Excéntrica, fuera de época, defensora del alcohol y de las relaciones amorosas entre mujeres, narcisista, frívola, pedante, de todo se ha dicho sobre Amélie Nothomb, pero nunca se le ha podido tildar de aburrida, un adjetivo imposible de pronunciar cuando se leen sus libros que, de una u otra forma, siempre se las arreglan para atrapar al lector desde un ángulo imprevisto, novedoso.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá