A sus 65 años, Jorge Marrale lleva una vida intensa. De jueves a domingo encarna a un profesor de arte en Mineros, en el teatro Metropolitan junto a Darío Grandinetti, Juan Leyrado y Hugo Arana. Desde hace un mes, luego de la última función, se toma un avión a Montevideo para estar temprano al día siguiente en los galpones de la IASA. En Uruguay graba de lunes a jueves y luego otra vez vuelve a viajar. En este ajetreo constante seguirá hasta noviembre, cuando terminen las grabaciones de Historias de diván.
¿Ha conversado sobre Historias de diván con su analista?
No, no hablé específicamente. Obviamente, sabe que lo estoy rodando pero no entramos en detalles, ni tampoco fui a pedirle consejos para encarnar a Manuel. Cuando hice Vulnerables (en donde interpretaba al terapeuta Segura), me pasó que en más de una sesión se me coló el personaje. Y el analista se dio cuenta de que me tenía que seguir analizando a mí y no a él. Ahora ya desarrollé algunas estrategias para evitarlo. Tengo algunos alertas, y semáforos que me titilan.
En breve se lo podrá ver como terapeuta, pero, ¿qué tal es como paciente?
Hace más de 25 años que hago terapia, como paciente soy lo que puedo. A veces soy impaciente. Este personaje me hace pensar mucho en como soy en este rol. Es un encuentro muy verdadero el que se da dentro del set.
¿Pudo rescatar algún elemento de Segura para componer a Manuel?
No. Te diría que personaje terminado, personaje casi aniquilado. No puedo trabajar con los mismos elementos que trabajé en aquella instancia, porque yo ya no soy el mismo, mis compañeros son otros y los conflictos son diferentes. Además, en Vulnerables hacía terapia de grupo y ahora hago terapia de diván, cara a cara.
¿Lo condicionó la actuación de Diego Peretti en En terapia a la hora de encarnar a Manuel?
La verdad es que no pude verlo por estar en Mineros. Pero sí vi la serie original por HBO y creo que tiene grandes diferencias con Historias de diván. En primer lugar, aquí no hay ningún golpe bajo en donde el analista se enamore de una paciente. Creo que esta es una posibilidad chueca en el mundo de los analistas, en donde aparece la mala praxis. Eso no fue de mi agrado en esta serie.
¿Qué acotaciones concretas le hizo Rolón para componer el personaje?
Me ha contado detalles de varias historias. Yo obviamente leí ambos libros. Allí está muy clara la exposición de los conflictos de los pacientes. Pero Gabriel tiene una actitud muy amorosa conmigo. Siempre que tiene una oportunidad me hace algún mimo. Y es lógico que ande supervisando, es un personaje que, si bien no es él, sí lo es en cierta medida
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