Nacional está hecho a prueba de toda adversidad

El entrenador Gonzalo Fernández debió modificar la estructura inicial del equipo optando por una alineación más baja incluyendo a Mateo Sarni como titular.

Perder contra el vicecampeón robustecido por la gran exhibición desplegada el lunes, era lo más esperable.

Pero este Nacional tiene fuego. El que baja de las tribunas. El que transmite un entrenador joven y capaz como Fernández.

Y el que ejecuta un equipo comprometido con su estilo, que muerde en defensa y complica al rival más encumbrado y que apoyado sobre esa actitud solidaria trabaja cada partido exprimiendo al máximo sus armas para llegar al gol.

Sorprendió desde el mismo arranque Nacional sacando siete puntos (22-15), fruto de su gran defensa y de que Aguada entró relajado, rozando el límite de la subestimación.

Se fue cinco arriba el tricolor al cabo del primer cuarto (27-22) con nueve puntos de Santiago Moglia y ocho de Anthony Danridge, estirando las prestaciones del banco de suplentes donde Santiago Álvarez entró y aportó cinco puntos y el interno Pablo Macanskas puso un triple.

Era obvio. Aguada iba a reaccionar. Y otra vez lo hizo a partir del ingreso de Diego García. Un parcial de 10-0 puso al equipo de Fernando "El Hechicero" Cabrera a una posesión. Pero Nacional redondeó un gran primer tiempo para irse 42-36 arriba.

Defensa, defensa y más defensa. Ese es el lema tricolor. Y con los pequeños ajustes que realizó en la marca fue amortizando cada reacción de Aguada que nuevamente en el tercer cuarto se le vino al humo.

Estaban empatados en 62 cuando Danridge, claro, asumió la última pelota mano a mano con Federico Bavosi. Un enorme triple dejó al tricolor arriba de cara al cierre.

Y en el cierre afloró la personalidad y el vigor del pívot Callistus Eziukwu (17 puntos y 10 rebotes) que esta vez se las tuvo que ver solito contra Andrew Feeley (que volvió a superar la barrera de los 20 puntos anotando 22) y Jeremis Smith que por su influencia en el juego volvió a parecerse al de la primera semifinal, más allá de sus 12 puntos, siete rebotes y cinco asistencias.

A pesar de los nervios lo traicionaron sobre el final y cometió varios errores en el cierre, fue tan pero tan meritorio lo que hizo Nacional durante 38 minutos que ganó el partido que ganó el partido por el impulso.

Con mucho más corazón que razón porque Leandro Taboada cometió una segunda falta técnica inexplicable y fue excluido y porque otras imprecisiones permitiéndole a Aguada volver a acercarse en el marcador.

Para este Nacional parecen no haber ya imposibles. Ni el descenso pese a armar un plantel flaco de recursos y sin nombres. Ni Esteban Batista en los cuartos de final con Welcome. Ni Aguada con sus figuras, su buen juego colectivo y su gente.

Danridge fue imparable con 30 puntos y seis asistencias. Moglia terminó con 16, Taboada con 11 y Sarni con ocho puntos, siete asistencias y dos recuperos.

El lunes, a las 21.30, volverá a verse las caras en el Palacio. Esta vez, un triunfo pondrá a Nacional en su primera final de la Liga. Imposible que alguien se sorprenda.