Por Juan Samuelle, enviado a Soriano
La sequía en Uruguay persiste, pese a las lluvias que hubo en la última semana, que fueron en algunas zonas del país muy buenas, pero en otras no.
Los impactos adversos lejos están de ser solucionados. A nivel oficial, la última estimación ubicó las pérdidas solo directas en más de US$ 1.800 millones, pero hay otras estimaciones que señalan que eso se superará y por mucho.
Con eso como marco, el ingeniero agrónomo Eduardo Blasina afirmó a El Observador: “Me parece que es un escenario muy complicado en el presente, pero que tiene una perspectiva interesante”.
Lo último guarda relación con lo que definió como “una transición extraordinariamente veloz de niña a niño”, que ambientaría mejores condiciones para el desarrollo de los diferentes sistemas productivos en el ejercicio 2023/2024.
Blasina, director de la consultora Blasina y Asociados, brindó una charla en el stand del banco BBVA el jueves 16, en la Expoactiva Nacional. Al otro día, lo hizo ya para el público en general, en la Sala de Conferencias del predio de exposiciones de la Asociación Rural de Soriano (ARS).
Tras la charla en el stand de BBVA, explicó a El Observador que hay varios factores a considerar para analizar la situación actual y uno clave es la geopolítica.
“Es un factor determinante de incertidumbre, hay una guerra que va para largo, que afecta a países que son exportadores (de granos e insumos productivos), con un acuerdo para mantener las exportaciones que se esta definiendo en estos días y no está claro en qué sentido se va a definir, porque Rusia quiere prolongarlo por dos meses y Ucrania y ONU por más tiempo y las negociaciones no concluyeron”.
Por otro lado, existe, dijo, “una situación de importante inflación en los precios de los alimentos en el mundo que va a hacer que tengamos un 2023 de crecimiento bajo, de tasas altas y probablemente de un dólar más alto, eso es un cierto freno en el precio de las materias primas, por lo que se sugiere en principio presupuestar el precio de trigo, cebada y colza para esta zafra en el entorno de 10% abajo en dólares comparados con los precios del año pasado”.
Eso, puntualizó, sucede “partiendo de que los precios del año pasado eran un récord absoluto, porque en el inicio de la guerra había una incertidumbre enorme, entonces aún con precios en dólares más bajos que los del año pasado son precios buenos. Eso es un factor de tranquilidad”.
Para Blasina, “el tema central es el clima, por el daño que ha hecho, por las temperaturas totalmente extraordinarias que tenemos, va a seguir siendo un factor decisivo porque la producción agropecuaria es necesariamente a cielo abierto”.
Considerando eso, “el productor se tiene que manejar con información de calidad, con información científica respecto al clima”, enfatizó.
Añadió: “Creo que va a haber un rediseño de la agronomía, porque por ejemplo dejar suelo descubierto en este momento, cuando empiezan a llegar lluvias, puede ser un riesgo muy grave de erosión; porque capturar carbono en algún momento va a tener un premio, porque hay que descarbonizar la economía y se está avanzando velozmente en el mundo en la existencia de mercados de carbono; porque además queremos proponer la idea de que hay tres tipos de productores: los que van ganando materia orgánica, los que sostienen su materia orgánica y los que van perdieron materia orgánica”.
Sobre lo último, agregó: “No es lo mismo el que saca 5.000 kilos de trigo pero va aumentando la materia orgánica que el que saca 5.000 kilos pero la va perdiendo, porque en un caso sabemos que ese rendimiento es sostenible, es estable, y en el otro sabemos que ese rendimiento se va a caer y los costos van a subir”.
A propósito del clima, Blasina consideró que “tenemos una transición extraordinariamente veloz de niña a niño, lo cual implica un cierto riesgo para los cultivos de invierno, pero un escenario muy favorable para los cultivos de verano y para carne el año que viene, que pueden tener la coincidencia de una China creciendo fuerte como demandante, porque la economía está acelerando, porque vuelve a tener problemas con su producción de cerdos por Fiebre Porcina Africana”.
Ese cambio en el factor climático puede ambientar “lluvias que permitan una recuperación fuerte de la producción, tanto forrajera como de soja, maíz 2023/2024”.
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