"Oh, mi amor, no todo es color de rosa. Oh mi amor, no todo es amor, mi amor”. La canción queda resonando por horas en el cerebro. No todo es color de rosa. No si en el pasado hay un abuso, una muerte, demasiada desprotección y una niña que carga todo eso en la espalda.
Renata es una bailarina de ballet que está a punto de retirarse. Pero antes fue una niña que debió guardar un secreto oscuro que no la deja en paz y que afecta su vida en todas las horas. Renata (Nadia Navarro) charla en la playa con su amiga Paula (Cecilia Patrón) -excesivamente optimista después de un divorcio deseado- cuando notan que un hombre las mira. Después de una breve charla y algunos tragos Renata decide que es buena idea irse con Gabriel (Sebastián Silvera Perdomo), su hijo Tato (Franco Balestrino) y su amigo Gonzalo (Maxi González).
Esa decisión, que cambia la vida de todos, tiene a lo largo de la obra diversas consecuencias pero está marcada por la misma cruz: la violencia.
La violencia machista con disfraz de “aliado” de Tato que poco a poco empieza a dejar ver detrás de su aparente intención de rescatar a Renata. Una violencia arrastrada desde mucho tiempo atrás y abonada por el consumo y el rencor hacia su padre. La violencia de Gabriel, también solapada, con sus silencios y un vínculo cargado de sumisión al que somete a su pareja. Y la violencia de Renata hacia si misma, cuando ya no soporta más la tristeza que le atraviesa la piel.
La tensión que permanece casi todo el tiempo -que crece ante cada aparición de la violinista Fabiana Lira- se interrumpe brevemente con algunos pasajes de humor que aflojan los cuerpos agarrotados en las sillas del Teatro Stella. Pero son solo unas bocanadas de aire para poder seguir viviendo con los actores su dolor y una liberación que llega para todos, aunque no todos puedan verlo.
La autora y directora de la obra, Fernanda Muslera, se basó en la película The Misfits, de John Houston, escrita por Arthur Miller, para crear Rescate a la dama con tutú. Y a pesar del nombre de la obra, el rescate es lo que aparece permanentemente cuestionado, como la forma de los vínculos y el amor, las cosas que deberían ser y las que finalmente son en cada vida y su peripecia. La huella de los abusos y las marcas indelebles de las relaciones dominantes.
Vale la pena verla y confirmar eso que ya sabemos. No, no todo es color de rosa.
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