Sergio Cid, en la actualidad vive en Atlántida

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La vida de Sergio Cid: debutó en el Nacional de las Estrellas, hizo historia en Progreso y dio positivo tres veces

Se formó en Nacional, integró la Quinta del '80, hizo historia con Progreso en la década de 1980 y se retiró en Cerro a los 29 años porque "en el fútbol hay mucha mierda"
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19 de mayo de 2023 a las 18:07

Sergio Cid estudió en una escuela adventista, pero es ateo. Todavía recuerda los palazos que recibió durante la dictadura militar. Integró la "Quinta del '80" de Nacional que le ganó 1-0 al equipo principal que una semana después obtuvo la Copa Libertadores frente al Inter de Porto Alegre. Debutó en Primera división en el Nacional de las Estrellas de 1983. Tabaré Vázquez le firmó el primer contrato en Progreso, donde hizo historia. Jugó en Perú, estuvo a punto jugar en Racing de Avellaneda pero su representante no "tocó" a la persona adecuada y se retiró, hastiado del ambiente del fútbol, a los 29 años. Tres veces le dio positivo el control antidopaje y la primera vez su padre le dijo: "Te cagaron". Hoy vive en Atlántida y es "amo de casa".

Muchos lo relacionan con La Teja, pero Cid nació y creció en el Cordón, en las calles Constitución y Galicia. Es hijo único y el padre de Pablo Torres, un amigo de barrio, lo llevó a jugar al fútbol al Dínamo, un cuadro que estaba en Goes y Defensa. A los 11 años se unió al baby de Nacional y continuó hasta llegar a Primera división.

Cid dejó el fútbol a los 29 años

Estudió en una escuela Adventista ubicada en avenida Italia y bulevar Artigas porque su tío era pastor. Después fue a la Sagrada Familia. "Al pedo, porque entre los curas y la iglesia, salí ateo", dijo Cid.

El primer año de liceo lo cursó en la escuela Italiana cuando se ubicaba en Paysandú y Magallanes. Al año siguiente el liceo se mudó a Carrasco y se fue a la Sagrada Familia.

Corría el año 1974, plena dictadura militar. "Cada palazo me llevé de los milicos que ni te digo. Uno era guacho, iba a las marchas. No podía tener el pelo largo", recordó.

Siempre le gustó el fútbol: "Los pocos partidos que te pasaban por tele me los devoraba, como cualquiera. En el Mundial del 74 en la escuela Italia nos dejaban salir antes para ver los partidos de Uruguay, que fueron tres nomás porque no pasamos la serie".

La "competencia" con Washington González 

Durante la etapa de formativas en Nacional alternaban los entrenamientos en el Parque Central y en Los Céspedes. 

"Era una época bárbara. En la Quinta del 80 teníamos al Chueco Masnik de técnico y al profesor Amandio Méndez, unos verdaderos cracks como profesionales y como personas. Y un grupo humano bárbaro, que seguimos juntos casi hasta llegar a Primera. El Tano Chilelli, Avelino Viña, Pedroso, el Pepe Pereira, Juancho Cardinal, Pablo Fuentes... hasta el día de hoy nos seguimos juntando. Cada dos o tres meses hacemos una comida", contó Cid de aquellos tiempos.

Cid en el baby fútbol de Nacional

Cuando se juntan repasan recuerdos: "Contra el Nacional que salió campeón de América contra el Inter, una semana antes jugamos un partido y les ganamos 1-0. No me acuerdo mucho pero imagino que ellos no se deben haber forzado mucho una semana antes de la final, se habrán cuidad para no lesionarse. Jugamos 10 veces más y perdemos 9. Pero me acuerdo que después el Chueco Masnik nos decía que Mujica quería revancha y le decía que no, 'esto es a un partido, mala suerte'". 

Ascendió al plantel principal en 1982, donde todavía permanecían los históricos Ildo Maneiro, Juan Carlos Blanco y Víctor Espárrago. "Yo veía como una división entre los veteranos y los otros, Rodolfo, Luzardo, Washington González. Que no se daban mucha bola, me pareció a mi en esa época", admitió de las primeras veces que ascendió.

Ese año Cid disputó amistosos en Primera, y jugó en Tercera y en Cuarta división. En Primera el lateral izquierdo era Washington González y el derecho José Moreira. "El Negro González era un monstruo. Los que eramos laterales y estábamos ascendiendo, no jugábamos nunca. Yo jugué en el 83 porque al Negro lo echaron en el primer partido de la Libertadores contra Wanderers y le dieron dos partidos; ahí entré contra Nacional de Paraguay en Montevideo y contra Olimpia en Asunción".

Tercera división de Nacional

Después, durante el Campeonato Uruguayo, alternó en Primera cuando los titulares eran llamados por la selección para disputar la Copa América. "Además de que eran unos cracks, el Negro y el Chico Moreira no se lesionaban nunca".

Cid debutó en el llamado Nacional de las Estrellas, equipo que se formó con la intención de ganar la Copa Libertadores de 1983. Llegaron al club tricolor el argentino Miguel Ángel Brindisi, ídolo de Boca Juniors, Carlos Berrueta, Carlos Aguilera y Antonio Alzamendi.

"Era un cuadrazo, pero a duras penas pasó la primera fase de la Libertadores". Los empezó dirigiendo el argentino Miguel Ángel Basílico y terminó Víctor Espárrago, que entonces era Secretario técnico.

De todas formas, aquel cuadro consiguió un hito histórico: le ganó 1-0 el clásico a Peñarol y lo mandó al último lugar en la tabla del Campeonato Uruguayo. Sergio Cid fue titular en aquel partido, aunque no se acuerda de mucho: "Sé que hizo el gol Berrueta".

Nunca fue de guardar recuerdos. "Mi vieja coleccionaba todo eso, lo tiene ahí en unas carpetas. A veces cuando hablamos con los de Progreso voy a buscar algunas cosas para verificar datos, pero no miro nunca".

En la Cuarta división de Nacional

Desde los 11 a los 20 años jugó en Nacional. "Conoces mucha gente, compañeros y vas aprendiendo de todos, lo bueno y lo malo. Pero llega un momento que se termina".

Las palabras de Falero en Progreso

En 1984 asumió Mujica como entrenador del primer equipo y "nos rajó a todos los juveniles, nos mandó para abajo otra vez". 

Con sinceridad contó que se fue de Nacional porque estando Washington González era imposible jugar y además, no tuvo una buena relación con el Técnico de Tercera. A principio de 1985 arregló con Progreso, después de no llegar a un acuerdo en Central Español.

"Un día me llamaron de Wanderers y de Progreso. Fui primero a Progreso y me quedé allá. Siempre cuento que las primeras palabras fueron de Miguel Falero (actual ayudante técnico de Alfredo Arias en Peñarol) que me dijo: 'si querés cobrar andá a Wanderers, pero si te querés divertirte quedate acá'".

El primer contrato en los del Pantanoso lo firmó con Tabaré Vázquez, presidente del club: "En 10 minutos lo arreglamos. Ponele que en Nacional ganaba 12.000 pesos y le pedí 16.000 o 17.000 y arreglé por 15.000. Bárbaro. En Central me querían dar 9.000 o 10.000 y no arreglé".

En Progreso hizo historia. Fueron campeones del Competencia en 1985, disputaron la Liguilla cuatro años seguidos, la Copa Libertadores y fueron campeones del Uruguayo en 1989.

Nacional de las Estrellas, en 1983, al lado del Niño Sosa

El 6 de mayo de 1987, Cid le marcó dos goles a Peñarol, los primeros del equipo de la Teja en la Libertadores. El golero era Eduardo Pereyra, quien le atajó un penal y le marcó en el rebote. Los aurinegros, que aquel año fueron campeones de América, ganaron el partido 3-2.

"Me calenté porque perdimos, que me importaban los dos goles, hubiese preferido ganar 1-0 con gol de otro. En aquel momento no sentí nada, después con el tiempo te das cuenta que el primer gol de Progreso en la Libertadores lo hice yo. En esa época clasificaba uno solo por serie. Clasificó Peñarol y salió campeón".

Universitario de Perú y el final en Cerro

Luego de ganar el Campeonato Uruguayo de 1989 con Progreso, Cid fue transferido a Universitario de Perú. "Hace unos días hablando con el que era golero de esa época de Universitario, el argentino Juan Carlos Zubczuk, recordábamos que había un plantel bárbaro, club enorme. Vos jugabas el domingo, el lunes no entrenabas, volvías el martes de mañana y al mediodía te pagaban los premios. Y el sueldo cada 15 días. Es imposible competir así. El presidente era uno de los cuatro más millonarios de Perú".

Aunque la vida diaria tenía sus complejidades: "Tenías que estar en Perú donde dos por tres explotaba un bomba por allá, un temblor por acá. Estaba Sendero Luminoso que metía bombas a las torres de luz y te quedabas dos o tres días sin luz. Pero fue una experiencia linda".

A Lima viajó solo, volvió a Montevideo unos meses después para casarse y regresó.

En 1992 estuvo a punto de ir a Racing de Avellaneda, pero algo no salió bien. "Estábamos en un hotel con Diego Aguirre que fue para Independiente, pero se ve que mi representante no llegó a 'tocar' a la persona adecuada. Me daban US$ 150.000, de los que me quedaban US$ 50.000 porque los otros US$ 100.000 eran para repartir. Alguno no llegó con el precio", dijo Cid.

Progreso en 1985

Su representante era un amigo que había jugado con él en Nacional. "Ahora está por fuera del fútbol, ha participado en alguna lista de Nacional, pero no lo voy a quemar".

De manera que volvió a Montevideo a jugar en Cerro. "En Cerro agarró Falero de técnico y llevó a Peirano y Cóccaro. La última pretemporada que yo había hecho fue en 1989 cuando fui a Perú, que la empecé y agarré pubalgia. No la pude terminar y jugué todo el año con dolor; jugaba el domingo y hasta el miércoles no hacía nada, un trotecito, el jueves agarraba la pelota y volvía a jugar. Así estaba, hecho pedazo. Hasta que no aguanté más y en noviembre me vine a ver con Carlos Suero, me hizo un tratamiento de radioterapia y después llegué a Cerro, mal entrenado, empecé a jugar mal, cuando estaba agarrando ritmo, vino aquela famosa huelga, un paro de un mes y pico. Otra vez mal físicamente, entrenábamos solos porque no podíamos juntarnos con los técnicos ni nada, un desastre. Y entre que había problemas para cobrar, otra vez la misma dije yo, no aguanto".

 

"En el 92 volví de Perú a Cerro y otra vez a pelear por los sueldos, por la ropa, por el agua caliente. Se me fueron las ganas de jugar a los 29 años".

Durante su carrera, Cid fue suspendido tres veces por doping positivo jugando en Progreso. "El primero fue a los 22 años. El que me conoce sabe que yo corría poquito y nada, me cuidaba para el final, para los últimos 15 o 20 minutos, si estaba fea la mano, ahí subía más, pero cualquier sabe que si te falopeas para jugar un partido es para correr más, no para jugar mejor. Nada que te pongas en el cuerpo te hace jugar mejor", señaló.

Dijo que tiene varias teorías, pero nunca tuvo las pruebas para demostrarlas. "Moriré con esa. Estuve a punto de ir a la justicia con unos abogados, pero faltó alguna pruebita que otra, cuando todavía jugaba".

Sobre la primera vez, agregó: "El primer doping fue un partido contra Peñarol en el Estadio; me llamaron, fui y los de Educación Física me dicen 'no hay un delegado de ustedes, andá a buscarlo'. Yo ya había orinado, así que me fui con los frascos abiertos a buscar un delegado. Cuando salí, me dice mi padre ¿por qué demoraste? Le conté y me dice, 'te cagaron'. Textuales palabras de mi padre apenas salí. La prueba está ahí, pasaron cuatro días y salió positivo".

Universitario de Perú en 1990

Luego del fútbol, fue propietario de un videoclub y un quiosco en Pocitos. Desde 2000 a 2011 vivió en Las Piedras y desde ese año reside en Atlántida. "¿Qué hago ahora? Nada. Si querés ponerle un término, decí amo de casa".

Tiene un hijo de 21 con su actual pareja y ella tiene dos más de un matrimonio anterior. Desde que dejó de jugar se alejó totalmente del fútbol. "Cuando conocés todo, hay mucha rosca, mucha mierda, no me gusta. Le pasa a mucha gente que ha hecho los cursos, y no consiguen laburo porque si no estás metido en la rosca, en la joda, no conseguís trabajo. Hay mucha mierda en el fútbol, lamentablemente es así, aunque se trate del deporte más lindo".

Lo que hace, ahora que está retirado es sentarse y mirar todos  los partidos que puede. "Miro y critico. Es más fácil".  

"En el fútbol de hoy, Morena y Artime se mueren de hambre"

Desde su punto de vista, el fútbol uruguayo está muy lejos del resto del mundo, económica y futbolísticamente. "Es bravo competir con los brasileros y los argentinos".

"Desde que abandoné el fútbol en 1992 estoy alejado, lo miro por tele, rara vez fui a ver algún partido, pero me parece que los jugadores de acá que llegan a Primera les falta mucho fundamento. Lo he hablado con algunos compañeros que están ahí en la vuelta del fútbol y me dicen lo mismo. ¿Dónde se terminan de hacer los jugadores tipo Valverde, Pellistri, Darwin Núñez? En Europa, cuando se van de acá, al año o año y medio evolucionaron mucho. Si se quedan acá caen en la mediocridad total".

"A (Luis) Suárez lo puteaban en todos los colores en la cancha, en varios idiomas por la cantidad de goles que erraba, mirá lo que fue después", manifestó.

Para Cid, "lo que nos mató a nosotros fue el caso del belga Bosman, que cambió las leyes del fútbol. Ahora se los llevan de jóvenes con un pasaporte comunitario europeo. Antes había tres extranjeros por liga, ahora ves cuadros como Manchester City donde no encontrás un inglés".

Nació en el Cordón y jugó en Nacional desde baby fútbol

Otro tema es la forma de jugar. "Desde que el fútbol uruguayo dejó de jugar 4-3-3 fue el acabose. Quisimos jugar como los europeos 4-4-2 y no ganamos más una Libertadores hace 35 años. Hoy creo que juegan Morena y Artime y se mueren de hambre, no hacen ni la mitad de los goles que hicieron, porque no tienen punteros. Para mi, capaz que yo estoy equivocado". 

Comentó que "el puesto más fácil de hoy es el de lateral; no tenés punteros para marcar. Nosotros igual subíamos, había un montón de laterales buenos, ahora no tienen punteros para marcar, no suben, no desnivelan. Capaz que porque lo veo por tele. El otro día vi Peñarol y Defensa y Justicia, le llega la pelota a un defensor, no voy a decir el nombre, la baja con el muslo, la pone abajo la suela y mete un pelotazo largo; 'debe haber uno picando', pensé, pero fue al vacío mismo el pase. El jugador de Peñarol más cercano estaba a 30 metros. Yo miro y no puedo entender. Levantó la cabeza el tipo y metió un pelotazo a nadie".

Así disfruta el fútbol en la actualidad. Sentado en el sillón de su casa de Atlántida o juntándose con amigos para recordar otros tiempos.

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