Nueve
periodistas murieron este lunes en dos atentados en la capital de
Afganistán, Kabul, que dejaron 25 muertos. Entre los asesinados está el reportero afgano del servicio en idioma pastún de la televisora británica
BBC y el jefe de fotografía de la
AFP en Kabul.
Los ataques fueron reivindicados por la rama afgana del grupo
Estado Islámico (EI) en un comunicado en el que fustigó a "los apóstatas de las fuerzas de seguridad y de los medios". El grupo terrorista afirmó que el primer
atentado golpeó la sede en Kabul de los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad afganas y el segundo a los periodistas que acudieron al lugar.
Según una fuente de la seguridad afgana, el kamikaze que atacó este lunes a la prensa se había mezclado entre los reporteros "llevando una cámara".
A última hora de la mañana de este lunes, un nuevo atentado, perpetrado por un kamikaze al volante de un automóvil, mató a once niños que se habían agrupado en torno a un convoy rumano de la OTAN cerca del aeropuerto de Kandahar, en el sur del país, informó el portavoz del gobierno provincial, Said Aziz Ahmad Azizi.
Otras 16 personas resultaron heridas, entre ellas cinco soldados rumanos de la OTAN y dos policías afganos, precisó. El ataque, que no fue reinvidicado, tiene lugar después de que los talibanes anunciaran el miércoles el inicio de su ofensiva de primavera, rehusando implícitamente los recientes llamados del gobierno afgano a entablar negociaciones de paz.
Kabul se ha convertido, según la ONU, en el lugar más peligroso de Afganistán para los civiles con una recrudescencia de los atentados, generalmente perpetrados por kamikazes y reivindicados por los talibanes o el EI.
Así, los atentados contra civiles causaron dos veces más víctimas en los primeros tres meses de 2018 -763 civiles muertos, 1.495 heridos- que en el mismo periodo de 2017.