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14 de septiembre 2025 - 5:00hs

Algo sigue oliendo mal en Dinamarca. Irónicamente, eso es bueno.

Hamlet, la obra más larga e importante de William Shakespeare sigue viva e incrustada en el presente con una potencia que no cede. Es, posiblemente, el texto dramático más influyente de la literatura occidental, y en 2025 no ha perdido ese lugar. Al contrario: una de las películas más esperadas del año re-imagina su origen —y a su vez se basa en un mega éxito literario reciente—, un documental peculiar propone una nueva forma de entender la obra, y Montevideo incluso tiene una versión metateatral y abreviada que se está convirtiendo en un pequeño éxito de la escena teatral local en este momento.

Representado por primera vez en algún momento entre 1600 y 1601, Hamlet bebe de fuentes diversas, guarda varios misterios vinculados a su elusivo autor, tiene trazos de una tragedia acaecida en la mítica Stratford-upon-Avon, y se mantiene tan vigente como cuando, en un Teatro Globe ruidoso y expectante, los primeros actores de Claudio, Ofelia, Laertes, Polonio y el propio príncipe de Dinamarca se ponían los disfraces y las pelucas, y desangraban un existencialismo medieval a prueba de balas y años.

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Muchos nos topamos por primera vez con esta historia de traición, amor y muerte en el liceo. Donde sea, siempre significa un sacudón toparse con Shakespeare. ¿Cómo fue tu llegada a esta obra? O quizás la pregunta sea: ¿qué lugar tiene Hamlet en tu consideración? Me podés contar escribiendo a [email protected]. Yo, por lo pronto, lo recuerdo como un texto difícil, en el que no terminaba de entrar y que tampoco comprendía demasiado bien. A la genialidad de Shakespeare la entendí más tarde, cuando lo vi representado. O cuando tuve la madurez suficiente como para administrar el caudal humano que cabe en sus textos. Su presencia e influencia en occidente, como demuestran los ejemplos que siguen, es imperecedera.

HAMLET

Hamnet: la novela

La información y los datos sobre la vida de Shakespeare no son demasiado claros. Las sombras rodean su intimidad, su biografía, incluso tiñen hasta su faceta como escritor —hay muchas teorías, rumores y suposiciones en torno a la autoría de sus obras—. Entre las cosas que sí se saben es que nació en la localidad de Stratford-upon-Avon, al sur de Birmingham, que se casó con una mujer llamada Anne Hathaway, mayor que él, y tuvieron tres hijos. Uno de ellos murió a los once años, aunque no está claro por qué. Se llamaba Hamnet. Cuatro años después, viviendo en Londres, Shakespeare escribió y montó Hamlet.

Partiendo de esa base histórica mínima es que la escritora irlandesa Maggie O’Farrell publicó, en 2020, la obra que la consagró. Hamnet toma como título el nombre de ese hijo —un nombre que, según los registros, era perfectamente intercambiable en esa época por Hamlet— y es una ficción sobre esa etapa en la que el duelo se instaló en la familia Shakespeare y que, según ella, podría haber sido el caldo de cultivo para la escritura de uno de los títulos fundacionales de la literatura universal.

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“Cuando estaba en la secundaria, Hamlet me caló hondo, como le suele pasar a muchos adolescentes”, contó O’Farrell en una entrevista con The Irish Times en 2020.

“Me identificaba en exceso con el personaje. Mi profesora mencionó que Shakespeare tuvo un hijo llamado Hamnet que había muerto. El paralelismo entre los dos nombres se me quedó grabado. Más tarde estudié literatura inglesa en la universidad y leí muchísimos libros sobre Shakespeare; me empezó a perturbar la escasa mención que se hacía del niño. En una biografía promedio de 500 páginas, es probable que encuentres una o dos menciones. Usualmente se limitan a su fecha de nacimiento y muerte, seguido de un pasaje sobre la mortalidad infantil que da a entender que la muerte de un niño no causaba un gran impacto en esa época. ¡Qué suposición tan terrible! Tenía 11 años, por el amor de Dios. ¿Cómo es posible que algo así no deje a alguien destrozado? Cuando me propuse escribir el libro, quise darle a este niño, ignorado por la historia, una voz y una presencia.”

O’Farrell hizo eso mismo. Y para ello tomó varias decisiones peculiares en su novela, como por ejemplo jamás mencionar a Shakespeare por su nombre y sí como “el profesor de latín”, pero la principal es una que termina de elevar al libro por encima de la anécdota histórica propia de un pie de página: el protagonismo se corre del dramaturgo inglés y recae casi en exclusiva sobre los hombros de su esposa, que es llamada Agnes y no Anne. La autora irlandesa crea un personaje de rasgos curiosos, entre animales y feéricos, una especie de criatura del bosque experta en plantas capaz de curar con ungüentos casi mágicos, a la que como lectores seguimos durante todas las etapas que le dan forma a su historia familiar. Las buenas y las malas.

En ese sentido, y con ella al frente, Hamnet se construye como un libro donde la tragedia se ve a la distancia, y cuando llega es doloroso, pero al mismo tiempo jamás se pierde la belleza.

SHAKESPEARE
La casa original de Shakespeare en Stratford-upon-Avon

La casa original de Shakespeare en Stratford-upon-Avon

O'Farrell es una gran escritora y logra que cada párrafo funcione como si estuviera iluminado por un sol de primavera que se cuela entre las ramas de los árboles, incluso cuando el pesar desgarra a los personajes, cuando el luto se enquista en el lector y cuando la pena golpea. Ese es el tono: poético y directo, detallista y conmovedor, sutil y filoso. Yo me guardo dos momentos impactantes de la lectura: un capítulo en el que reconstruye el camino de una pulga que lleva la peste negra desde Alejandría a Warwickshire —su teoría es que fue la peste la que mató a Hamnet—, y el momento cúlmine en el que Agnes ve la representación de Hamlet en el escenario.

En su momento me gustó también esta descripción que hizo de la novela Mariana Enriquez en una reseña para Página/12. La recupero:

«El campo, el pueblo, la ciudad; la enfermedad, los lazos familiares, las plantas medicinales; el amor y sus desvelos y altibajos. Hamnet es una novela sobre el duelo y el escándalo de la muerte de un niño, y cómo una pareja que se ama intensamente puede resquebrajarse ante el dolor y las diferentes formas de afrontarlo que asume cada uno. En la segunda parte, Hamnet ya no tiene capítulos sino fragmentos, algunos más breves que otros, como si intentara reflejar esa rotura, la que provoca la ausencia y la de la pareja que se aleja porque el dolor los lleva por diferentes pasajes.»

Hamnet: la película

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El éxito de la novela de O’Farrell auguraba nuevos capítulos para su historia. Y pasó con relativa velocidad: en 2022 se anunció una adaptación al teatro y otra al cine. La película de Hamnet acaba de estrenarse en el Festival de Toronto y la recepción que tuvo fue de aplausos unánimes. El entusiasmo por la propuesta se fue a las nubes y los críticos que la vieron dicen que es una de las mejores propuestas del año, que es una firme candidata para los próximos premios Oscar y que, básicamente, te destroza el corazón. Si pensás ir a verla al cine cuando llegue a nuestras salas, parece que vas a tener que aprontar los pañuelos.

Detrás hay un equipo pesado y de lujo. La dirección corre a cuenta de Chloe Zhao —ganó el Oscar en 2020 con Nomadland— y tiene a Jessie Buckley —la viste, tal vez, en Pienso en el final o Ellas hablan— en el papel de Agnes y a la ya mega estrella Paul Mescal como Shakespeare. Pero hay más: la producción es de Steven Spielberg y Sam Mendes, la fotografía es del genial ukasz al —filmó, entre otras, Cold War o La zona de interés— y la música es de otro genio, Max Richter.

HAMNET

A priori, la melancolía y la magia de la novela parecen estar presentes en la adaptación. Da tranquilidad, además, que O’Farrell haya estado involucrada en el guion.

Embed - HAMNET – Teaser Tráiler (Universal Pictures) HD

Grand Theft Hamlet

Hay experimentos mucho más arriesgados en torno a Hamlet que el de O’Farrell. El documental Grand Theft Hamlet es, definitivamente, uno de ellos. Quién lo vio fue mi amigo y compañero de banco Nico Tabárez, que escribió lo siguiente para este Epígrafe:

El actor británico Sam Crane estaba a las puertas de uno de los hitos de su vida profesional: era el elegido para asumir el rol de nada menos que Harry Potter en la obra teatral sobre el mago que desde 2016 se puede ver de forma permanente en Londres y Nueva York. Pero la puerta se cerró. En 2020, el Covid llegó al Reino Unido y la obra quedó en suspenso. Con tiempo libre en sus manos, Crane se puso a jugar compulsivamente al Grand Theft Auto Online, la versión más libre y multitudinaria de la saga criminal GTA, una de las más exitosas del mundo de los videojuegos.

Dentro del mundo del juego, que se ambienta en una parodia de Los Ángeles llamada Los Santos y sus alrededores, hay un anfiteatro basado en el célebre Hollywood Bowl. Y Crane tuvo una idea. Reclutó a su colega Mark Oosterveen y le propuso hacer una puesta en escena de Hamlet dentro del juego. Se pusieron a hacer castings, ensayos, pruebas. Y lo empezaron a contar en un documental: Grand Theft Hamlet, que se puede ver en la plataforma Mubi.

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La magia de esta historia no está tanto en el éxito o el fracaso de la puesta en escena de Hamlet, sino en el choque entre la intención de estos artistas enfrentados a la imposibilidad de desarrollar su trabajo en el mundo real, con la violencia caótica y desenfrenada del GTA. La resignación de los actores cada vez que un monólogo es interrumpido por una ráfaga de metralleta o la explosión de un bazookazo y el empuje por concretar su arte aún a pesar de la indiferencia y la agresividad del mundo la hacen tan divertida como a su manera, poderosa.

Hamlet Express

Rogelio Gracia tuvo una idea peculiar hace algún tiempo: contar Hamlet en una hora. Esa idea mutó y se transformó hasta convertirse en Hamlet Express, una puesta de metateatro que lo tiene compartiendo escena con Agustín Urrutia en la renovada sala de La Cretina (Soriano 1236), y que por el éxito que tuvo en su primeras cuatro funciones, renovó por cuatro más: va todos los sábados de setiembre a las 20.30, con entradas a la venta en RedTickets.

Hamlet Express Foto Marcelo Aguiar3
Agustín Urrutia y Rogelio Gracia

Agustín Urrutia y Rogelio Gracia

Para Gracia, Hamlet no es un nombre desconocido. De hecho, el nacimiento de esta obra está estrechamente relacionado con un hito reciente de su carrera: su interpretación del trágico príncipe de Dinamarca en una puesta en escena estrenada en El Galpón en 2022. Una obra en la que, finalmente, fue elegido para el papel de sus sueños. El problema fue que Gracia tuvo que esperar bastante para subirse al escenario con las ropas y los parlamentos del bardo inglés, porque la obra estaba planeada para estrenarse originalmente en 2020 y la pandemia frustró esas intenciones. Faltaban quince días para estrenar cuando cayó la cuarentena, y el actor vio cómo su anhelado Hamlet se le escurría entre los dedos.

"Quedé con el síndrome del velocista que llega a la meta y sigue corriendo y no puede parar", recuerda el artista de 52 años. "Se cerraron los teatros, se cortaron los ensayos y no pude parar. Seguí estudiando, pedía que me dejaran entrar al teatro para ensayar solo, decía los soliloquios en la sala vacía. Hasta que en un momento dije 'tengo que parar porque esto no parece que se vaya a retomar muy rápido'".

Gracia, que en ese momento también hacía el duelo de sus padres y se dedicaba a ordenar su casa para ponerla en alquiler, siguió aprovechando esos momentos para a estudiar el texto y en un momento se le ocurrió que podía volcar todo ese caudal creativo contenido en una obra de teatro breve que se pudiera interpretar en las plazas u otros espacios al aire libre. Eso al final no sucedió, pero el resultado de la historia fue doblemente feliz, porque cuando la normalidad volvió y Gracia pudo estrenar su Hamlet en El Galpón con ovaciones y aplausos incluidos, todavía le quedaba la semilla de la idea anterior en el bolsillo. En 2025 germinó y se convirtió en este Hamlet Express, una obra que explora el texto de Shakespeare bajo una lupa de humor y que se vende como ideal para los que se durmieron en la versión completa.

Rogelio Gracia Hamlet

Tuve una larga conversación con el actor hace algunos días a propósito de Shakespeare. Gracia, por ejemplo, dice que el papel de Hamlet, pese a la juventud del personaje, debe ser para un actor maduro.

"Es un rol muy demandante. Físicamente, emocionalmente, mentalmente. Hay roles que, si los agarrás de chico, el escenario y el público te destrozan. Tenés que estar a la altura, y si no lo estás, mamita, agárrate. Podés llegar a tener el escrache de tu vida. Hamlet es un rol de madurez", asegura.

La entrevista completa, por acá.

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EPÍGRAFE Hamlet shakespeare

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