El viaje del presidente

Allí encabezó una reunión de mandatarios del Mercosur y mantuvo un encuentro con el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Ghebreyesus, con quien tiene grandes coincidencias. Un día antes, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lo distinguió como Héroe de la Salud Pública de las Américas por su liderazgo ineludible en el combate al.
Tras recibir la máxima distinción de la OPS el presidente uruguayo señaló que “ser héroe es abrumador. Gracias por acompañarme en este particular momento de mi vida. Gracias a quienes me trajeron hasta aquí, mi esposa, mi familia, mis docentes, mis colegas, mis colaboradores, y porque no también mis pacientes, fundamentales, sin cuyas enseñanzas, confianza y apoyo este recorrido hubiera sido imposible”.

Diego Battiste

“Gracias -dijo- a mi país que me dio la oportunidad de crecer como persona, capacitarme como médico y formarme como ser humano”, señaló. 
“Títulos como el que hoy recibo son mucho más que un diploma, son un compromiso. El compromiso de demostrar día a día que el reconocimiento recibido es merecido. Yo no he trabajado para ser héroe y no sé si lo soy, pero sé que continuaré trabajando para ayudar a que el oficio de vivir sea el mejor oficio humano”, finalizó el presidente.

Camilo dos Santos

El presidente Vázquez nació en el popular barrio capitalino La Teja. En el ocaso de su segunda presidencia y en el umbral de su vida alcanza un sitial que probablemente no soñaba cuando estudiaba medicina en sus años jóvenes y luchaba por mantener a su familia. Se trata del típico caso por el cuál Uruguay se vanagloriaba; esa pequeña república en el sur del continente americano en que cualquiera podía aspirar a ser -sin ser tildado de loco- presidente de la República.

Vázquez quedará además en la historia como el primer presidente que no pertenecía a las colectividades tradicionales en hacerlo. En 2004 se convirtió, tras unas elecciones ejemplares, en el primer presidente de izquierda del Uruguay. Su triunfo personal fue también el de un país y una comunidad con instituciones sólidas y comportamiento cívico de envidia en el resto del mundo. Además de necesaria, su primera administración fue buena. Le hizo bien al Uruguay.

Camilo dos Santos

Vázquez llega a ser lo que es gracias a un país que se tomaba muy en serio a la educación pública y que generaba las condiciones para que aquel que se empeñara, alcanzara sus sueños altos. Lamentablemente las condiciones que existían en ese Uruguay en que se crío Vázquez ya no están más. Hoy vivimos en un espiral de desidia que hace que recorrer el periplo que vivió el presidente sea mucho más tortuoso y complejo, casi imposible. 

Vázquez llega a ser lo que es gracias a un país que se tomaba muy en serio a la educación pública y que generaba las condiciones para que aquel que se empeñara, alcanzara sus sueños altos.

Por eso hace bien el presidente en reconocer su viaje personal tras recibir esta distinción internacional. Su carrera debería ser inspiradora para muchos jóvenes con ansias de superación. Es una pena que el Uruguay que dejará tras su segunda presidencia no presenta mejores condiciones para el desarrollo individual que él sí tuvo, porque hoy, por el decaimiento educativo y la fragmentación social existentes, es mucho más difícil que antes forjar un horizonte personal mejor