El delantero de notables condiciones parecía entrar en la máquina del tiempo cada vez que saltaba a la cancha con Uruguay. Poco le importaba su nula participación en el primer equipo de Nacional, bajo el mando de Fabián Coito y ante jugadores de su misma generación, el talentoso futbolista aparecía en su mejor versión.
Con el título bajo el brazo fue recibido dos días después en las oficinas de la Asociación Uruguaya de Fútbol donde lo recibieron como un héroe y se dio el lujo de pasear el título por las calles de Montevideo junto al resto de los juveniles campeones.
En el partido despiadado de las redes sociales, los hinchas de Nacional se golpeaban el pecho con el valor incalculable de su joya mientras que los de Peñarol reconocían la calidad en la pegada del jugador.
Fue la primera alarma que sonó en la cabeza de los directivos de Nacional, porque para Martín Lasarte era un tema menor. Considerado un jugador de enorme potencial pero con un desajuste metabólico reconocido incluso por la sanidad de Uruguay, para el estratega tricolor Amaral estaba lejos de ser una opción de recambio en el corto plazo para el primer equipo. Como prueba basta un botón. Con Lasarte como entrenador, Amaral apenas disputó 18 minutos en el primer equipo de Nacional.
Cuando Amaral cumplió 18 años, el 25 de marzo de 2015, firmó su primer contrato como profesional con Nacional hasta el 31 de diciembre de 2017, pero no se trató de un contrato más. Fonseca, en la negociación, estableció una serie de cláusulas que fueron aceptadas por los tricolores, como la que indica que si el jugador no percibe su salario mensual antes del 10 de cada mes, el club deberá abonarle el doble, es decir, otro salario.
El 21 de febrero, su representante
Daniel Fonseca se reunió con el presidente de Nacional para tratar su salida. Fonseca, quien ya había sacado a Mathías Olivera de Nacional, le manifestó a José Luis Rodríguez la intención de llevar al futbolista a Europa para que haga un tratamiento especial de reacondicionamiento físico de cara al Mundial. Sin embargo el jugador terminó en Punta del Este donde entrenó bajo las órdenes del profesor Andrés Barrios.
Fonseca contó en FoxSports el 17 de abril que le dio un tiró de orejas a su representado: "Ese día tengo una charla muy dura con el pibe porque él es responsable también, pero tiene 19 años y puede ser mi hijo. Hay que ponerle los puntos sobre la íes. Si tú comes de noche, comes en horarios equivocados y no es la alimentación adecuada, es justo que tú seas responsable de que estés así. Entonces hay que quererse un poquito".
Los dardos de Fonseca no terminaron ahí. También fustigó a Fabián Coito cuando afirmó: "Que no lo lleve al Mundial, le paso el teléfono. Que le diga 'estás eliminado' como en Gran Hermano. Me preocupo yo del futuro de Amaral, no necesito a Coito ni que juegue el Mundial. Si Coito tiene coraje, que llame a Amaral el lunes y le diga 'pibe, no estás preparado, me voy al Mundial sin ti y sin (Mathías) Olivera', que tampoco va al Mundial".
El 18 de abril, al otro día del raid mediático de Fonseca, Amaral hizo fútbol en el Complejo Celeste en la victoria de
Uruguay sobre Cerro por 4-2 y anotó un gol.
Amaral tuvo minutos ante Italia, donde anotó un golazo de tiro libre, y frente a Portugal cuando ingresó en el complemento y falló su penal en la definición.