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29 de septiembre 2025 - 5:05hs
Embed - La conversión de Oddone: seducido por la política, el economista no pide ni da cuartel

Le pega a la oposición y la oposición lo elige de contrincante por sobre el presidente Yamandú Orsi. Vende su auto caro para no aparecer ostentando ante los contribuyentes. Amenaza con irse si no le votan el Presupuesto, juega con la ambigüedad, siembra dudas acerca de si soportará en el cargo durante los cinco años de gestión del Frente Amplio pero dice que ha “nacido para esto”. Gabriel Oddone está cambiando de piel y sus palabras ya no son solo las del técnico que durante décadas trabajó para empresas privadas multinacionales. El Ministro de Economía del gobierno frenteamplista se está convirtiendo en un hombre político que parece estar atado, para bien o para mal, a la suerte de la gestión de la izquierda en los próximos años.

Los opositores hace rato que pusieron el ojo en este exconsultor del Banco Mundial y exsocio del estudio CPA Ferrere a quien reconocían como uno de los suyos por tratarse de un capitalista, liberal y moderado que representa, dicen, un seguro contra los sectores más ortodoxos de la izquierda. Pero, en las últimas semanas, tras la presentación del Presupuesto en el Parlamento, el ministro se ha convertido en uno de los principales objetivos de la Coalición Republicana.

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Oddone es aquel que durante la campaña electoral se malquistó con una parte de la dirigencia frenteamplista que lo miraba como sapo de otro pozo, más aún después de que expresara ideas ajenas al discurso tradicional de la izquierda como la desindexación de salarios.

Su por entonces escasa cintura política, le granjeó choques con dirigentes del MPP y con el presidente del FA, Fernando Pereira, quienes aclararon que lo dicho por el economista no representaba a la fuerza política.

Además, el dirigente comunista Juan Castillo afirmó que Oddone no era el más indicado para llevar adelante el programa del Frente Amplio. Y la dirigente del sector Casa Grande, Constanza Moreira, también manifestó su desconfianza con el ahora ministro: “No lo conozco personalmente y no conozco su trayectoria, pero me parece que necesitamos un ministro de Economía político. Y a Oddone se lo ve como un representante del gran empresariado”, dijo Moreira en la diaria.

Pero los mismos que lo criticaron en la campaña electoral, ya en el gobierno se rindieron ante el altar de la unidad frenteamplista, y declararon su confianza en el economista. “Quizás su amistad con el sector empresarial, en un momento en el que el país requiere financiamiento e inversiones, no venga mal”, dijo Moreira.

Orsi nombró a Oddone como ministro de Economía con la misma intención con la que fue designado Danilo Astori en el primero y en el tercer gobierno del FA: para darle tranquilidad a los mercados y al centro político.

Por eso, hasta no hace mucho, la oposición lo trató con cierta indulgencia, casi como un igual. Por ejemplo el 10 de julio en la Comisión de Presupuesto del Senado el nacionalista Sebastián Da Silva se refirió a Oddone como “nuestro ministro” y su colega Javier García se preguntó qué sustento tendría su gestión por parte del Frente Amplio. “El ministro Oddone es capitalista. Abraza el libre mercado. Trabajó para el libre mercado nacional e internacional. Es reconocido como un profesional de primera. Es un ministro promercado y capitalista con una bancada que es antimercado y socialista”, observó García.

Oddone recibió con humor los elogios. “A los directores técnicos, cuando los respalda todo el mundo, marchan seguro. Tanto respaldo al final del día me genera temor”, ironizó.

En algo tenía razón Oddone, porque aquel respaldo fue menguando al tiempo que él mismo asumía una actitud de mayor confrontación. El político atacado y atacante, poco a poco le fue ganando terreno al técnico reconocido por casi todos.

Incluso dejó claro que estaba decidió a tomar decisiones personales drásticas aunque estas pudieran complicar a su propio gobierno. El 28 de agosto al presentar el proyecto de Presupuesto a estudio del Parlamento, un periodista le preguntó qué sucedería si la iniciativa no fuera aprobada. “En el caso de que no se apruebe, se trataría de la primera vez desde la recuperación democrática que un gobierno no tiene presupuesto lo cual significaría un hecho político grave. Para el ministro de Economía eso sería un problema muy importante. Difícilmente un ministro de economía pueda permanecer en el cargo si no logra pasar un proyecto de presupuesto. Estoy siendo ambicioso con esto. Esto es un desafío casi de tipo personal”, advirtió Oddone.

Al parecer, el ministro considera que el éxito de su plan es indivisible de su permanencia en el gobierno y no quiere aparecer como un administrador de circunstancias, sino como el responsable de un rumbo.

Luego de esos arriesgados dichos, en un intercambio parlamentario, el diputado nacionalista Sebastián Andujar, le dijo Oddone, un poco en broma un poco en serio, que el jerarca “iba a poder seguir trabajando para el país porque el Partido Nacional le iba a dar los votos (para aprobar el Presupuesto)”, según narró el parlamentario en el programa Séptimo Día de Canal 12.

Ya para entonces, Oddone había dejado de ser aquel “aliado” de los opositores, el cortafuego de los sectores radicales, para convertirse en una rival que incluso busca la pelea mediática. En una entrevista con El País fue especialmente mordaz cuando le preguntaron si no había sido un error del Frente Amplio la promesa de campaña de que no iban a subir impuestos.

“Dejáme ser provocador, porque ya que estamos, ¿por qué no le preguntás al candidato a presidente que perdió las elecciones: ‘dígame señor (Álvaro) Delgado, ¿qué hubiera hecho usted con un déficit fiscal de 4,1%? ¿Cuál hubiera sido su estrategia?’ Es una buena pregunta, si van a volver a ser gobierno. (…) Me parece que es un tema menor, que yo entiendo que algunos políticos, insisto, algunos editorialistas de medios de prensa están obsesionados con esto. Yo invito a los dos a esforzarse un poco más intelectualmente, a encontrar un mejor argumento para criticar lo que estamos haciendo. Porque muchos de ellos, hace tres semanas, un mes, estaban diciendo que no había rumbo. Y tengo a todo el sistema político uruguayo discutiendo lo que nosotros ponemos arriba de la mesa, así que rumbo es lo que hay. Por eso están todos discutiendo lo que nosotros proponemos”, respondió.

Esa invitación al esfuerzo intelectual de sus rivales y la utilización de primera persona del verbo tener para mostrarse como un titiritero que pone a bailar “a todo el sistema político”, fue considerado en la oposición como una actitud desubicada y arrogante.

Además, Oddone sumó una nueva incógnita a su futuro cuando le preguntaron qué hará si durante la próxima campaña electoral desde el Frente Amplio le piden aumentar el gasto para ganar las elecciones. “Bueno, primero hay que ver si yo estoy siendo ministro o sobreviví los cinco años. Espero que sí, que así sea”, respondió.

Los palos sobre el jerarca no demoraron en caer. “Oddone es el ministro del ajuste fiscal más duro que se recuerde en mucho tiempo. Entre impuestos y persecución fiscal (“eficiencia tributaria”) a las personas son US$ 1.200 millones; impulsa terminar con el secreto bancario (veneno populista). Mandó un presupuesto recaudador y regresivo”, tuitió el senador García.

En tanto, el presidente del directorio blanco, Álvaro Delgado, dijo que Oddone “ha cambiado de enfoque, dejando de lado la gestión económica para meterse en la retórica política”. “Tiene un sueño de parecerse a Danilo Astori, pero Astori nunca fue condicionado por una bancada y tenía peso político y bancada propia. Oddone depende del apoyo que le den y ya lo cedió: cambió CPA Ferrere por el MPP”, dijo Delgado durante un almuerzo organizado por el semanario Búsqueda.

En su nueva faceta, Oddone tomó algunas decisiones más propias de un político que de un administrador al que no le interesa la opinión de los votantes. Es así que vendió una camioneta BMW porque “era un vehículo ostentoso y caro” para su vida privada, “pero no era el vehículo adecuado para este momento” contó en el streaming La fórmula.

Pasando de apoyos y recriminaciones, Oddone se siente como nunca en esta etapa de su vida. “Yo llego a casa todos los días y le digo a mi mujer Luciana, la verdad que yo nací para esto. Yo no sé que hice 60 años haciendo otra cosa. Me siento que soy útil para la sociedad. Hablo desde un punto hiperpersonal que tiene que ver con cuando apago la luz de noche y me quedo conmigo mismo; yo estoy siendo feliz como no he sido nunca en mi actividad laboral”, dijo en el canal de youtube Yunta.

Pero la felicidad suele ser un sentimiento pasajero y oscilante, y dado los desafíos que tiene por delante, es probable que en algunas de esas noches futuras, cuando apague la luz, a Oddone lo alcancen la inquietud y el insomnio.

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