El 1° de enero quedó operativo el aumento en las tarifas de UTE, que en promedio es de 3,5%. Este ajuste se ubica también por debajo de la inflación proyectada por el Poder Ejecutivo para este año, que está en el eje de 5,8%.
Los equipos técnicos de UTE habían recomendado una corrección promedio de 5,18% para el nuevo año, según la paramétrica que considera variables como inflación, salarios, tipo de cambio y petróleo.
Finalmente el Directorio de la empresa aprobó por mayoría una propuesta de ajuste de 3,5%, y que fue avalada por el Poder Ejecutivo. ¿En qué se basa la corrección de un punto y medio por debajo de la paramétrica financiera?
Una parte se sustenta en los resultados del plan de reducción de pérdidas de energía de la empresa, que entre 2024 y 2025 bajará un punto adicional hasta 14%, según lo proyectado, dijo a El Observador la presidenta de UTE, Silvia Emaldi.
Cada punto que se recupera implica unos US$ 15 millones más de recaudación para la empresa eléctrica. Al cierre de 2023 el porcentaje de pérdidas estaba en alrededor de 15%. La actual administración había comenzado su gestión en 2020 con pérdidas que estaban en el eje de 18,3%, es decir energía que se distribuía, pero que no se facturaba por cuestiones técnicas y mayormente no técnicas (hurto).
Este avance está asociado con el plan de regularizaciones que lleva adelante la empresa en los barrios de contexto más críticos y en zonas residenciales, y también con el bono social de energía. “Todo lo que bajamos de pérdidas va a menos ajustes de tarifas. Todo lo que se recupera es beneficio para todos”, expresó Emaldi.
También incidió en la decisión el plan de eficiencia del gasto, que representa unos US$ 7 millones, según señaló. Con la incorporación de medidores inteligentes –hoy abarca al 80% de los servicios– se ha ido reduciendo el gasto asociado con personal de toma-consumos, dado que esa tarea se hace a distancia. “Ahí hay eficiencia en gasto, y estamos haciendo además una revisión general de todos los gastos internos que tenemos”, dijo la presidenta de UTE.
Al margen del porcentaje promedio de ajuste, vale repasar exactamente cuánto se incrementaron cada una de las tarifas que ofrece la empresa estatal para los hogares uruguayos.
Igual que ocurrió en el arranque de 2023, el aumento de la Tarifa Básica Residencial (TCB), sobresale respecto al resto. Ese producto, que desde hace años está fuertemente subsidiado aumenta 12,1%.
Por esta tarifa UTE factura un único cargo que no está gravado con IVA y que incluye un consumo de hasta 100 kWh, el cargo fijo y el cargo por potencia contratada. Cuando se pasa ese nivel de consumo, se cobra un cargo de energía de acuerdo con una escala de precios que varía en función de lo que se consuma por arriba de esa cantidad.
El pliego tarifario dice que hasta el año pasado el cargo mensual con derecho hasta 100 kWh era de $ 487,5. Ahora ese precio subió $ 59, y pasó a ser de $ 546,5. En tanto, las tres franjas de consumo arriba de 100 kWh tienen variaciones de 2%.
El último año los clientes que tenían contratada esta tarifa –unos 200 mil servicios– pagaron por la energía que consumieron un precio que estaba 46% por debajo del costo. Ahora la brecha se ha ido acortando algunos puntos respecto al resto de las tarifas que pagan los hogares, aunque de todas formas la energía sigue siendo más barata que lo que paga la mayoría de los usuarios.
Esta tarifa aplica actualmente solo para quienes ya la tienen contratada, ya que desde 2022 se suspendió el ingreso de nuevos usuarios.
En paralelo, la empresa creó un bono social de energía que busca focalizar el subsidio en clientes vulnerables por su situación socioeconómica, y que otorga descuentos de hasta 90% en el precio de la energía eléctrica. Al cierre del año pasado había unos 164 mil hogares que tenían este bono social de energía, y la empresa destinó unos US$ 60 millones a esos descuentos.
La tarifa Residencial Simple que es la que tiene contratada la mayoría de los hogares en Uruguay –son 1,08 millones de servicios– funciona con diferentes precios, según la franja de consumo.
En este caso, el cargo por consumo de 1 kWh a 100 kWh mensuales pasó de $ 6,349 por kWh a $ 6,483 kWh, el segundo escalón que va de 101 kWh a 600 kWh mensuales pasó de $ 7,958 a $ 8,126 por kWh, y el tercero de 601 kWh en adelante pasó de $ 9,923 kWh a $ 10,132 por kWh, con variaciones de 2,1% en cada escalón.
En tanto, el cargo fijo aumentó 10,9%, desde $ 257 hasta $ 285, y el cargo por potencia contratada lo hizo 3,27%, hasta $ 78,9.
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