Agro > PROBLEMA SIN SOLUCIÓN
Duda en las gremiales del agro, ¿instituto de bienestar animal o instituto del perro?
El ataque de perros a ovinos es uno de los problemas más graves que visualiza el gremialismo agropecuario. Se entiende que es un generador de fuga de empresarios y trabajadores del sistema productivo, determinante a la vez de que muchas familias se muden del campo a la ciudad. Dentro de los sistemas productivos afectados por ataques, con animales muertos y heridos (no solo lanares, también vacunos y hasta equinos), a la pérdida económica se añade el daño anímico.
El tema volvió a exponerse públicamente el sábado pasado, durante el Congreso Anual de la Federación Rural (FR), al ser considerado como uno de los siete puntos que conformaron la proclama de la entidad ruralista.
En ese documento leído en las instalaciones de la Sociedad Rural de Durazno (SRD), en Santa Bernardina, se señaló: “El INBA, en un esfuerzo por tratar de solucionar una problemática con los animales de compañía, no logra trabajar en políticas a nivel nacional que contemplen a los animales de producción”.
Este lunes, en declaraciones al programa Tiempo de Cambio, en Radio Rural, Jorge Andrés Rodríguez –presidente electo en la FR– admitió que la mirada de la gremial que integra coincide con la de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), desde donde se aludió a la posibilidad de segmentar el instituto de modo que haya líneas de acción para mejorar las condiciones de los perros, pero a la vez otras con foco específico en los animales productivos.
Rodríguez, tras decir que con la ARU “estamos visualizando lo mismo”, enfatizó que hay algo que “no funciona” en un instituto donde la delegatura es compartida por la FR y la ARU y donde las gremiales son una octava parte en el ámbito de toma de decisiones.
El INBA acciona en la órbita del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
“Se ha trabajado mucho, pero todavía no se han visto resultados (…) cuando llevamos temas el peso de los animales de producción no está visto”, por lo tanto, señaló, “hay que encontrar la manera de que sea contemplado”.
Uno de los valores, de lograrlo, guarda relación con los procesos de certificación hacia los mercados externos sobre cómo se trabaja en los establecimientos productivos de Uruguay.
“Se hace muchísima cosa en el cuidado de animales de producción, pero (eso) no encaja al plantearlo en el INBA, donde siempre quedamos relegados por la mayoría”, lamentó.
Sobre los problemas que derivan de un ataque de un perro o de jaurías a ovinos, “es como la manga de piedra, si no te toca ni te enteras, pero si te toca no te deja nada”.
Rodríguez, quien asumirá como presidente de la FR el lunes 5 de junio, puntualizó que hay en el país zonas identificadas en las que el trabajo conjunto de productores y gente del pueblo hizo que el problema haya disminuido, pero a la vez hay otras donde el daño fue de tal magnitud que “no hay problema, porque no hay oveja”, incluso “alguno dejó de ser productor donde solo el rubro ovino es posible”.
Al instituto, comentó, “hay que encontrarle una vuelta”, de modo que sea realmente promotor del bienestar animal en su conjunto, “si no será un instituto de bienestar de perros… los que tenemos ovejas cuando la vemos maltrecha es feo”.
Admitió que existe “como una conciencia de que en muchos lugares el productor es solo productivista y no le importa nada y no cuida nada, habrá… pero no he visto un productor que busque producir maltratando a los animales, porque hay efectos directos, no conozco un productor que no sufra cuando se maltrata a un animal de producción”.
No tratar a los animales de producción del modo adecuado es causa de problemas en los establecimientos y en otros segmentos de las cadenas, reflexionó. “Lo sufrimos todos (…) está bien reglamentado y conocido lo que ha trabajado Uruguay, pregúntenle a la industria frigorífica lo que le cuesta el maltrato animal”.
“Hay para trabajar, obviamente”, concluyó al considerar este tema en diálogo con Eduardo Blasina.
