Fútbol > EL ANÁLISIS
El gol prematuro y el miedo escénico nublaron a Nacional que no aprovechó una gran oportunidad frente a Cerro
Después de la derrota de Peñarol el viernes contra La Luz, celebrada con petardos por hinchas de Nacional en distintos barrios de Montevideo, el equipo de Álvaro Gutiérrez tenía la gran oportunidad el sábado de acortar a dos puntos su distancia con el campeón del Apertura y líder de la Tabla Anual.
Para eso necesitaba vencer a Cerro, de irregular campaña (terminó 10° en el Apertura), que ni siquiera pudo jugar en su cancha del estadio Luis Tróccoli porque no fue habilitada.
El partido correspondiente a la primera fecha del Grupo B del Intermedio se trasladó a Jardines del Hipódromo.
Sin bajas, con la recuperación de Francisco Ginella en el banco de suplentes (entró en los últimos minutos) y con las estadísticas que suelen acompañarlo en este torneo, Nacional tenía todo para irse contento de Maroñas.
Sin embargo, pese a que no perdió, el empate 1-1 le dejó un gusto amargo. El propio técnico lo reconoció en la breve rueda de prensa que brindó al cabo del juego.
Nacional entró dormido al partido. Apenas el cronómetro marcaba un minuto del partido cuando Lucas Rodríguez presionó a Franco Fagúndez y le robó la pelota en el sector del lateral izquierdo.
El albiceleste avanzó unos metros y lanzó al corazón del área, donde Dylan Nandín se metió entre Fabián Noguera y Diego Polenta para vencer a Sergio Rochet.
Sorpresa y pico. Y claro, el equipo de Gutiérrez que suele jugar a su manera, esperando en su cancha para aprovechar los espacios del rival con velocidad por afuera, tuvo que cambiar el guion sobre la marcha.
En los minutos siguientes al gol le costó una enormidad encontrar los caminos hacia Darío Denis. Embotellado, sin ideas en Fagúndez y Martínez, sin claridad en los laterales Lozano y Cándido, solo Zabala intentó por el medio con un par de disparos, pero le faltó puntería.
Nacional encontró espacios en el tramo final del primer tiempo, pero falló en la definición. El miedo escénico, de tener que ganar y encontrarse perdiendo tan pronto, le jugó una mala pasada.
El técnico intentó cambios en el segundo tiempo. Sumó delanteros y puso al colombiano Bocanegra en la mitad de la cancha, pero fue una sinfonía de pelotas perdidas.
Más adelante ingresaron Emmanuel Gigliotti y Gastón Pereiro. Doble 9 y línea de tres delante de Sergio Rochet. Había que llegar al gol de cualquier forma.
Lo consiguió a 15 minutos del final, en una jugada entreverada que limpió Pereiro con un remate fuerte después que se le escapara a Gigliotti.
Fue un revulsivo, pero duró poco, porque faltaron ideas. Trezza no fue solución por la derecha, Denis le sacó el segundo gol a Pereiro con una estupenda atajada, Ramírez y Gigliotti no encontraron una pelota buena en el área.
El tiempo pasó y Cerro tuvo ocasiones para marcar el segundo gol, lo que hubiera sido nefasto para los tricolores.
El empate final maquilló el desempeño de Nacional, que el miércoles tiene un partido fundamental en la Copa Libertadores frente a Inter de Porto Alegre. Un rival de otro calibre, por lo que tendrá que mejorar mucho el desempeño de esta tarde para sacar un resultado positivo del Gran Parque Central.
Una igualdad que preocupa, si bien mirando el vaso lleno, le descontó un punto a Peñarol. La idea era descontarle tres, para empezar la segunda parte de la temporada con otra cara.
