La labor de la abeja, "el policía de la contaminación", es destacada por los integrantes de la Sociedad Apícola Uruguaya (SAU) en su stand en la Expo Rural del Prado, donde además de vender miel con marca propia hacen docencia sobre la relevancia que tienen ese insecto y la labor del productor apícola.
La doctora Amelia Cristina Tor, apicultora además y técnica de esa gremial de productores que tiene ya 91 años de trayectoria, marcó que “estamos en una exposición agropecuaria y las abejas, la miel, tienen que estar representadas por todo lo que aportan a otras producciones , a la humanidad y al planeta”, afirmó en el stand ubicado al costado del Galpón 1 y entre los stands de Holando y de la Universidad de la República.
El 75% de la polinización mundial la hacen las abejas
La abeja, añadió, “no solo nos aporta, junto al trabajo del apicultor, alimentos y productos de máxima calidad como miel, polen y cera y tanto más, también es vital porque el 75% de los cultivos a nivel mundial están polinizados por la abeja, gracias a ella aumenta la producción y la calidad de los cultivos, por ejemplo cuando exportamos una manzana es fundamental el trabajo previo que hubo de la abeja para que se termine en esa comercialización”.
Los productos que proporciona la abeja, como miel, propóleo y polen, la jalea real también, "tienen propiedades que son nutracéuticas y medicinales, tienen minerales, tienen vitaminas, aminoácidos y ayudan a las personas, a niños, ancianos y a todas las personas, de cualquier edad, especialmente también a los deportistas y eso también lo explicamos a quienes vienen al stand".
Estar en la Rural del Prado, que recibe a cientos de miles de personas en 10 días, "nos permite mostrar el trabajo del apicultor y hacer docencia sobre la importancia de la abeja", destacó.
La abeja es "un sensor del medioambiente"
La abeja "es un sensor del medioambiente, si mueren en un lugar, atrás después venimos las personas, porque nos están indicando el grado de contaminación extremo de ese medioambiente, por eso en varios países se usan en los aeropuertos para evaluar cómo está la contaminación”, señaló.
El contexto
En el stand de la SAU, gremial de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), se comercializa miel con la marca Campestre a $ 300 el bollón de 900 gramos y $ 200 el de 450 gramos. La marca está registrada y esa miel se consigue a través de producciones de apicultores que la remiten a la SAU, se envasa y vende. Tiene orígenes variados, pero principalmente son mieles de pradera y bosque nativo.
Además de miel, y de la docencia sobre la abeja que se hace, se venden productos de laboratorio Apiter como caramelos, productos para la piel, soluciones de propóleos y cremas curativas, productos de Apícola Integral como cera y materiales en madera para los productores de Gustavo Hurbertz.
Cursos de formación en la apicultura
Tor informó, finalmente, que la SAU desarrolla cada año cursos sobre apicultura, que comienzan en marzo y se extienden hasta noviembre, con formación teórica y práctica “y las personas realmente salen muy buen capacitadas para trabajar en este sector tan importante”.
El contexto
En Uruguay hay 2.300 productores apícolas que manejan 600 mil colmenas. En los últimos 10 años la cantidad de apicultores descendió un 40% con base en varias dificultades. Cada año se producen unas 12.000 toneladas y casila totalidad se exporta. Los mercados principales son Estados Unidos y países europeos. Uruguay fue importador de mieles hasta 1934 y es exportador del producto desde 1966.