Para Silvina Moschini, la argentina que se convirtió en 2020 en la primera mujer latinoamericana en llevar una empresa al estatus de unicornio (por alcanzar una valoración de mercado de más de US$1.000 millones), aunque el discurso sobre invertir en compañías lideradas por mujeres ha cambiado, en la práctica, todavía no se refleja.
“Hoy, solo un porcentaje muy pequeño de los puestos de decisión en los fondos de capital de riesgo están en manos de mujeres y aunque las empresas fundadas por mujeres suelen ser más rentables y generan un mayor retorno de inversión, el capital que reciben sigue siendo considerablemente menor. Es una barrera que no tiene sentido económico”, sostuvo.
Los datos lo confirman: en América Latina, donde el 27% de los emprendedores son mujeres, según un estudio del fondo Harlem Capital, las empresas fundadas exclusivamente por mujeres representaron en 2021 el 4% de las compañías que captaron capital, pero recibieron apenas el 0,2% de la financiación total de capital de riesgo.
La brecha no se limita a la región. En Europa, según el panel de fundadoras europeas de capital de riesgo de Pitchbook, las startups fundadas exclusivamente por mujeres recaudaron solo el 1,8% del capital total invertido en startups respaldadas por venture capital en 2023. En Estados Unidos, la cifra fue del 2%.
Sin embargo, esta realidad no ha sido un freno para que emprendedoras uruguayas se animen a salir a buscar capital.
Dos ejemplos recientes son los de Laura Macció, CEO y fundadora de Metabix, biotecnológica uruguaya que en los últimos meses captó inversión por US$ 1 millón, y Maia Brenner, CEO y fundadora de Flipzen, startup de tecnología regulatoria que cerró una ronda de inversión también por US$ 1 millón en 2024.
Las dos emprendedoras que recientemente lograron captar inversión internacional compartieron su visión, experiencia y estrategias para sortear estos desafíos.
En este sentido, Brenner sostuvo que el proceso es complejo sin distinción de género, aunque reconoció que existen diferencias en cómo hombres y mujeres enfrentan el desafío.
Por ejemplo, sostuvo, las emprendedoras tienden a tenerle más miedo al rechazo, algo muy común en la búsqueda de inversión y se animan mucho menos a intentar hacer el camino de levantar capital. Sin embargo, aprender a recibir un “no” es parte esencial de este proceso y una habilidad que se entrena.
Por otro lado, en su experiencia, la emprendedora destacó el valor de rodearse de inversoras mujeres que pudieran empatizar y comprender su recorrido, y destacó la presencia femenina en los comités de decisión de los fondos .
“Al momento de pitchear me gustaba que haya mujeres en la toma de decisiones, no solo sentadas en las mesas, sino que sean quienes están en los comités de evaluación, que estén pudiendo tomar un rol en onboard, me encontré con muchísimos fondos, sobre todo en Latinoamérica que no tenían representación de mujeres”, sostuvo en diálogo con Café y Negocios.
Según un informe de Endeavor, solo el 22% de los socios de fondos de capital de riesgo en Latam son mujeres.
Por otra parte Brenner destacó la importancia de la creación de redes de apoyo entre fundadoras y resaltó el recorrido de otras uruguayas como Victoria Suarez, CEO de Pindata, Deborah Palacios, cofundadora de Tuvis y la importancia de crear un círculo de apoyo.
“Estoy haciendo lo que quiero hacer porque me rodeé de mujeres que ya habían hecho ese camino. Si alguien está intentando levantar capital, que me escriba”, invitó.
Por su parte, Laura Macció, fundadora de la biotecnológica Metabix, enfatizó en que si bien los datos muestran una brecha clara, su enfoque personal se centra en trabajar sobre lo que puede controlar.
“Los números rompen los ojos, hay un porcentaje muy pequeño de las inversiones que se dirigen a compañías que son lideradas por mujeres y quien se dedica a la temática, sin duda tiene mucho por entender”, sostuvo.
Sin embargo, a la hora de levantar capital, la estrategia de la uruguaya ha sido ignorar esto e instaurar en sí misma la filosofía de que las limitantes que realmente le afectan son las que tiene en su mente.
“Yo trabajo solo sobre eso porque es lo que está dentro de mi control, no puedo hacer que el inversor cambie su manera de pensar y quiera invertir en mujeres, pero puedo trabajar todo lo que está en mí para lograr mis objetivos”, explicó.
La emprendedora remarcó que esa mirada no niega la existencia de la brecha, pero le permite avanzar sin quedar atrapada en ella. “Ni siquiera soy consciente de si alguna vez no me invirtieron por ser mujer, extraterrestre o lo que sea. Mi análisis jamás pasa por ese lado, entonces no le doy poder a eso. Ahora, eso no quita la realidad. Son dos cosas diferentes”, concluyó.
El antes y después en la región
"Ser mujer latina en el mundo de la tecnología y las finanzas me ha traído desafíos y ventajas que han sido determinantes en mi camino. Uno de los mayores obstáculos, sin duda, ha sido el sesgo de género. Cuando anunciamos Unicoin, muchos dudaban que una mujer pudiera liderar un proyecto tecnológico disruptivo de esa magnitud en una industria dominada por hombres”, contó sobre su trayectoria, Moschini que en fundó su primera empresa en 2003.
Y aunque las cosas han cambiado con los años, la participación femenina en las nuevas generaciones de emprendedores sigue siendo todavía bastante menor.
Federico Ades, cofundador de la aceleradora Picante —que busca invertir y acompañar a emprendimientos liderados por fundadores menores de 30 años—, sostuvo en diálogo con Café y Negocios que en los eventos y jornadas que organizan todavía se nota una marcada predominancia de público masculino.
“En general, todavía se ven muchos más founders hombres que mujeres, en cualquier convocatoria que hacemos”, señaló.
En este contexto, Ades mencionó que la presencia femenina es algo mayor en verticales como biotech o healthtech y que actualmente, de las ocho startups en las que ha invertido este fondo con foco en jóvenes, dos están lideradas por mujeres.
“Queremos que el foco esté en el valor del negocio, en su potencial, y no en el género de quien lo fundó. El verdadero cambio llegará cuando las decisiones de inversión reflejen el potencial real de la empresa, sin importar quién la lidera”, sostuvo la argentina.