El mundo según Philomena Cunk se puede ver en Netflix
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > EN NETFLIX

El mundo según Philomena Cunk: una periodista con pocas luces y muchas risas en Netflix

La plataforma estrenó una miniserie de cinco capítulos que repasa en clave de humor la historia de la humanidad
Tiempo de lectura: -'
02 de febrero de 2023 a las 09:00

Como casi cualquier persona con una cuenta de redes sociales sabe, no hay que conocer demasiado de un tema para opinar al respecto. Seguro se le vienen a la cabeza también algunos ejemplos geográficamente cercanos de periodistas y/o comunicadores que debaten desde la alineación titular del próximo domingo hasta la situación económica de Madagascar sin demasiado prurito. Y después está Philomena Cunk, que haciendo eso mismo llegó a tener una serie propia en Netflix y a trabajar para la BBC.

La cadena pública británica es uno de los grandes cultores de los documentales académicos y de la divulgación científica, así como el hogar del naturalista David Attenborough. Cunk hace lo mismo pero yendo al otro extremo: sin saber de absolutamente nada, diciendo disparates frase sí y frase también, y confundiendo todo lo que se pueda confundir, relata la historia humana en los cinco episodios de poco menos de media hora que componen la serie El mundo según Philomena Cunk, una sátira de este estilo de programas que se siente como si los Monty Python tuvieran a uno de sus miembros trabajando para la National Geographic.

Pero no se alarme, que Cunk no es una persona real. Es un personaje interpretado por la actriz británica Diane Morgan (After Life, Mandy), que lo encarnó por primera vez en 2013 en el programa de humor Weekly Wipe. De ahí tomó vida propia y protagonizó diversas series satíricas y escribió un libro, siempre desde ese lugar de persona completamente ignorante que se propone explicar el mundo.

Diane Morgan interpreta a la protagonista de este falso documental

Detrás del personaje, además de Morgan, está el guionista Charlie Brooker, el hombre detrás de Black Mirror, que funciona como la cabeza del ejército de escritores detrás de esta nueva serie, que es la primera vez que Philomena Cunk se proyecta al resto del mundo de la mano de la gran N roja.

Historia para tontos

Al sentarse ante la serie hay que estar preparado, porque va rapidísimo. En apenas dos horas y media se va desde el arte rupestre hasta los smartphones, en un repaso histórico que solo se puede comparar con una obra cumbre de internet como es el video History of the entire world, I guess, que en 20 minutos va del big bang al presente.

El ritmo feroz de la miniserie ayuda a que no haya respiro entre la ametralladora de chistes que es Cunk, y de un guion que va desde el humor más inocente hasta los comentarios más afilados, en particular cuando hay que criticar al mundo moderno o a Estados Unidos. Hay desde juegos de palabras hasta gags visuales, y desde referencias a la cultura pop hasta parodias a las recreaciones históricas de los documentales de este estilo, que hacen que haya algo para sacarle una risa a distintos públicos.

Con el tono ácido que los británicos han cultivado en su humor a lo largo de los años, mezclado con el encare “llano” de Cunk —que compara situaciones como el surgimiento del cristianismo o la caída del comunismo con anécdotas de un amigo o de su expareja, y una insana obsesión recurrente con la canción Pump up the Jam—, la serie logra sacar un buen puñado de carcajadas, también con algunos desvíos narrativos y estilísticos que aparecen en los momentos menos pensados.

Dígame licenciado

Sin embargo, lo mejor de la serie son las entrevistas. Desde la más absoluta ignorancia, Cunk se planta delante de académicos de las universidades más prestigiosas y los interroga sobre los temas en cuestión. Sus reacciones son impagables cuando la conductora les hace consultas escatológicas o plantea disparates exagerados (si los profesionales ya sabían de antemano de esto, sus interpretaciones bien merecen algún premio), pero mejor todavía es su infinita voluntad y paciencia para corregirla o para seguir el hilo de sus consultas dementes.

Los responsables de El mundo según Philomena Cunk parecen haberlo tenido claro desde un principio, ya que antes del estreno de la serie se podían ver fragmentos de esas entrevistas en redes sociales. Esos clips podían generar la duda sobre si la propuesta del personaje podía funcionar extendida en el tiempo, y sostener en media hora los gags de dos minutos.

La respuesta es que sí, que se sustenta. Por supuesto, el nivel es desparejo y no todos los chistes aterrizan igual, pero el humor aguanta en el formato serie, sobre todo porque Diane Morgan aguanta sobre sus hombros el peso de la historia y hace que su personaje sea siempre convincente.

Y encima hay preguntas pertinentes, o dislates que llevan a respuestas interesantes con las que se puede aprender algo, o trazar conexiones entre eventos históricos. Incluso, aunque en ningún momento se sumerge con profundidad en ningún tema, se puede repasar lo ya conocido y estudiado con una nueva visión o con una dosis más que saludable de comedia. Y para eso, solamente se necesitaba a alguien que hiciera las preguntas correctas.

Porque al final tenía razón Carl Sagan cuando decía que no hay preguntas estúpidas, y Sócrates cuando decía que solamente sabía que no sabía nada.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...