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La ganadería cruzó estable por la sequía

Estudio del Instituto Plan Agropecuario señala que la carga animal en vacunos y ovinos bajó, la mejora del precio compensó la suba de costos y el margen se achicó levemente
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19 de octubre de 2018 a las 05:02

Por Blasina y Asociados, especial para El Observador

La ganadería uruguaya sigue transitando su actividad con márgenes reducidos, a la espera de que esta buena primavera y una mejora de precios en el ganado gordo le permita un mejor 2018/2019.

Por cuarto año consecutivo el ingreso de los ganaderos está entre US$ 50 y US$ 60 por año, según detectó el tradicional estudio del Instituto Plan Agropecuario (IPA) sobre los resultados de las empresas ganaderas.

El ejercicio pasado, 2017/2018, volvió a marcar una situación difícil, atenuada en la cría por el buen precio de los terneros, también por una mejora en el precio del ganado gordo y la lana fina con incidencia en los predios del norte. Los ingresos cayeron de US$ 57 a US$ 53 por hectárea, a la cotización promedio del ejercicio, $ 1.625 por hectárea por año, sin contar pagos de deuda o arrendamientos.

Los márgenes sumaron su cuarto año consecutivo con pocas variantes, pero el resultado es mejor que en otros años de sequía, aunque peor que en los años de precios altos de las materias primas, cuando el ingreso superó los US$ 80 por hectárea.

Siempre resulta un valor similar al de las rentas ganaderas y es notoriamente inferior respecto a las rentas que ofrece la forestación, del entorno de US$ 200 por hectárea. Dicho de otro modo, a los productores ganaderos les resulta más rentable no trabajar y pasarse a los eucaliptus que seguir trabajando detrás de sus vacunos. En los datos se observó más dispersión que en años anteriores, justamente por la sequía que golpeó en forma disímil.

Cada vez menos vacunos y ovinos

Confirmando los datos que ya había anticipado el Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG), la dotación vacuna cayó 10% y la ovina un llamativo 20%, a pesar de que la lana ayudó a las empresas del norte a mejorar su ingreso. La sequía explica el ajuste en los vacunos. Son más complejas las causas de la baja en el stock ovino.

La producción de carne vacuna, 82 kg/ha, sintió los efectos de la sequía. Cayó 14% respecto al ejercicio pasado. Según el IPA, “la sequía no impacta en los indicadores reproductivos generados en el ejercicio pasado (tasa de marcación), pero sí impacta y negativamente en la productividad de estas empresas (kilos producidos)”.

El ejercicio pasado registró una recuperación en los precios de venta de los vacunos que fue 10% superior al del ejercicio 2016/2017, lo que prácticamente equiparó la pérdida productiva.

Los precios recibidos por los productores por los lanares también crecen, 4%. El precio de la lana bajó 10% en las más gruesas, pero las más finas suben 55% respecto al 2016/2017.

En el balance, para el ejercicio el producto bruto cae 2%, ubicándose en 149 US$/ha. Y los costos suben, por segundo año consecutivo, aunque en parte influenciados por la sequía que obligó a aumentar los costos de alimentación. El costo de producción vuelve a crecer, al igual que en el ejercicio pasado, ahora 10%, alcanzando los 96 US$/ha (sin incluir pagos por arrendamientos e intereses de deuda).

Claramente hay mucha más dispersión que en otros años.

En promedio se produjo un poco menos, pero con un precio algo mejor que el año anterior, especialmente los criadores y en parte los de ciclo completo.

Y los costos tuvieron un aumento de costos, porque el dólar remontó sobre el final y la gente gastó más en alimentación.

El año pasado era el número 13 de 16 si se hacía en pesos constantes. En dólares está cerca del promedio. Y seguimos en el fondo del tarro en pesos constantes. La ganadería sigue peleando el descenso en poder de compra.

La doble esperanza está en que una buena primavera y un año Niño traigan también lluvias durante el verano y otoño y que el dólar repunte como para que una leve mejora en dólares genere una mejora ampliada en términos de pesos constantes.

Por otro lado, el fuerte aumento del ingreso generado por la lana fina llama la atención como una posible estrategia de mejora del ingreso.

Otro factor que puede estar jugando el año próximo tiene que ver con lo que suceda con la exportación de ganado en pie. La devaluación de la lira turca, los precios más bajos de los terneros de Brasil, la aparición de casos de carbunclo en ganado importado por Turquía desde Brasil pero que afectó a todo el negocio son algunos de los factores que pesan para bajar el precio del ternero respecto a años anteriores. Y pueden mejorar la situación de los invernadores, perjudicando a los criadores que durante estos años tuvieron una certeza de colocación a buenos precios que no es claro vaya a persistir en el futuro.

Hasta esta semana esa demanda permanece al margen y los precios del ternero ya son menores a las que reportó el informe del IPA.

Los datos con su dispersión parecen indicar que hay quienes han logrado diversas estrategias exitosas, a las que valdrá la pena analizar.

¿Qué hicieron aquellos que tuvieron un buen resultado en un año adverso? ¿Resistieron a través de sus estrategias de alimentación? ¿Lo hicieron  a través de una presencia de ovinos de lana fina más importante?

Los promedios dicen cómo le fue al conjunto, pero la variabilidad parece tener mucho para enseñar en la batalla por lograr que los ingresos promedio del futuro sean mejores aún en los años en los que la sequía golpea durante la primavera y el verano. Por otra parte, la gráfica de ingresos reales muestra un declive persistente, que tal vez un dólar diferente puede al menos estabilizar. Pero la distancia entre el ingreso neto ganadero y la renta forestal lleva a pensar cuántas hectáreas pasarán de la ganadería a la forestación y qué pasará con el stock vacuno y ovino a mediano plazo.

Para saber

El Instituto Plan Agropecuario, en un trabajo a cargo de Carlos Molina, releva información de un conjunto de 120 empresas ganaderas de todo el país cuyos titulares voluntariamente comparten desde el año 2000.

Una de las conclusiones que se exponen en el portal planagropecuario.org.uy es que “mejoran precios, aumentan costos y disminuye producción”.

Otra, que “productores criadores aumentan ingresos en el norte, se mantienen iguales en el sur y los de ciclo completo bajan en todo el país”.

La cifra

6a caída consecutiva se produjo en los ingresos de las empresas ganaderas en el país, en pesos constantes, con el registro más bajo desde el período 2008/2010, según detectó el estudio que realiza cada año el Instituto Plan Agropecuario.

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