Opinión > EDITORIAL
Disparen contra la prensa
Nada nuevo bajo el sol. La prensa libre nuevamente en el centro de los ataques. Es lo que ocurre en Brasil a pocas horas de celebrar el balotaje en que resultó electo el diputado carioca Jair Bolsonaro. A menos de 72 horas de ganar ya inició una nueva cruzada contra la prensa cuestionando a uno de los más prestigiosos diarios del Brasil: Folha de S.Paulo.
El presidente electo brindó una entrevista al noticiero de la red Globo y no anduvo con vueltas al responder una pregunta del editor jefe del programa: “Usted siempre se declara un defensor de la libertad de prensa, pero en determinados momentos, llegó a desear que un diario dejara de existir. Como presidente electo, ¿usted va a seguir defendiendo la libertad de prensa y la libertad del ciudadano de elegir lo que quiera leer, lo quiera ver y oír?”.
“No quiero que Folha cierre, pero en lo que a mi concierne, el medio que se comporte en forma indigna no tendrá recursos del gobierno federal, pero Folha por sí sola se terminó”, respondió quien asumirá el mando de Brasil el 1° de enero.
La molestia de Bolsonaro explota tras la publicación en el diario el 18 de octubre de un reportaje donde denuncia con pruebas que un grupo de empresarios muy próximos al candidato pagaron una suculenta suma de dinero para inundar WhatsApp con información falsa perjudicial contra el Partido de los Trabajadores y su candidato Fernando Haddad.
“Por sí solo, ese diario se acabó. Ya no tiene ningún prestigio. Casi todas las ‘fake news’ que circularon contra mí partieron de Folha de Sao Paulo, inclusive la última nota, según la cual yo habría contratado empresas fuera de Brasil, vía empresarios de aquí, para desparramar mentiras sobre el PT. Una gran mentira, otro ‘fake news’ del diario Folha de Sao Paulo, lamentablemente”, sentenció Bolsonaro.
Resulta increíble que a pocas horas de haber ganado las elecciones en Brasil Jair Bolsonaro le muestre los dientes a la prensa libre. La estrategia no es nueva. En el período de Néstor Kirchner y Cristina Fernández al frente del gobierno en Argentina fue moneda corriente un enfrentamiento cruel con Clarín, el histórico matutino porteño. En Estados Unidos la cruzada contra la prensa libre del presidente Donald Trump ya es parte del paisaje de la política estadounidense.
“Por sí solo, ese diario se acabó. Ya no tiene ningún prestigio. Casi todas las ‘fake news’ que circularon contra mí partieron de Folha de Sao Paulo, inclusive la última nota, según la cual yo habría contratado empresas fuera de Brasil, vía empresarios de aquí, para desparramar mentiras sobre el PT.
Sin embargo, pese a los cuestionamientos y embates por suerte la prensa libre se sostiene y avanza hacia adelante en el complejo escenario que plantea el siglo XXI. Es un síntoma de buena salud que los gobernantes no encuentren en la prensa un perro faldero cuando gobiernan. Los políticos que carecen del entendimiento del papel fundamental que cumple la prensa libre y los periodistas en una democracia no merecerían avanzar en sus carreras políticas.
Informar, cuestionar, investigar, vigilar, opinar, escuchar a los opositores, denunciar y dar voz a todas las visiones a favor y en contra del poder es parte esencial de la democracia y hace mejor a los países y sus políticos.
En tiempos donde hay tanta manipulación informativa, rumor, falsedades e información maliciosa circulando en las plataformas digitales, el rol de la prensa libre se levanta por encima del entrevero para convertirse en un faro luminoso para la ciudadanía, aunque no les guste a los poderosos como Bolsonaro.
