Maddie McCann

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Se reabre la esperanza en el caso Maddie McCann: abren nueva investigación y apuntan a un oscuro personaje que había escapado

Tenía 4 años cuando desapareció en 2007 en Praia da Luz, Portugal, mientras la familia veraneaba en un complejo. Ahora, un violador alemán podría haber aportado nuevas pistas
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23 de mayo de 2023 a las 11:01

Después de más de 16 años de misterio y frustraciones, se abrió una nueva posibilidad en la investigación de la desaparición, en 2007, de la niña británica Madeleine McCann, con el inicio de una búsqueda en Portugal, según informó este martes la fiscalía alemana encargada del caso.

Estas operaciones "están actualmente en curso en Portugal", según un comunicado de la fiscalía de Brunswick.

Se trata de nuevas "búsquedas" realizadas con el apoyo de la policía judicial alemana, precisó la fiscalía.

La justicia alemana no dio más detalles sobre la naturaleza y la ubicación de las búsquedas de este caso, uno de los mayores enigmas criminales de los últimos años. Sin embargo, se especula que están relacionadas con informaciones que podría haber brindado uno de los históricos sospechosos del caso, hoy preso en Alemania.

El alemán Christian Brueckner, pederasta reincidente, es desde 2020 el principal sospechoso de su desaparición.

Christian Brueckner

La policía portuguesa había anunciado el lunes que llevaría a cabo nuevas búsquedas "en los próximos días, a petición de las autoridades alemanas".

Según imágenes de la televisión portuguesa, se instaló un perímetro cerca de una presa situada a 50 kilómetros del lugar donde desapareció "Maddie" el 3 de mayo de 2007, poco antes de cumplir cuatro años en un balneario de la región turística del Algarve, donde estaba de vacaciones con su familia.

La investigación estuvo estancada durante años antes de que las autoridades se fijaran en este hombre, que vivía en esa época a unos kilómetros del hotel.

La fiscalía de Brunswick lleva desde entonces su propia investigación, colaborando con las autoridades portuguesas y alemanas.

El sospechoso Christian Brueckner cumple actualmente una pena de siete años de cárcel en Alemania por la violación de una estadounidense de 72 años.

Fue también inculpado por otros cinco crímenes y delitos sexuales cometidos entre 2000 y 2017 en Portugal.

La desaparición de Maddie

El reloj del restaurante Tapa’s del complejo turístico Ocean Club, en Praia da Luz, marcaba cinco minutos para las diez de la noche del 3 de mayo de 2007 cuando Kate McCann se levantó de la mesa que compartía con su marido, Gerry, y unos amigos, y caminó 50 metros hasta el departamento 5 A, donde habían quedado durmiendo sus tres pequeños hijos.

Era un ritual que Kate y Gerry – un matrimonio de médicos británicos - cumplían casi todas las noches de esas vacaciones en las playas del Algarve: después de disfrutar del día en familia les daban la cena a Madeleine, de 3 años, y a los mellizos Sean y Amelie, los acostaban y cuando los chicos se dormían iban a comer al restaurante más cercano. Se sentaban en una mesa desde donde se podía ver el departamento – ubicado en la planta baja - y cada media hora uno de ellos recorría esos pocos pasos de distancia para ver cómo estaban los chicos. Siempre los encontraban durmiendo.

Pero la noche del 3 de mayo de 2007, la penúltima de la estadía familiar en Portugal, Kate se encontró frente a una escena diferente que la desesperó: la ventana del dormitorio de los chicos estaba abierta y Maddie no estaba en su cama. La buscó en el baño y en el resto del departamento, sin suerte. Gritó. Madeleine había desaparecido.

La búsqueda comenzó en ese mismo momento.

Las horas previas

Faltaban nueve días para que Maddie cumpliera 4 años cuando desapareció. La familia los festejaría en su casa de Leicester, Inglaterra, donde tenía previsto volver dos días después de la fatídica noche del 3 de mayo.

Esa mañana, mientras desayunaban en el departamento, Madeleine le preguntó a su papá:

- ¿Por qué no viniste cuando Sean y yo lloramos anoche?

Kate y Gerry no le dieron importancia al asunto, aunque después de la desaparición de su hija se preguntarían una y otra vez si los chicos lloraron esa noche porque alguien había intentado entrar al departamento y los asustó.

El día transcurrió como cualquier otra jornada de vacaciones. De esa tarde, exactamente a las 2.29, data la última foto de Madeleine. Kate la tomó con su cámara enfocando a Gerry, Amelie y Maddie sentados en el borde de la pileta del complejo. Se la ve con un vestidito rosa y gorro blanco.

Estuvieron un rato jugando en el agua y después, para pasar un rato solos, los padres llevaron a los tres chicos al Kid’s Club, donde los dejaron a cargo de los cuidadores. A las seis de la tarde, Kate los fue a buscar y los llevó al departamento para bañarlos antes de cenar, mientras Gerry iba a una clase de tenis.

El padre volvió poco después de las siete, cuando los chicos ya habían comido y estaban por acostarse. Cansados por las actividades del día, los tres se durmieron pronto. Madeleine vestía un pijama rosa y blanco de mangas cortas.

Con los chicos en sus camas, Kate y Gerry se bañaron y se vistieron para ir a comer al restaurante del complejo, donde se habían citado a las ocho y media con unos amigos. Antes de salir, dirían después, se asomaron al dormitorio de los chicos. Todo estaba bien. Pasadas las nueve, Gerry caminó desde el restaurante hasta el departamento y vio que seguían dormidos.

Cuando, poco antes de las diez, Kate volvió a hacerlo, Madeleine había desaparecido.

El violador alemán

Después de 16 años, el caso de Madeleine McCann sigue siendo un misterio sin resolver, pero que cada tanto sacude con sus coletazos: nuevos sospechosos, jóvenes que dicen ser la niña desaparecida, policías oportunistas, acusaciones de pedofilia, disputas judiciales, libros, miniseries y hasta bromas en las redes que disparan las alertas de Interpol.

La investigación del caso – que ya parecía sin salida – volvió a tomar impulso en 2022 sacando de las sombras del pasado a un viejo sospechoso que había sido descartado.

Se trata de Christian Brueckner, un ciudadano alemán que vivió entre 1995 y 2007 en el Algarve y estuvo cerca del complejo Ocean Club la noche que Maddie desapareció. Su presencia allí fue registrada por datos de su teléfono celular.

El nuevo-viejo sospechoso está actualmente en prisión en Kiel, al norte de Alemania, preso por abusos sexuales, agresiones físicas, robos y delitos menores. Se lo describe como “un psicópata carismático y un narcisista manipulador”.

Brueckner fue interrogado por la policía portuguesa en 2007, durante la primera investigación sobre la desaparición de Madeleine, pero no pudieron probarle nada. Por entonces no había cometido ninguno de los delitos por los que hoy está condenado en Alemania.

Por eso, al iniciarse esta nueva búsqueda, se especula que puede estar relacionadas con información que Brueckner le habría dado a la fiscalía alemana.

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