La táctica que empleó la selección uruguaya ante el combinado chileno en Santiago en la noche del jueves en la despedida con triunfo 2-0 de las Eliminatorias para el Mundial de Catar 2022, comenzó de entrada con las seis variantes que indicó Diego Alonso para comenzar el encuentro, si se toma en cuenta el compromiso del jueves anterior contra Perú que le dio la clasificación a los celestes.
Sebastián Coates, Matías Viña, Lucas Torreira, Nicolás De la Cruz, Diego Rossi y Edinson Cavani ingresaron como titulares ante los trasandinos.
Uruguay mostró 15 minutos de gran capacidad técnica en la cual se notó desde el inicio una presión asfixiante en la salida del conjunto que dirige el uruguayo Martín Lasarte.
Ese pressing lo siguió utilizando incluso cuando bajó en sus revoluciones físicas y fue un arma importante para hacerse del balón por un lado, mientras que por el otro, no dejaba jugar al rival.
No es algo sencillo de hacer y mucho menos contra un rival que el toque lo lleva en su génesis. Chile, normalmente, se caracteriza por tratar muy bien el balón.
Lo que más impactó de Uruguay fue la parte física. Los minutos pasaban y luego de aquellos primeros 15, sobre los 25 volvió a la carga con Nicolás De la Cruz como extremo por derecha, y Diego Rossi, en su debut celeste, por izquierda.
Fue un equipo compacto en todas sus líneas y amedrentó a un rival que estaba casi entregado de entrada. Eso, de todas formas, no desdibuja lo muy bueno que mostró una vez más el conjunto dirigido por Diego Alonso.
El tándem de la mitad de la cancha formado por Federico Valverde y Rodrigo Bentancur, sigue invitando a soñar en grande. Son dos jugadores formidables, y otra vez volvieron a sobresalir.
Este último jugó un notable primer tiempo, marcando mucho y habilitando a sus compañeros, dejando solo a un compañero de cara al gol.
Valverde, un tanto impreciso en la primera mitad, igualmente dejó solo de cara al gol a Luis Suárez -quien había ingresado tras la lesión de Edinson Cavani a los 25 minutos- y en el segundo tiempo, apareció con espacios, en todo su esplendor. Un futbolista que atraviesa un momento espectacular y que promete más.
Chile se “suicidó” futbolísticamente porque a estos dos hombres no les puede regalar el campo como lo hizo en la noche de este martes. Tuvieron una libertad bárbara y la supieron utilizar para el bien de Uruguay.
Entonces esa presión se siguió trasladando con el correr de los minutos. Ya con Uruguay ganando 1-0 luego del golazo de Suárez, el equipo seguía y no paraba. Asfixiaba a su rival y esa fue su gran arma. Pese a que faltaba muy poco para el final, pese al gran esfuerzo físico realizado, el pressing no se detenía. Y esa es una virtud de los grandes equipos, así como también la circulación de la pelota.
Este último ítem es algo que se ve con Diego Alonso, algo que el nuevo entrenador celeste imprimió a un conjunto que con la pelota era mucho más lento.
Esa circulación se vio clarísima en este partido contra los chilenos. Toque hacia el costado, de primera, hacia atrás, de primera otra vez. Sin darle descanso a la pelota y al rival que solo atinaba a mirarla. Así también atacan y así también se defienden los grandes equipos. Con la pelota. Si Uruguay la tiene -como en este caso- el rival, no.
Con relación a la figura táctica, el entrenador celeste con esos seis cambios anunciados al principio, paró delante de la línea de cuatro a Lucas Torreira, un poco más adelantados a Valverde por derecha y a Bentancur por izquierda, en tanto que ya como extremos, De la Cruz por el lado derecho y Rossi por el izquierdo.
De esa manera, Edinson Cavani volvió luego de un tiempo a ser un ‘9’ exclusivo de área, como no tantas veces se lo vio en la selección. La última vez había sido el pasado 28 de junio cuando Luis Suárez fue al banco y Tabárez colocó al jugador de Manchester United en esa posición. Fue contra Paraguay en la Copa América disputada en Brasil y que ganó Argentina.
Anteriormente, lo había hecho cuando Suárez había estado suspendido por la FIFA tras haber mordido a Giorgio Chiellini de Italia en el Mundial de Brasil 2014.
Pero no jugó muchas más veces allí. Cavani estaba haciendo un trabajo intenso en el área contraria, hasta que se lesionó a los 25 minutos y lamentablemente para Uruguay, sigue acumulando lesiones.
El rombo de la mitad de la cancha funcionó muy bien y pese a jugar con un solo delantero -sucedió lo mismo cuando ingresó Suárez por Cavani- el combinado uruguayo fue el dueño de prácticamente todas las acciones ofensivas.
Así se llevó una gran victoria en Santiago, lugar donde no ganaba por Eliminatorias desde 2001 dirigido por Víctor Púa y con un gol de Ítalo Díaz en contra.
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