Y el día llegó. “El Loco” Sebastián Abreu le puso fin a sus 26 años de carrera como futbolista este viernes y se metió de lleno en su nuevo rol de entrenador. Fueron, según su cuenta, un total de 851 partidos jugados y 432 los goles que marcó.
Belvedere, que iba a ser el escenario de un prometedor juego entre Liverpool y Sud América, dos de los conjuntos más atractivos del Apertura, terminó siendo la cancha en la que el minuano de 44 años tuvo su despedida.
Desde que este jueves el Loco confirmó que iba a jugar, ahora sí, su último partido, fue el centro de atención en los medios deportivos locales y extranjeros, donde se ha repasado la trayectoria del delantero con sus goles y anécdotas.
Como era de esperar, en la fría tarde de Belvedere, Abreu fue el protagonista desde que llegó al estadio negriazul, en su último trayecto en ómnibus formando parte de un plantel de futbolistas.
Las cámaras lo siguieron en la entrada de calor de su equipo, donde Claudio “Pampa” Biaggio, el entrenador argentino y amigo del minuano de varios años, lo mandó al banco de suplentes, como ha sido habitual en este último ciclo del delantero.
Antes de comenzar el partido, el presidente de Liverpool, José Luis Palma le hizo entrega de una camiseta de los negriazules con el número 13 y el nombre de Abreu.
La despedida también tuvo la presencia de su familia en la tribuna. Si bien no se permite el ingreso de hinchas, por ser una ocasión especial, Paola, la esposa del Loco, y sus hijos Valentina y los mellizos Facundo y Franco pudieron estar en el último partido del padre. Diego, delantero de las juveniles de Defensor Sporting, estaba en viaje desde México, donde entrena con la selección azteca, y no pudo concurrir.
Abrigado con un camperón, Abreu vio los primeros minutos sentado en una silla plástica blanca junto al banco de suplentes, disfrutando del tibio sol en la cara y alentando a sus compañeros.
Liverpool se puso arriba a los 28 minutos con gol de Federico Martínez, de 25 años, quien nació en febrero de 1996, cuando el Loco se preparaba para jugar la Copa Libertadores con Defensor Sporting, en la que hizo seis goles, lo que lo catapultó para llegar a San Lorenzo de Almagro
Inmediatamente, los suplentes de la IASA comenzaron a calentar. A Abreu se lo vio preocupado por estar abajo en el marcador. Es que, a pesar de que era su último partido y podía encararlo con cierta distención, este jueves dijo a Referí que lo iba a encarar con la misma concentración y compromiso que en todos sus partidos.
Los locales siguieron adelante y se pusieron 2-0 arriba en el cierre del primer tiempo con gol del “Colo” Juan Ignacio Ramírez.
Durante el entretiempo pasaron cosas. El minuano hizo la activación junto a sus compañeros supentes y tomó un poco de agua.
Luego, desde el tejido de la tribuna se acercó un f uncionario con un uniforme de Liverpool y le dio una camiseta roja: era una 13 de Nacional con el nombre de Abreu. El Loco la desplegó, la observó y la puso sobre su muslo para estamparle el autógrafo.
El clima de despedida crecía en Belvedere. Los alcanzapelotas se acercaron al minuano y le pidieron una foto, a lo que el delantero accedió con una sonrisa. También el juez Pablo Giménez habló con el atacante antes de iniciar el segundo tiempo. El árbitro que tendrá en su historial haber dirigido el último partido de Abreu, le dijo algo y el Loco le sonrió.
La segunda mitad arrancó con Liverpool al ataque. Sebastián “Papelito” Fernández, compañero de Abreu en la selección uruguaya y en el Mundial de Sudáfrica quería su gol, pero fue Ramírez quien volvió a marcar a los 57 para el 3-0.
Sud América atacaba y tenía chances, pero ni Pablo Olivera ni Pablo Mouche estaban finos. El trámite estaba ideal para que Abreu ingresara y ver si podía meter una, pero Biaggio se tomó su tiempo. El Loco se movía y miraba el partido, hasta que a los 71’ el Pampa lo llamó y se sacó el abrigo para entrar. Justo en ese momento, cayó el cuarto gol de Liverpool, otra vez anotado por Martínez
A los 75’, el minuano entró por Olivera para jugar sus últimos minutos. Y ni bien puso un pie en la cancha, el Colo llegó puso el 5-0.
Abreu recibió el brazalete de capitán y con un partido liquidado, su objetivo pasó a ser por lo menos poder despedirse con un gol. Pero no pudo ser. Tuvo una chance en el final, la última del encuentro, y de su carrera, pero no logró definir de la mejor forma.
El juego terminó. Abreu fue despedido por compañeros y rivales, con un gran abrazo con Papelito Fernández, y hasta fotógrafos y periodistas lo saludaron.
Lamentó el resultado, pero dijo sentir “felicidad total” por la carrera que desarrolló en 26 años de goles y locuras en las canchas.
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