Gobierno extiende suspensión de clases presenciales al menos hasta el 3 de mayo, anunció Lacalle

Si bien el año lectivo se inició con presencialidad plena, el aumento de casos de covid-19 y la presión sobre el sistema sanitario llevaron al gobierno a suspender, en primera instancia, la obligatoriedad de la comparecencia presencial de los alumnos, y luego a decretar la educación a distancia en todos los niveles de la enseñanza. 

El pasado 23 de marzo, pocos días antes de Semana Santa, el gobierno había resuelto suspender las clases presenciales con la expectativa de que eso contribuyera a reducir la movilidad, y que se pudiera retomar la presencialidad de forma gradual una vez culminadas las vacaciones. Sin embargo, pocos días después se decidió extender la suspensión por una semana más, hasta el 9 de abril, ante un panorama sanitario que no presentaba cambios significativos.

A través de un comunicado, la ANEP explicó que la resolución se tomó "en acuerdo" con los ministerios de Educación y Cultura (MEC) y de Salud Pública (MSP). Según expresó el organismo, "la resolución involucra a todos los centros educativos del país, públicos y privados", aunque "permanecerán abiertos a través de un sistema de guardias" que será determinado por cada subsistema educativo "de acuerdo con las realidades y necesidades correspondientes a cada uno". "Se deberán cumplir todos los protocolos elaborados y de aplicación en cada caso", añade el comunicado.

Asimismo, ANEP informó que se "mantendrá la entrega de partidas de alimentación a los alumnos inscriptos en los registros y que sean beneficiarios del servicio de alimentación escolar". 

Movilidad y rutina

En una conferencia de prensa que brindó este miércoles, el presidente comunicó que la medida sería prorrogada al menos hasta inicios de mayo, de acuerdo a una resolución de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).

Lacalle dijo que la postergación tenía dos grandes fundamentos. Por un lado, mencionó que si bien el 2,5% de los contagios de covid-19 se atribuían a centros educativos, "el dato creció" en las últimas semanas, además de que la circulación comunitaria del virus hace "difícil saber" con exactitud el origen de los brotes. 

"El sistema educativo además mueve en el entorno de 1 millón de personas. Como tenemos la posibilidad de la virtualidad, con sus defectos, dijimos: ese sector donde se mueve mucha gente, es lógico que pase a la no presencialidad", agregó. 

Por otro lado, el presidente señaló que el ir a clase también "trae aparejada una rutina", y que la extensión hasta fin de mes de la medida adoptada hace unas semanas ayuda a bajar la "incertidumbre". 

"No es solo la rutina de los niños, sino también la de sus padres y de toda la familia. Entonces, ¿por qué la decisión de fin de abril? Si la ANEP decidía ir hasta el 19 de abril sin presencialidad, capaz los chiquilines iban una semana y después los hacíamos volver atrás. Dentro de la incertidumbre mundial y nacional, si realmente queremos blindar abril, vamos a asegurar que no haya presencialidad y las famliias sepan desde ya que hasta el 3 de mayo van a estar dentro de un sistema de virtualidad, para después –esperemos así suceda– ya arrancar todo el año", expresó el presidente.

Leé también

ANEP discute este miércoles prolongar la suspensión de presencialidad

Entrevistado este martes por el diario argentino La Nación, Lacalle Pou ya se había mostrado afín a "extender la suspensión de la presencialidad", y se había referido a ese segundo argumento. "Hay algo que me preocupa como presidente, y me preocupa como padre. A un chiquilín no se le puede decir: empezá, cortá, empezá, acostumbrate a una rutina, ahora cortala, andá a la computadora, ahora andá a la clase. Esto corresponde a las autoridades de la educación y su autonomía, pero yo prefiero extender la suspensión de la presencialidad", comentó el presidente.

En un mismo sentido, Juan Gabito –consejero de ANEP en representación del oficialismo– había dicho a El Observador que lo más "razonable" era plantear medidas por plazos mayores a una semana, para poder adoptar "planificaciones más largas". Gabito mencionó como argumento la "incertidumbre" que implica para las familias, el cuerpo docente e incluso la alimentación escolar el hecho de tomar una decisión "semana a semana".