Alonso y Domínguez

Copa Libertadores > LO RESOLVIÓ EL EJECUTIVO

La gestión por las vacunas y jugar con público tuvo efecto: Uruguay recibirá las finales únicas de Libertadores y Sudamericana

La decisión fue adoptada este jueves al mediodía en la reunión del consejo ejecutivo de Conmebol
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13 de mayo de 2021 a las 11:21

El consejo ejecutivo de Conmebol aprobó este jueves al mediodía que el Estadio Centenario será sede de las finales únicas de Copa Sudamericana que se jugará el 6 de noviembre y de la Copa Libertadores el 20 de noviembre.

La información fue confirmada desde la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) a Referí, mientras aún se desarrollaba en forma virtual la reunión de los 10 presidentes de las asociaciones y del titular de la Confederación, Alejandro Domínguez. El encuentro comenzó a la hora 11.

Esta decisión histórica de Conmebol implica un logro también sin antecedentes para el fútbol y el gobierno uruguayo que en noviembre tendrá las dos finales de los torneos más importantes de clubes en Uruguay.

Estadio Centenario

Uruguay será el primer país en recibir las dos finales de los torneos continentales el mismo año.

Desde 2019, Conmebol cambió su forma de disputa, abandonó la definición en partidos finales de ida y vuelta e implementó el sistema de final única.

En 2019, la final de la Libertadores se debió disputar en Santiago, pero como consecuencia de una crisis social que sacudió a Chile, a último momento el partido se trasladó para Lima. La edición 2020 se jugó en Maracaná.

La primera edición de la final única de la Sudamericana se realizó en Asunción en 2019. Paraguay, donde se encuentra la sede de Conmebol, fue el primer país que recibió una final única, porque la Sudamericana se jugó antes que la Libertadores.

En 2020, que se disputó en enero de este año, la sede fue Córdoba.

Por esa razón, los partidos que se jugarán los días 6 y 20 de noviembre marcarán un hito en la historia del Estadio Centenario y de Conmebol.

¿A quiénes le ganó Uruguay?

El Centenario compitió para quedarse con la final de la Libertadores 2021 con otros 19 estadios de Argentina, Brasil, Chile y Ecuador.

Se habían postulado siete estadios de Argentina (cinco de Buenos Aires, el Mario Kempes de Córdoba y el Único de Santiago del Estero), nueve de Brasil (Porto Alegre, Curitiba, Arena Corinthians y Morumbí de San Pablo, Brasilia, Fortaleza, Arena Pernambuco, Maracaná de Río y Fonte Nova de Salvador), dos de Ecuador (Guayaquil y Quito) y el estadio Nacional de Chile.

Además, este jueves Conmebol resolvió que la final única de Libertadores 2022 será en el Monumental de Guayaquil y la de Sudamericana en el Mané Garrincha de Brasilia.

Un poco de política y otro de las condiciones sanitarias

Esta decisión de Conmebol es el resultado de las gestiones que el gobierno encabezado por Luis Lacalle Pou y el ejecutivo que preside Ignacio Alonso realizaron con la Confederación desde marzo del año pasado y que tiene dos aspectos fundamentales, uno político y una proyección sanitaria de Uruguay para noviembre, que plantea jugar la final con público.

Con el cambio de gobierno y la llegada de la pandemia de covid-19, Uruguay, bajo el impulso de la secretaría que encabeza Sebastián Bauzá se propuso aprovechar sus buenas condiciones en plena crisis sanitaria en 2020 para avanzar en su plan para establecer un hub deportivo en Uruguay.

En 2020 no pudo concretar ninguno de los planes que tenía para el fútbol, aunque ofreció a Conmebol recibir la Libertadores en un forma de burbuja si fuera necesario.

Sin embargo, este año terminó de dar forma a todo lo que había trabajado meses atrás y lo que finalmente terminó de posicionar a Uruguay en un lugar exclusivo fueron dos situaciones, una sanitaria y una política: la posibilidad de que en noviembre las finales de los torneos continentales se jueguen con público y las gestiones que inició el gobierno que permitieron que Sinovac donara a Conmebol 50.000 dosis de la vacuna para todos los futbolistas profesionales de la Conmebol, de clubes y de selecciones.

Lacalle Pou recibió a Ignacio Alonso y Jorge Casales en febrero de 2020 para conocer hacia dónde iba la AUF

En todo este proceso hubo dos instancias claves, en donde el presidente de la AUF, Alonso fue determinante. El primero, cuando en marzo, aprovechando la visita del presidente de Conmebol. Domínguez, a la inauguración de las instalaciones de City Torque, organizó un asado en una barbacoa del Prado, en el que reunió en la misma mesa a Domínguez, Lacalle Pou, Bauzá y a Pedro Bordaberry que había promovido la llegada del titular de Conmebol. Alonso fue el quinto comensal.

Alejandro Domínguez en la inauguración de City Torque

Asado de por medio, Domínguez se interesó en la situación sanitaria del país y cómo llevaba adelante su plan de vacunación. Lacalle Pou le dio todos los detalles y nació el plan para ayudar a Conmebol a conseguir las vacunas de Sinovac.

Poco después Domínguez agradeció públicamente las gestiones de Uruguay que permitieron que Conmebol recibiera una donación de 50.000 vacunas, que llegaron a Uruguay.

La segunda instancia fue el miércoles 28 de abril, cuando llegaron las vacunas a Montevideo. Otro encuentro, ahora con la participación de otras personas en el Complejo de la AUF, en el que hubo un asado y una amplia mesa de trabajo, se terminó de cerrar lo que este jueves al mediodía votó Conmebol.

En un comunicado que hizo público la Confederación, explica que "la buena situación sanitaria proyectada para noviembre en Uruguay, país que planea vacunar a un alto porcentaje de su población en julio, fue determinante para la decisión en un año excepcional condicionado por la pandemia".

Si no existiera la pandemia, las finales no se jugarían en un mismo país, y Uruguay estaría postergado debido a que el Estadio Centenario necesita arreglos para recibir la final. En 2019, Uruguay pretendió postularse para la final de 2020 y desistió, y con Alonso, Jorge Casales y el resto del ejecutivo comenzó a trabajar en un plan para ser anfitrión en 2022.

Ignacio Alonso, presidente de la AUF

El nuevo escenario que planteó la pandemia de covid-2021, una ventana que abrió Conmebol en marzo para ampliar candidaturas para 2021, 2022 y 2023, le permitió a Uruguay ingresar a pelear por la final de este año, y se generaron para el Estadio Centenario condiciones que ningún otro país tenía y por esa razón Conmebol le concede un singular privilegio.

El comunicado oficial de Conmebol, también establece:

"Por las circunstancias excepcionales causadas por la pandemia de covid-19 y buscando las mejores condiciones sanitarias posibles, el Consejo adoptó la decisión ante todo considerando la situación de la epidemia proyectada para noviembre. En este sentido, Uruguay prevé vacunar a un alto porcentaje de su población para julio, lo que colocaría a este país entre los más seguros del continente en las fechas programadas para las finales. A este criterio se suman las características del estadio Centenario, verdadero ícono del fútbol mundial, que permitirían la presencia de una considerable cantidad de espectadores. Además, las finales únicas servirán como una suerte de relanzamiento del estadio Centenario, en el marco de la candidatura sudamericana para la Copa del Mundo 2030. En efecto, la Asociación Uruguaya de Fútbol diseñó un plan de inversiones en su principal escenario deportivo, con el objetivo de llegar al 2030 con una radical renovación. También en lo que respecta a la capacidad hotelera y la operativa de los aeropuertos, Montevideo obtuvo una alta calificación".

Los ingresos económicos que genera a un país ser anfitrión de la final única de la Libertadores están estimados en US$ 25.000.000 a US$ 30.000.000 en condiciones prepandemia, con entradas agotadas y fronteras libres para que los hinchas de otros países puedan asistir al partido.

El camino que quiere el gobierno y el impulso de Bauzá

En una entrevista que Bauzá brindó a Referí el 4 de abril, fue muy claro en torno al camino que el país quiere recorrer como hub deportivo y lo está consiguiendo con el fútbol. Ya lo había logrado con el rugby.

"Sin dudas el fútbol es el gran objetivo, y cuando estuvimos reunidos con Domínguez y el presidente de la República (en el primer asado de marzo), se lo hicimos saber. Traer la final de la Libertadores a Uruguay es un gran sueño que esperemos cumplir", dijo Bauzá.

Sebastián Bauzá

"Si seguimos con esta velocidad de vacunación, ojalá se pueda hacer en este 2021, porque Conmebol quiere jugar la final con público, y si Uruguay llega con la vacunación a la fecha de las finales podemos tener una final en Uruguay", agregó.

La línea de trabajo en la que avanza la Secretaría generó esta instancia histórica de las dos finales de los torneos de clubes de Conmebol.

No obstante, no son las únicas. Este sábado comienza en Florida, bajo el sistema de burbuja, la Copa Libertadores de futsal. Este es el segundo torneo que puede organizar Conmebol desde que se inició la pandemia en marzo 2020. El primero fue la Libertadores de fútbol femenino en Buenos Aires en marzo. El resto de las competencias fueron suspendidas.

Además, este año Uruguay será sede del Sudamericano sub 17 femenino y no se descarta que también, debido a sus favorables condiciones sanitarias, reciba a un sub 20 o sub 17 masculino.

Obras en el Centenario

Ahora, con la confirmación de las finales, la Comisión Administradora del Field Oficial (CAFO) iniciará en las próximas semanas las obras que deben realizar en el Estadio Centenario para presentarlo en las mejores condiciones.

Para ponerlo a la altura de las exigencias de FIFA y Conmebol, tienen que remodelar el vestuario visitante, el palco oficial, el piso de la cancha y cambiar la iluminación que abandonará las lámparas convencionales para lucir iluminación led. Estas obras fueron estimadas por la AUF en US$ 1.000.000.

Todas las obras podrán realizarlas con el estadio en actividad, porque en esta época de fútbol en plena pandemia de covid-19 no se utilizan los vestuarios. Solo tendrán que cerrar el estadio cuando deban intervenir en el piso del campo de juego.

Los dos planes que maneja CAFO, que está integrado por la AUF, que es dueña del estadio, y la Intendencia de Montevideo, de la tierra, son bajar dos metros la cancha o simplemente cambiar todo el césped para que en noviembre luzca en las mejores condiciones. En el primer caso, la obra demandará un tiempo prolongado y la AUF debe contemplar que en setiembre y octubre jugará partidos por Eliminatorias para el Mundial de Catar en el Centenario.

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