Jadson Viera inventó este domingo la fórmula con la que Nacional sorprendió a Peñarol en el Campeón del Siglo y pudo firmar una goleada de visitante ante un estadio colmado de parciales aurinegros.
También el mismo entrenador se despidió del estadio como el DT que no fue capaz de sostener una victoria 2-0 y le dieron vuelta (empataron 2-2) un marcador que parecía sentenciado a los 36 minutos.
Además, el empate que Nacional consiguió ante Peñarol, que llevó a Jadson Viera de un extremo a otro en las sensaciones le permitió confirmar una realidad: su acierto, porque Nicolás "Diente" López no sostiene un nivel para ser titular y que Gonzalo Carneiro juega como para pelearle un lugar en la oncena a Maximiliano Gómez.
La sorpresas de Jadson Viera: Ebere y Carneiro
En la semana se había anunciado que el entrenador de Nacional podría sorprender con los ingresos de Christian Ebere y Gonzalo Carneiro por Nicolás López y Maxi Gómez.
En el caso del Diente López por el bajo nivel del delantero y en el de Maxi Gómez porque estuvo engripado y no pudo entrenar cuatro días en la semana.
Cuando este domingo Nacional confirmó el equipo con Ebere y Carneiro en ataque y un mediocampo con tres volantes (Oliva, Lucas Rodríguez y Luciano Boggio), se terminó de confirmar el plan de Viera que apuntaba a sorprender a Peñarol.
¿Por qué tres volantes? Los primeros clásicos que ganó Nacional en el año, en enero fueron con tres volantes (Catarozzi, Oliva y Nicolás Rodríguez). En los que perdió, final del Intermedio (por penales) y en el Clausura (por goleada), el entrenador Pablo Peirano eligió jugar con dos volante y el equipo de Aguirre logró una superioridad futbolística.
Jadson Viera quería recuperar el control del mediocampo y disponer de un equipo más combativo.
Con ese movimiento ajustó las fuerzas y le dio a Nacional más poder en un sector clave del campo.
De todas formas, el gran movimiento estuvo en ataque: con Ebere y Carneiro formó una sociedad temible, que rápidamente se potenció con Juan Cruz de los Santos.
Ebere hizo el trabajo más intenso: presionó en todas las pelotas y forzó el error del rival. Así llegaron los dos goles.
Carneiro obligó a los dos zagueros a realizar un control especial para contener al delantero tricolor y eso generó espacios.
Entonces apareció el tercer actor clave, Juan Cruz de los Santos, quien aprovechó todos los espacios que le generó Carneiro y recogió todo lo que generaron los dos delanateros.
Con esa fórmula tan efectiva, Nacional sorprendió a Peñarol y con los goles de De los Santos y Carneiro a los 36 minutos había puesto el marcador 2-0.
La ventaja fue suficiente como para que Jadson Viera terminara de asegurar el triunfo.
Sin embargo, lejos de acelerar e ir por más, el equipo tricolor se recostó en su arco y dos errores terminaron siendo fatales.
1) darle la pelota a Peñarol y la oportunidad para crecer anímicamente, para salir del terrible primer tiempo;
2) la falta de Ancheta afuera del área en los descuentos (Peñarol se especializó en convertir goles en tiempos agregados para empezar grandes remontadas) que terminó en el gol de Arezo para poner el 1-2 y el inicio de la reacción que selló con el empate apenas iniciado el complemento.
El pecado de Jadson Viera: no fue capaz de inyectar combustible al equipo
El entrenador estudió muy bien a su rival y encontró la fórmula para establecer diferencias en el marcador, pero no supo sostenerlo en los 90 minutos.
Se demoró en los cambios. Peñarol empató y estuvo más cerca del tercero.
Nunca supo solucionar el problema que le planteó Leo Fernández cuando se paró en el sector derecho del ataque aurinegro (le dio enormes problemas a Diego Romero).
Y cuando mandó a la cancha a los jugadores que le permitían creer que tenía un plantel amplio y suplentes que revestían la calidad de titulares, se encontró con que Nicolás López justifica estar sentado en el banco de suplentes, y que Maxi Gómez no tuvo una buena semana y nunca entrenó con el plantel en condiciones normales previo al clásico.
Fue entonces cuando se multiplicaron los problemas del entrenador.
En el final Nicolás López pudo marcar el tercero, tras un error del golero de Peñarol. La pelota se estrelló en el palo.
En definitiva, Jadson Viera tuvo un estreno clásico con las dos sensaciones, el dulce del comienzo y el amargo del segundo tiempo porque no supo sostener lo que pudo transformar en un triunfo que sentenciaba las finales de la Liga Uruguaya.
Nacional y Peñarol se volverán a ver el próximo domingo en el Gran Parque Central para definir quién se lleva la copa.