Hace 12 años Tabárez descubrió la línea de tres defensas para ganarle a Paraguay

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El día que Tabárez se durmió preocupado con la selección y despertó con la solución táctica

Hace 12 años, el entrenador utilizó la misma sorpresa táctica ante Paraguay que este jueves
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04 de junio de 2021 a las 05:00

No es la primera vez que Óscar Washington Tabárez juega con línea de tres en la defensa ante Paraguay, aunque no sea una estrategia que suela plasmar en el campo.

En marzo de 2009, en la recta final del clasificatorio para el Mundial de Sudáfrica, Paraguay líderaba y era arrollador en el torneo y Tabárez no le encontraba la vuelta al equipo. El técnico no había quedado conforme con los entrenamientos previos. El piso del estadio estaba mal y se durmió con una preocupación. Al otro día despertó con la solución, que le contó a sus futbolistas que mantendría en secreto hasta que los jugadores se plantaron en la cancha.

Lo que le ocurrió a Berizzo este jueves en el Estadio Centenario, en el que Uruguay igualó 0-0 con Paraguay, ya lo había sufrido en carne propia otro argentino, Tata Martino hace 12 años.

Así lo contó con todos los detalles en el libro Maestro. El legado de Tabárez, de Ediciones B, que fue publicado en abril de 2018, que tiene cuatro ediciones, una ampliación tras el Mundial de Sudáfrica y que cuenta los promenores del proceso del entrenador que llegó en 2006 a la AUF.

A continuación se transcribe el increíble relato en el que los escritores abordan cómo maneja a sus grupos Tabárez, si tiene alguna una receta y cómo es la convivencia:

“Jamás le pregunté a un jugador: ‘A vos qué te parece, qué jugador puede jugar. Más allá de las dudas que pueda tener como entrenador y que un futbolista esté capacitado para entrenar, no. Lo tendrá que hacer cuando sea entrenador”.

En ese estilo de conducción y manejo de grupo que fue moldeado a través de los años hasta lograr el mejor modelo que aplicó al proyecto de selecciones, a los futbolistas les brindó un lugar protagónico, porque con ellos, con los jugadores, muchas veces intercambió opiniones acerca de la forma de jugar del equipo, pero no con la aspiración de que tomen decisiones por él, sino para escucharlos e intercambiar conceptos de fútbol.

El recorrido que inició en 2006, en su segunda etapa en la selección uruguaya de fútbol, le enseñó algunos aspectos medulares, reconoció el entrenador.

Uno de los episodios al que se refiere ocurrió en marzo de 2009 en el Estadio Centenario previo al partido que Uruguay jugó ante Paraguay por la segunda rueda de las Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010. Los paraguayos lideraban el clasificatorio, eran la sensación del torneo, y Uruguay venía, como era habitual, penando a mitad de tabla para clasificar al repechaje.

“Acá, también aprendí a ser muy sincero conmigo mismo. Estábamos por jugar con Paraguay, que venía primero en las Eliminatoria y fuimos a entrenar al Estadio. Hicimos una práctica de fútbol y me vine con una sensación de desastre, de que perdíamos con Paraguay. La cancha estaba mal, habían jugado un clásico y la habían roto todo. El panorama era negro por donde se le mirara. Esa noche no dormí. Y a mí me pasa muchas veces, supongo que a todas las personas también -porque lo leí en algún libro de psicología o de los que hablan del sistema nervioso de las personas-, que muchas veces un buen método para resolver un problema que carcome, es dejarlo en pausa e irse a dormir. Me ha pasado muchas veces que me despierto con soluciones. A veces es una cosa sencilla, como a qué jugador pongo, pero a veces me despierto con una idea, la analizo, tiene sus fundamentos, pero no se me había ocurrido la noche anterior”.

A la mañana siguiente, Tabárez se levantó muy temprano y rumbeó a la sala de los entrenadores, donde siempre está el profe José Herrera conectado a Internet y con el mate a mano, que empezó a pasar hasta hacer una ronda, porque también se sumaron a la charla sus asistentes Celso Otero y Mario Rebollo.

De pronto, Tabárez los sorprende: “¿Saben una cosa?”, les dice, y genera una expectativa que tan rápido que como la plantea la expresa: “Me pasó esto y esto. Voy a cambiar todo con los mismos jugadores”.

Herrera, Otero y Rebollo se miraron y siguieron atentamente la explicación del entrenador. Habían entendido la finalidad de la propuesta.

El funcionamiento de Uruguay, que todos conocían de memoria con el tradicional sistema de cuatro defensas en el fondo, para el partido ante Paraguay en el Centenario lo cambió por línea de tres y como la modificación la realizó a último momento no hubo posibilidad de que nadie lo supiera. La sorpresa fue absoluta.

¿Por qué nadie supo del cambio táctico? “Porque por las características que tiene el Complejo de la AUF, en donde todos los entrenamientos, en la cancha que se haga, se realizan a la vista de quienes pasan por la calle, cuando paro un equipo al instante está en todos lados. También puede suceder que algún futbolista le comenta a un familiar o a su representante, hay que pagar favores y la cosa trasciende. Aunque ya estamos a una altura que no me preocupa tanto, en este tema porque no se puede luchar contra eso. En algún momento me molestó porque no comprendía el interés desmedido por dar el equipo con tanta anticipación, pero veo que no solo es en la selección, se sigue haciendo en el fútbol local”.

El partido con Paraguay correspondía a la undécima fecha de las Eliminatorias para Rusia y se jugaba el martes 28 de marzo de 2006 a la hora 17. Ese encuentro abría la fecha del clasificatorio, que volvía después de un receso de seis meses. Arbitraba el brasileño Carlos Simón. En ese momento, Uruguay no ocupaba los horarios centrales en la grilla de partidos, tenía los laterales.

Paraguay llegaba como líder de las Eliminatorias bajo la dirección de Tata Martino y a Montevideo lo acompañaron 6.000 hinchas. Hasta el día previo habían vendido solo 33.000 localidades de las 50.000 y entre los presentes estaría el presidente paraguayo, Fernando Lugo, que estaba de visita en Montevideo por los 18 años de la existencia del Mercosur.

En nueve partidos que habían jugado ante Paraguay en el historial de las Eliminatorias, Uruguay había ganado solo dos. El pasado tenía un peso excesivo para aquel equipo. Por eso la preocupación del entrenador, multiplicada por lo que había observado en el último entrenamiento.

El día previo, el lunes, antes del entrenamiento de pelota quieta, en el que Tabárez repasa todos los detalles acerca de quiénes ejecutan los tiros libres, cómo se disponen para defender un córners y cómo para atacarlo, que termina con un fútbol informal, los reúne en la sala de la charla técnica en el Complejo de la AUF y, sin rodeos, va directo al grano:

-Anoche llegué muy preocupado del movimiento que realizamos en el Estadio. No quedé conforme, y me fui a dormir con esa inquietud. Esta mañana me desperté con la solución-, explicaba mientras los jugadores seguían atentamente la charla, como sucede siempre en el Complejo de la AUF.

-Yo sé que alguno de ustedes lo puede tomar como una falta de coherencia, pero no me importa, yo estoy convencido de esto. Mañana vamos a jugar con línea de tres…- y continuó con todo el detalle sobre el planteamiento táctico que había proyecto para jugar ante Paraguay.

Enseguida realizó otra charla técnica, sobre aspectos que consideraba importante acerca de la estrategia para el día siguiente, y los futbolistas comenzaron a bajar a la cancha.

El último en salir fue el capitán Diego Lugano, que con esa figura que impresiona, gesto serio y voz profunda, se para frente Tabárez y le dice:

-Espero que le salga bien-

-Estoy convencido de que sí-, le retruca Tabárez.

-Perfecto, yo estoy aburrido de jugar así y estamos de acuerdo-.

-Va a ver que estamos de acuerdo-, subrayó el entrenador, ya camino al campo de juego para realizar la última práctica.

Pocos minutos después, ya en la cancha, todos los jugadores habían entendido la idea y en el entrenamiento, en el que nadie ajeno a aquel plantel pudo descubrir la sutileza del cambio táctico, porque a la distancia desde la calle de acceso al complejo de entrenamiento el único objetivo para los curiosos y periodistas que observaban, era descubrir quiénes serían los 11 futbolistas que jugarían el martes ante Paraguay.

Finalmente el día del partido Tabárez sorprendió a todos cuando a la hora 17, Martín Cáceres apareció como stopper por izquierda y no como lateral izquierdo, Maximiliano Pereira como carrilero por derecha y Álvaro Pereira, que debutaba ese día en Eliminatorias, por izquierda.

El equipo alineó a Sebastián Viera; Diego Lugano, Diego Godín, Martín Cáceres; Maximiliano Pereira, Diego Pérez, Sebastián Eguren, Álvaro Pereira; Cristian Rodríguez, Luis Suárez y Diego Forlán. Luego ingresaron Jorge Martínez por Cristian Rodríguez, Sebastián Abreu por Forlán y Bruno Silva por Godín. Uruguay ganó 2-0 con goles de Suárez y de Lugano.

“Hicimos un muy buen partido y sorprendimos a Paraguay”, dijo Tabárez para el este trabajo (Maestro. El legado de Tabárez).

Definitivamente, el técnico había brindado otra lección en la que con un movimiento de ajedrez cortó una racha adversa histórica. Le ganó a la velocidad de la información, porque mantuvo en reserva su cambio táctico, y convenció a sus jugadores -sin haber entrenado- de las razones de por qué apostar al cambio”.

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