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28 de octubre 2025 - 20:00hs

En el fútbol, el cielo y el infierno muchas veces están mucho más cerca de lo que parece, y a veces solo los separan unos días o unos meses. Enzo Larrosa supo estar muy abajo cuando volvió a Boston River después de su paso por Godoy Cruz, y menos de un año después disfruta del mejor momento de su carrera en Cerro.

El delantero de 24 años lleva convertidos nueve goles en esta temporada 2025 con el villero, el mejor registro de su carrera. El último se lo anotó el pasado fin de semana a Peñarol en el Estadio Luis Tróccoli, de cabeza, para la victoria de los albicelestes por 2-0.

En una entrevista con Referí, dijo que lo que hizo en la jugada fue "medio de atrevido". "Trabajamos los escalonamientos, pero en ese momento del partido me hice medio el boludo y me fui para el fondo, que no es mi posicionamiento, y vi que me estaban dejando bastante solo, y ya cuando pita el juez arranco a tirar la diagonal".

Ese olfato de delantero, de todas formas, no lo formó desde pequeño: Larrosa comenzó como volante central en las juveniles de Defensor Sporting. El ascenso a Primera de dos delanteros de su categoría llevó a que lo cambiaran al ataque, lugar que no dejó hasta ahora.

Se salvó del descenso dos veces con Boston River y pasó a Argentina, pero cuando volvió al sastre no tuvo los minutos que esperaba. La pasó mal, muy mal, buscó ayuda y una salida futbolística, que fue Torque. Ascendió, pero a principios de 2025 no encontraba un lugar hasta que, con el campeonato ya arrancado, apareció Cerro.

De cara al partido del sábado ante Nacional, Larrosa sabe que le tocó pasar por varias situaciones diferentes, pero está convencido de que "a veces uno tiene que tocar fondo para resurgir".

Los inicios en Defensor Sporting: las idas y vueltas entre Montevideo y Progreso, y las jornadas largas de utilería

Larrosa comenzó jugando al baby fútbol en el Juanicó, y luego pasó a la famosa Escuelita de Defensor Sporting. Quedó, e ingresó a las juveniles del violeta. En Defensor comenzó jugando de "doble cinco", hasta que el ascenso de dos compañeros al primer plantel violeta en 2017 lo llevó a encontrar su puesto actual.

"En Quinta compartía generación con Emiliano Gómez y Facundo Milán, y cuando los subieron a Primera a ellos, me pasan de doble cinco a delantero. Hacía goles y me vieron potencial para tirarme para allá arriba", explicó.

Consultado sobre si esa formación en el medio le da un plus en el ataque, Larrosa contestó: "Me quedaron las características de asociarme, de que me gusta juntarme con compañeros a tirar paredes, a generar fútbol. También me gusta asistir".

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Enzo Larrosa durante su paso por las juveniles de Defensor Sporting

Enzo Larrosa durante su paso por las juveniles de Defensor Sporting

Los padres de Larrosa se separaron cuando era pequeño.

Su madre se mudó a Montevideo y su padre se quedó en Progreso, y él vivió con él hasta los 14. A esa edad se fue a vivir tres años con su madre, y luego volvió a Progreso hasta los 20, cuando se mudó solo.

Larrosa reconoce ahora que "fue muy difícil" crecer con todos esos vaivenes mientras también crecía en las juveniles de Defensor, pero valoró que "por suerte tenía a un utilero que es de Las Piedras, Gumer Carneiro" que lo ayudó en el proceso.

"Nos volvíamos en el Corsita de Gumer con Alan Rodríguez, Gastón Bartora, a lo último con Diego Castrillo", recordó el ahora delantero, que también tiene lindos recuerdos de cuando se quedaban "hasta las nueve de la noche" ayudando a los utileros "ordenando cosas, preparando ropa de partido" en el Complejo Pichincha.

Las jornadas de Larrosa, de todas formas, eran maratónicas. "Me despertaba a las cinco de la mañana con mi viejo, me llevaba a Las Piedras, me tomaba el 175 que me dejaba en la UTU de General Flores. Después salía, almorzaba algo con mi madre, y ya me iba a 8 de Octubre a tomar el 109 para entrenar con Defensor. El utilero me dejaba en Las Piedras. Llegaba a las nueve".

La llegada a un Boston River distinto al actual, la ansiedad por el primer gol y el salto a Argentina

En 2019, mientras estaba en el primer año de Cuarta, el representante de Enzo Larrosa le presentó la oportunidad de ir a la Primera división de Boston River, y aceptó.

Hoy el sastre es una sociedad anónima (SAD) que se consolidó en el fútbol profesional, cuenta con un complejo deportivo propio y ha logrado varias ventas de jugadores jóvenes, pero ese no era el Boston al que llegó Larrosa. "Yo llegué al Boston River de antes, el Boston River duro (se ríe), donde no sabíamos donde íbamos a entrenar, porque entrenábamos todos los días en un lugar distinto", rememoró.

Larrosa estuvo varios meses "entrenando solamente", hasta que en noviembre de 2020 le llegó el debut en primera. Fueron ocho minutos contra Danubio, por la cuarta fecha del Torneo Intermedio. Tenía 19 años.

Tras ese primer partido en el Intermedio, que comenzó en noviembre de 2020 y terminó en febrero de 2021, Larrosa se consolidó en el sastre y jugó todos los partidos del Clausura, donde tuvo que aguantar otra larga espera: su primer gol.

El delantero recordó cómo vivió esos meses: "Cuando sos chico querés hacer un gol y querés jugar bien, estás pensando mil cosas. Tenía esa ansiedad, y también tenía mucha ansiedad de jugar bien, de que no me sacaran. Muchos pensamientos de juvenil".

Cuatro meses y 13 partidos después de su debut, en marzo de 2021, finalmente llegó su ansiado tanto: fue en la derrota 5-1 ante Danubio por la fecha 13 del Clausura. Por suerte para él, ese recuerdo agridulce antecedió a otro mucho más feliz: a la siguiente fecha le convirtió un gol a Nacional en el Parque Central.

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Enzo Larrosa celebra su gol contra Nacional en el Parque Central

Enzo Larrosa celebra su gol contra Nacional en el Parque Central

Ese día el sastre ganó 2-1 y sumó tres puntos claves para el descenso. Porque, para quien quizás no recuerde ahora, Boston peleó varios años consecutivos por la salvación y lo consiguió en todas las oportunidades, casi siempre de forma agónica.

En la temporada 2021 Larrosa jugó 17 partidos de 30 y convirtió tres goles que ayudaron al sastre en una nueva salvación. Tras jugar unos pocos partidos en el arranque del 2022 con el equipo le llegó el salto al exterior con un préstamo a Godoy Cruz, de la primera división de Argentina.

A pesar de que reconoció que fue un "salto" importante, Larrosa quiso impactar desde el principio en Mendoza. Su representante le recomendó adaptarse en los primeros meses, pero él no quería "esperar seis meses para jugar'".

Al delantero le comenzó a ir "bien" en las prácticas y la dupla técnica de Flavio Orsi y Sergio Gómez (que luego saltó a la fama tras salir campeona con Platense) lo metió a la cancha a las dos semanas contra Unión de Santa Fe. Le dieron ocho minutos y anotó un gol.

De ahí en más Larrosa se consolidó como un actor de recambio en el Tomba. Entre 2022 y 2023 jugó un total de 42 partidos, en los que anotó cuatro goles, una etapa que considera "positiva" y llena de "aprendizajes".

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Enzo Larrosa en su presentación con Godoy Cruz

Enzo Larrosa en su presentación con Godoy Cruz

El mal momento que pasó en Boston, el ascenso con Torque y la oportunidad de Cerro: "La cabeza es todo"

A principios de 2024 Larrosa volvió a Boston River, un retorno que recibió con "expectativas muy altas". Sin embargo, las cosas no salieron según lo planeado: en el primer semestre del año jugó solo 66 minutos repartidos en ocho partidos, sin ningún gol.

Hoy, Larrosa confiesa que la pasó "muy mal" durante esos meses. "Nos manejamos mal de ambas partes, porque no tuvimos el mismo pensamiento. Yo pensé que iba a ser una cosa y terminó siendo todo lo contrario. Eso lo pude aguantar un mes y después te terminás tirando abajo. Tuve momentos de salud, esos momentos no los quiero volver a repetir".

Tras vivir esos momentos, Larrosa entiende hoy que "la cabeza es todo". "Las condiciones acompañan, pero si no estás bien de la cabecita es muy difícil después. Yo creo que es un 70% de lo que pasa en la cancha. Si estás feliz o estás triste se transmite. Es un aspecto importante a trabajar. En Boston lo tuve que trabajar, tuve que ir con un profesional".

Además de la ayuda que buscó, el atacante encontró un "salvavidas" en su préstamo a Torque, que peleaba el ascenso a primera en el segundo semestre de 2024. "Me llamó Marini y me dio esa confianza que necesitaba. Pude jugar, pude hacer algunos goles. Lo primordial que necesitaba era jugar y volver a ser feliz", valoró.

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Larrosa en su presentación con Torque

Larrosa en su presentación con Torque

Torque obtuvo el ascenso, para el que Larrosa aportó tres goles en 13 partidos.

Sin embargo, cuando comenzó la temporada 2025 el atacante no encontraba oportunidades. Hablaba con su representante y "no había muchos clubes", y los que había "no eran lo que imaginaba". Llegó a pensar qué iba a ser de su futuro, hasta que en febrero y ya con el campeonato empezado "llegó la oportunidad de Cerro".

Había entrenado durante ese tiempo sin club, el entrenador Tabaré Silva lo vio bien, y a la semana ya estaba jugando. Al mes y medio convirtió sus primeros dos goles en la victoria contra Wanderers por 2-1. Otra vez de un mal momento a la alegría.

Larrosa jugó 27 de los 32 partidos que estuvo disponible en Cerro. Lleva nueve goles, muchos de ellos claves para que el villero lograra salvarse del descenso con algunas fechas de antelación, y actualmente esté en la pelea por clasificar a la Copa Sudamericana.

El joven está "muy agradecido" con el cuerpo técnico, sus compañeros y la gente de Cerro. "Me demostraron esa confianza que yo necesitaba, me transmitieron esa tranquilidad desde el primer momento y bueno, después me respaldaron. Creo que yo necesitaba ese cariño, sentirme importante y más siendo delantero", explicó.

No todo fue color de rosas en el albiceleste: Cerro pasa por problemas económicos, y Larrosa reconoció que "es duro, porque hay momentos que no sabés si vas a llegar a fin de mes", pero también admitió que "cuando uno llega a Cerro sabe que va a ser así", imponiendo "la parte deportiva" por sobre la económica, y valoró el apoyo de la Mutual de Futbolistas para cubrir algunas deudas.

Para Larrosa fue fundamental "la unión" que tuvieron en Cerro para salvarse del descenso, así como el "plus" de jugar en el Tróccoli, donde el villero se hace "muy fuerte" y donde su plantel "entrena todos los días".

El sábado se enfrentarán a Nacional en el Estadio Centenario, un equipo que sabe "tiene grandes jugadores", pero el delantero tiene confianza: "Sabemos que si estamos enchufados, que si hacemos las cosas bien, tenemos posibilidad de ganarle a cualquiera".

Cerro le ganó a Peñarol 2-0 en el Estadio Luis Tróccoli
Cerro festeja su victoria a Peñarol 2-0 en el Estadio Luis Tróccoli

Cerro festeja su victoria a Peñarol 2-0 en el Estadio Luis Tróccoli

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