Albion; al extremo no le salen las cosas

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A cinco días del clásico, Peñarol busca un nuevo funcionamiento con escasas garantías

Larriera necesita que individualidades como Álvarez Martínez y Agustín Canobbio salgan del ostracismo y aparezcan como en el equipo campeón del año pasado
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22 de febrero de 2022 a las 05:04

¿Por qué Peñarol comparte el último puesto de la tabla con Albion? ¿Por qué mejoró su producción futbolística, pero jugó un tiempo para invitar a creer y el otro para el olvido? ¿Qué sucede con algunas individualidades que no repiten lo hecho el año pasado?

Se podría seguir con un listado largo de preguntas del equipo de Mauricio Larriera y que algunas de ellas, son complicadas de contestar.

La realidad indica que el equipo mejoró en materia ofensiva por lo que mostró ante Albion, pero no supo resolver la gran cantidad de ocasiones que creó. Además, se chocó contra el muro de Yonatan Irrazábal, el arquero rival, quien se transformó en la figura de la cancha salvando varios goles.

Al término de ese partido, el propio Larriera sorprendió con su franqueza en las declaraciones:Yo tengo contrato hasta hoy, siempre lo digo, resisto cualquier archivo. Soy campeón, todo bien, pero ya falleció ese campeón, es partido a partido y ojalá el destino me deje dirigir el clásico y la Copa Libertadores. No lo digo con ironía, lo digo para que el hincha y el socio de Peñarol lo tengan claro”.

Maurico Larriera veía que ante Albion se le iba el partido y no llegaba la victoria; al lado suyo, Raúl Salazar, su ayudante técnico

Los dirigentes tienen claro que el técnico no se toca. Esta situación es muy diferente a la ocurrida previa a la revancha por la Copa Sudamericana contra Cerro Largo en abril del año pasado cuando luego del 2-2 de la ida en el Parque Viera –tras ir en ventaja por 2-0, el entrenador realizó variantes inentendibles que llevaron al resultado final–, el presidente Ignacio Ruglio le dio el ultimátum en una reunión que mantuvieron.

Peñarol goleó 4-1 en la revancha en el Estadio Campeón del Siglo y lo demás, es historia: llegó a las semifinales del torneo, tuvo en la figura de Agustín Álvarez Martínez al goleador de la Copa, y logró el título del Campeonato Uruguayo y este 30 de enero, la Supercopa Uruguaya.

La espalda que tienen Ruglio y Larriera es mucho más ancha que la que tenían en abril pasado. El entrenador tiene crédito.

Así lo hizo saber un dirigente a Referí. “El tema de la continuidad de Mauricio (Larriera) no solo no se trató en el consejo directivo, sino que ni siquiera en los chats internos que manejamos, alguien escribió nada al respecto. Mauricio va a seguir con nosotros”.

El técnico aurinegro metió mano en el equipo titular como casi nunca: hizo cinco cambios con relación al pobre rendimiento que había tenido en el encuentro anterior contra Defensor Sporting.

Ceppelini convirtió un golazo ante Albion y jugó mejor en una posición distinta en la que lo colocó Larriera

Pero también realizó variantes tácticas que realzaron el juego de Peñarol. Por ejemplo, sacó a Pablo Ceppelini del ostracismo de la punta izquierda, en donde nunca puede desnivelar, y lo colocó detrás de Álvarez Martínez.

Con el regreso de Damián Musto, ganó presencia en la media cancha y liberó a Walter Gargano para que se transformara en el eje y en una de las figuras del equipo.

Cuando ingresó Ignacio Laquintana, lo colocó por derecha, no repitió el error de colocarlo en la otra punta, en donde no anduvo nada. El extremo jugó bien, desniveló, pero sus centros no siempre llegaron a buen destino.

Gargano volvió a su nivel el sábado, debido a que fue bien acompañado por Damián Musto en el medio

Todos esos cambios tácticos fueron virtudes que mostró Larriera contra Albion.

Sin embargo, el DT carbonero tuvo errores importantes que de alguna manera frenaron el ímpetu de sus dirigidos y eso sucedió cuando realizó variantes que tuvieron el efecto contrario: desordenaron al equipo.

Cuando ingresó Laquintana, lo hizo por Cristian Olivera, quien hasta ese momento, había sido de lo mejor junto a Ceppelini. Y a este lo sacó faltando 3 minutos para pasar a jugar con línea de tres cuando sus dirigidos ya jugaban a la desesperada.

Pero seguramente lo más preocupante para Larriera es que hay individualidades que el año pasado eran fundamentales, que no funcionan.

Hace 10 partidos que no se ve un festejo así del Canario Álvarez

Por un lado, la mala racha del Canario Álvarez Martínez quien llegó a 10 partidos sin anotar goles. Sus compañeros son los primeros que quieren que él convierta y muchas veces, incluso cuando tienen chance de patear al arco, se la pasan a él tratando de que llegue ese gol que todo lo borre.

El Canario es titular indiscutido igualmente en este equipo y Larriera no solo lo entiende así, sino que lo va a seguir apoyando aunque no convierta. Pero obviamente que sus goles se extrañan.

¿Y que pasa con Canobbio? El extremo ha jugado por derecha y por izquierda, sin posiciones fijas, rotando por todo el frente de ataque, pero está muy lejos de ser el futbolista que fue elegido como el Mejor Jugador del Campeonato Uruguayo 2021 en la encuesta Fútbolx100 de El Observador en diciembre pasado.

Canobbio bajó sustancialmente su rendimiento

No muestra ni su velocidad, ni su desborde característicos, pierde el balón con continuidad y las cosas no le salen. Tanto él como Álvarez Martínez eran dos puntales del Peñarol campeón 2021. Al no funcionar ellos, el equipo lo siente y mucho.

Otro que bajó muchísimo su nivel es Ruben Bentancourt. Cada vez que le tocó entrar, contra Defensor Sporting de titular, por ejemplo, o el sábado ante Albion para jugar los últimos 18 minutos, pasó inadvertido.

Larriera le dio ingreso a Lucas Viatri el sábado a los 87 minutos, pero el delantero argentino no la tocó. No fue su culpa, sino que pese a su envergadura física, sus compañeros nunca tiraron un centro al área.

Y otro de los males endémicos que arrastra este Peñarol es que ninguno de sus futbolistas prueba a pegarle al arco de media y larga distancia.

A Viatri no lo buscaron ante Albion, y Rodrigo Bentancourt es otro que no levanta su nivel, igual que Canobbio y Álvarez Martínez

El equipo funcionó en la parte inicial como no había funcionado en todo el torneo –más allá del gol insólito de pelota quieta que tomó cuando se terminaba la primera parte–, pero en la segunda mitad, se desordenó y los nervios lo ataron demasiado. Un conjunto como Peñarol no puede cambiar tanto de un tiempo a otro y menos enfrentando a un rival como Albion el cual solo se defendió, aunque lo hizo bien.

En cinco días se viene el clásico ante Nacional y este conjunto de Larriera no ha ganado aún en sus tres presentaciones.

Tiene la gran oportunidad de conseguir esa victoria impostergable y comenzar de una vez a cambiar la pisada. El técnico siempre trabaja mucho en Los Aromos, a veces, de manera obsesiva. Así es su ADN. Pero deberá modificar algo para que sus dirigidos mejoren sustancialmente ante el eterno rival que va a querer llevarse los tres puntos como visitante.

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