Mientras continúan sin descanso las tareas de rescate en Turquía y el norte de Siria, la cifra de muertos por los terremotos de este lunes supera las 7.300 personas.
Los muertos en Turquía ya suman más de 5.400, según informaron las autoridades, mientras que en Siria ya son más de 1.800 los fallecidos.
La ayuda internacional llegó casi de inmediato a las zonas más castigadas por el sismo y sus réplicas, que se sintieron hasta en Líbano, Chipre y el norte de Irak, pero el clima tortuoso en Anatolia complica las labores de rescate y dificulta las perspectivas de hallar más sobrevivientes.
El estado de emergencia por un periodo de tres meses en diez provincias del sureste turco fue decretado por el presidente Recep Tayyip Erdogan.
Al caso de la bebé recién nacida hallada viva de milagro entre los escombros de un departamento en Jindires, se suma el de una niña de 7 años rescatada en la provincia de Hatay, al sur de Turquía, encontrada por los socorristas bajo una montaña de escombros, y el del futbolista ghanés Christian Atsu, exjugador del Málaga y del Chelsea que en septiembre pasado se convirtió en jugador del Hatayspor, equipo de la Liga turca de fútbol, encontrado vivo entre los restos de su casa.
Los primeros equipos de socorristas, llegados de Francia y de Catar, colaboran con los brigadistas turcos y sirios. La idea de los franceses es llegar a Kahramanmaras, la zona del epicentro de los sismos, una región de acceso difícil y sepultada bajo la nieve.
Los Estados Unidos prometieron "toda la ayuda necesaria, sea la que sea". China anunció el envío de una ayuda de US$ 5,9 millones. Emiratos Árabes Unidos prometió US$ 100 millones para Siria y Turquía. Arabia Saudita anunció que funcionará como puente aéreo para proporcionar ayuda. Ucrania dijo que enviará 87 socorristas. Rusia prometió a su aliado Siria que enviará equipos de socorro "en las próximas horas", además de los 300 militares rusos que ya se encuentran en el lugar para ayudar en el rescate.
La ONU, por su parte, dijo que la ayuda debe llegar a toda la población siria, incluida la parte que no está bajo control de Damasco, mientras que la Media Luna Roja siria instó a la Unión Europea a levantar las sanciones contra el régimen.
Sólo en Turquía, las autoridades contabilizaron casi 5.000 inmuebles derrumbados. Y anunciaron que las tremendamente bajas temperaturas suman los riesgos de hipotermia para quienes continúan atrapados bajo los escombros.
Si bien las autoridades turcas habilitaron gimnasios, escuelas y mezquitas para albergar a los supervivientes, buena parte de la población pasa la noche al descubierto por temor a que se produzcan nuevos sismos.
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