La Comisión de Ética de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), que se fue desmembrando desde su conformación en febrero de 2019, se terminó de desintegrar la semana pasada tras la renuncia de los tres miembros que quedaban en funciones (Álvaro Ezcurra, Jorge Castiglioni y Olivier Viera).
Con esta decisión quedó sin definición el caso de Diego Forlán, que ingresó en agosto a la órbita de la Comisión de Ética de la AUF por sus expresiones contra dos miembros de un tribunal de la AUF.
El tribunal de Ética de la AUF fue votado por el nuevo congreso en febrero de 2019 y lo integraron, además de los tres miembros que estaban en actividad, Santiago Ostolaza y Elder Améndola.
Ostolaza renunció en 2019 tras asumir como entrenador de la selección femenina sub 17.
Améndola dio un paso al costado este año, antes de la pandemia de covid-19 que se declaró en marzo
La Comisión continuó en actividad con los tres representantes, el número mínimo para funcionar del cuerpo de cinco miembros.
Paralelamente, desde que fue votada en febrero, los integrantes del tribunal de la AUF solicitaron al gobierno del fútbol aprobar el código de ética.
La aspiración de los dirigentes se encontró con que la AUF estaba en su última etapa bajo la supervisación de FIFA y con Pedro Bordaberry al frente en forma interina, el acto eleccionario de marzo 2019 y el cambio de gobierno. Ignacio Alonso asumió en mayo de 2019.
En setiembre, según explicaron desde el tribunal, Olivier Viera elaboró el texto del código disciplinario para allanar el camino. Presentó el borrador para que lo estudiaran, ajustaran y presentaran al congreso de la AUF para su aprobación.
Mientras tanto, la Comisión de Ética fallaba con el código de Conmebol, como establece el estatuto para las situaciones como la que vivía la AUF.
En el congreso de febrero el texto estuvo en el orden del día, pero no fue aprobado, explicaron desde la Asociación.
El órgano soberano de la AUF, el congreso, lo integran los clubes del fútbol profesional, los clubes del fútbol amateur y los grupos de interés (futbolistas, entrenadores y árbitros).
En marzo, la pandemia obligó a cerrar la AUF y era intención del ejecutivo ponerlo a consideración después de aprobar Memoria y Balance, que debió ser votado en setiembre. Sin embargo, este asunto que debía resolverse en una asamblea se dilató en tres jornadas.
Ahora, en la próxima reunión el congreso no solo tendrá que aprobar el código de ética sino los cinco miembros que integrarán el cuerpo.
El 18 de agosto se reunió la Comisión de Ética para abordar la denuncia que elevó la Comisión Disciplinaria de la AUF por las declaraciones que el entrenador realizó en un programa de radio, en las que criticó a dos miembros del tribunal a quienes responsabilizó de pretender dar el máximo de sanción por su incidente de marzo con el línea Martín Soppi, por sus condiciones de hinchas de Nacional y Defensor Sporting, y los acusó de falta de profesionalismo.
Ese mismo día, por Zoom, los tres integrantes del tribunal resolvieron instruir el caso. La Comisión de Ética recibió los descargos de Forlán y de Peñarol, y avanzaba en la decisión cuando los tres integrantes del cuerpo decidieron dar un paso al costado.
El caso será estudiado por el nuevo tribunal.
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