La noticia cayó como un balde de agua fría en Peñarol. Desde México, se informó el miércoles de noche que el marfileño Ake Loba aceptó una importante oferta de Xolos de Tijuana y no llegará al aurinegro donde se esperaba su arribo para este jueves.
Eso generó una reunión dirigencial urgente en horas del mediodía con el director deportivo Agustín Alayes.
Loba, de 25 años, fue un pedido expreso del entrenador Diego Aguirre.
En Peñarol aún no dan por descartada la llegada, pactada para este jueves en horas de la noche.
Sin embargo, las dudas ya son enormes por estas horas.
Y no sería la primera vez que en ese mismo período de pases a Peñarol se le caen pases. Y pases específicamente solicitados por el entrenador.
Ya en conferencia de prensa, el miércoles de la semana pasada se manifestó al respecto: "Algunos jugadores no han podido llegar, pero es como todo período de pases donde no todo puede ser perfecto. Estoy conforme porque vinieron jugadores que pedí, que quería y seguramente van a rendir en buen nivel".
Aguirre dejó en claro en esa conferencia que él fue el responsable del armado del plantel y que está "conforme" con el trabajo realizado por la dirigencia encabezada por Ignacio Ruglio.
Sin embargo, varios de sus pedidos se quedaron por el camino.
El primero y uno de los que más dolió puertas adentro de Los Aromos, fue la frustrada llegada del centrodelantero argentino Maximiliano Romero, libre de Racing de Avellaneda.
Estaba todo acordado con el jugador, pero un viernes de noche dejó de contestar el teléfono y al otro día, a espaldas de su propio representante, terminó arreglando en Argentinos Juniors.
Ruglio justificó en directiva: "El jugador no quiso venir" y lo puso en la misma bolsa que David Terans y el ecuatoriano Romário Ibarra, otros jugadores pretendidos por Aguirre.
En la oposición de Ruglio, ese pase frustrado generó críticas: "Si es el jugador que quiere el técnico, cruzás a Buenos Aires y lo cerrás. No se te puede caer".
Terans e Ibarra eran jugadores del Grupo Pachuca, con el que Ruglio estrechó hondos lazos en este período de pases.
Terans terminó en Fluminense, que presentó una oferta superior a los US$ 2 millones, imposible para las posibilidades de Peñarol.
Romario Ibarra pasó a jugar en Independiente del Valle. En su momento se informó que por un problema de salud familiar, priorizó jugar en Ecuador. Pero esa versión fue después desmentida.
Aguirre también pidió a Luis Mejía para reforzar el arco. Peñarol avanzó, pero no logró destrabar su situación con Unión Española de Chile que pedía US$ 70 mil para liberarlo. Luego apareció Nacional que apeló al sentido de pertenencia del jugador panameño para lograr su contratación antes de que los aurinegros lo cerraran.
Joaquín Varela, defensor de pierna zurda de los que no abundan en el mercado, fue otro objetivo de Peñarol.
El ex Defensor Sporting y Deportivo Maldonado terminó su préstamo a Independiente de Medellín (pertenece a Instituto de Córdoba) y arregló con Águilas Doradas porque Peñarol ofertó por debajo de lo solicitado por el club, según informó un consejero aurinegro a Referí.
El argentino Lucas Di Yorio, otro jugador perteneciente al Grupo Pachuca, estuvo dos veces en carpeta para venir a Peñarol. Terminó en Athletico Paranaense, un mercado con el que Peñarol no puede competir.
Lo mismo pasó con Gonzalo Mastriani, que también fichó por Athletico Paranaense.
Felipe Avenatti, centrodelantero de 30 años formado en River Plate, también estuvo en la mira aurinegra. El jugador permaneció en KV Kortijk de Bélgica.
Octavio Rivero fue otro 9 apuntado por Aguirre. Cuando los dirigentes de Peñarol se contactaron con él, ya había empeñado su palabra en jugar por Defensor Sporting y el ex Racing cumplió lo charlado.
El último pase en caerse (o trabarse) fue el del zaguero Matías De los Santos, cuyo pase pertenece a Vélez Sarsfield.
Aguirre dio por cerrada su contratación el miércoles pasado.
Sin embargo, luego surgieron diferencias entre las partes y las mismas han impedido cerrar el acuerdo.
El jugador fue operado en abril de 2023 de la rodilla izquierda por una lesión osteocondral aguda en la rodilla izquierda cuando estaba jugando cedido en Colo Colo. Después, no volvió a jugar aunque logró el alta médica en octubre y está para jugar.
Ahora Peñarol espera por Loba y que la palabra empeñada por el jugador y sus representantes se cumpla. A pesar de que en México se informe que el jugador jugará en Xolos.
Mientras, en España, el presidente Ruglio hace gestiones por Maximiliano Gómez, que está en Cádiz. "Es una posibilidad en un millón", dijeron a Referí.
El periodo de pases cierra el 15 de febrero. Queda exactamente una semana y sacando la chance (remota) de Maxi Gómez, Peñarol no tiene un plan B para Loba. ¿Será que se le vuelve a caer otro pase?
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