Sentado en la mesa de directiva de la institución Paulo Pezzolano tomó la palabra. “Presidente, si vengo al club es para intentar algo”. El silencio gobernó la escena. El imperturbable José Luis Palma nada dijo. El entrenador agregó: “Quiero dejar una marca en Liverpool”. Se dieron la mano. Corría diciembre de 2017 cuando se iniciaba la aventura.
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