Embed - Oddone puede dormir tranquilo: la izquierda confirma su moderación en el Presupuesto #pincelada
Si alguna duda quedaba acerca de la moderación de la izquierda uruguaya que retornó al gobierno el 1° de marzo, basta con echar una mirada a la discusión del discreto Presupuesto que envió el gobierno al Parlamento, a la conformidad que los “radicales” del FA están manifestando con la gestión del ministro de Economía, Gabriel Oddone, y a la escasa pasión con la que votantes analizan los primeros meses de gestión de Yamandú Orsi.
Aunque el Presupuesto fue calificado de “audaz y ambicioso” por parte del ministro Oddone, la verdad es que está muy limitado por las restricciones fiscales, un concepto que es utilizado incluso por comunistas y socialistas para explicar por qué están marchando detrás de la mayoría moderada del Frente Amplio.
La iniciativa presupuestal concede un 40% del total del incremento para combatir la pobreza infantil, lo que es rescatado por la dirigencia frenteamplista como una muestra de la “sensibilidad de izquierda”, pero está lejos de conformar, por ejemplo, a los sindicatos de la enseñanza que, entre otras cosas, piden más dinero para la Universidad de la República; además el presidente de ASSE, Álvaro Danza, admitió que el Ejecutivo solo concedió un 14% de lo pedido para la salud pública.
Pero este jerarca del ala moderada, al igual que otros dirigentes más ortodoxos, tuvo que conformarse. “En un contexto tan restrictivo y tan austero es algo aceptable”, dijo a El Observador.
Los que aguardaban un enfrentamiento duro entre el ministro Oddone y sectores de la izquierda como el Partido Comunista y el Partido Socialista, van a tener que seguir esperando. Tampoco se han cumplido los augurios de un tironeo constante entre Oddone y el mayoritario MPP y, por el contrario, es difícil encontrar diferencias entre el mujiquismo y el secretario de Estado de impronta liberal y socialdemócrata.
Todo el Frente se abroqueló en defensa de la gestión del Poder Ejecutivo y encontró en el anterior gobierno un adversario en común al que echarle las culpas por la escasa caja con la que cuenta el presidente Orsi para hacer frente a las necesidades de los uruguayos. En ese sentido, el senador socialista Gustavo González, se quejó por lo hecho en el pasado quinquenio y se mostró prudente con lo que se está haciendo: “Tenemos un déficit fiscal que es el doble del que se había anunciado. Hay un 40% del Presupuesto para pobreza infantil y el Ministerio de Desarrollo Social sale bien. Hay que esperar. Pero tengamos claro que hay una situación delicada en el país”, dijo González quien bajó la intensidad en su reclamo, que comparte con el PIT-CNT y el Partido Comunista, de aplicar un impuesto al 1% más rico del país.
Los que aguardaban un enfrentamiento duro entre el ministro Oddone y sectores de la izquierda como el Partido Comunista y el Partido Socialista, van a tener que seguir esperando. Tampoco se han cumplido los augurios de un tironeo constante entre Oddone y el mayoritario MPP Los que aguardaban un enfrentamiento duro entre el ministro Oddone y sectores de la izquierda como el Partido Comunista y el Partido Socialista, van a tener que seguir esperando. Tampoco se han cumplido los augurios de un tironeo constante entre Oddone y el mayoritario MPP
Incluso cuando el viceministro de Economía, Martín Vallcorba, dio un paso tosco durante el Día del Comité de Base frente a un grupo de militantes a los que les dijo que el programa de gobierno del Frente Amplio “es impagable” en un solo período de gobierno, las quejas de la dirigencia de la izquierda fueron más bien escasas en público, aunque en privado se admitió que le dejó un flanco evidente a la oposición para acusar al oficialismo de mentir durante la campaña electoral.
Y cuando el presidente Orsi tuvo que opinar sobre lo dicho por Vallcorba, por vía indirecta, o no tanto, le dio la razón al funcionario. “Los programas son guías y no tienen fecha de finalización. Después están los planes de gobierno y las prioridades. Un programa es para que se aplique en cinco, diez, quince años. Yo tengo claro lo que es un programa y lo que es un plan de gobierno”, dijo Orsi.
Es de prever que la militancia frenteamplista siga presionando desde las bases –ya el presidente del FA, Fernando Pereira, advirtió que recogió cierto disgusto en ellas- para que se invierta más plata sobre todo en abatir la pobreza y mejorar la educación. Está previsto que los sindicatos acompañen ese descontento pero habrá que ver con qué intensidad lo hacen y cuántos de sus reclamos son recogidos por el gobierno.
Por lo pronto, las encuestas revelan que los frenteamplistas miran a su gobierno con cierta desconfianza y poco apego, mientras que a aquellos que votaron a la ahora oposición, la gestión de Orsi no los ha defraudado demasiado.
Según Factum, un tercio de los encuestados no aprueba ni desaprueba lo hecho por Orsi, y este guarismo sube a 49% en el sondeo de Opción. La cantidad de frenteamplistas que no aprueba abiertamente la gestión de aquel a quienes votaron es de un 48%. Para Equipos, un 53% de los uruguayos tiene “posiciones intermedias” sobre el rumbo del país. Los juicios intermedios alcanzan a un 50% de quienes votaron a Orsi y un 57% de quienes lo hicieron por el nacionalista Álvaro Delgado.
Es decir, es evidente que existe una porción importante de quienes votaron a la izquierda que, al menos, están expectantes acerca de lo que hará Orsi, porque lo que hecho hasta ahora no les alcanza para levantar el pulgar
Para corregir esa desconfianza, el Frente Amplio inició una gira por todo el país donde intentará convencer a sus votantes y militantes de que lo que verdaderamente hay es “un presupuesto de izquierda en un gobierno de izquierda”.
En esa huella, este lunes el presidente del FA, Fernando Pereira, ratificó en Cambadu que el Presupuesto “va en la dirección correcta, en la dirección que tiene que ir un gobierno de izquierda”. Y, dejó claro que el concepto de “herencia maldita” será una de las razones que abroquelará lo que parecía difícil de amalgamar en la izquierda. “Nos tocó gobernar en un país con serias restricciones producto de un pésimo gobierno de Luis Lacalle Pou”, sostuvo.
Y recordó que el FA apunta a una “revolución de las simples cosas”. Por ahora, el ministro Oddone puede dormir tranquilo.