La fila crece y crece a medida que se acerca la hora del partido. Los hinchas de Peñarol que van a la tribuna Henderson ven cómo corre el reloj después de 524 días sin poder ver a su equipo. Tan cerca y todo tan lento. Es el estreno de la nueva normalidad para el fútbol uruguayo con el retorno de los espectadores. Y es una experiencia ideal para tomar apuntes pensando en las aperturas que se vienen: OFI, selección uruguaya y Torneo Clausura.
El operativo de retorno del público que se montó para el partido revancha de los cuartos de final de la Copa Sudamericana entre Peñarol y Sporting Cristal en el Campeón del Siglo, se toma los tiempos que le demanda la pandemia de coronavirus que aún se combate.
A Peñarol solo se le permitió llevar 5.000 hinchas y a la hora 17:00, cuando se abrieron las puertas del estadio, ya había cientos de parciales listos para hacer su ingreso.
Tarjeta TCAP habilitada y certificado de las dos dosis de vacunación contra el covid-19 con un plazo mayor a 14 días eran los requisitos para entrar luego de haber obtenido el lunes la entrada.
Sobre la hora 16 ya comenzaron a entrar hinchas para apostarse sobre los portones de ingreso y soportar una hora de espera.
En la ruta 102 y Camino Mangangá, único punto de acceso para la tribuna Henderson, se podía entrar con autos (para los habilitados) o a pie.
Hasta la hora 18:00 el ritmo de entrada fue dinámico. Pero después se enlenteció considerablemente. Los que llegaban desde la ruta 8 debían pasar por un cacheo policial y recién después dirigirse al punto de control de la TCAP y las vacunas.
Sobre la hora 19:00, apenas a 15 minutos del ingreso del partido, esa fila se había triplicado en número.
Muchos incautos que llegaban desde la zona opuesta (Siete Cerros) quisieron pasar por el lado izquierdo del vallado sin advertir que por ahí solo pasaban autos. Cuando miraban para el otro lado la cantidad de gente no daban crédito. Eso sí, más de uno en vez de ir a la segunda fila para el control policial se metía en la primera.
Por ese sector de autos entraron las banderas a la hora 16:40 pudiendo entrar antes que los hinchas.
Ningún auto de los que ingresó fue rebotado. Todos debían bajar las cuatro ventanillas para ser inspeccionados por la Policía y luego por los encargados del control de acceso.
Por ahí llegó en una camioneta Mercedes blanca Miska Hamsik, la esposa de Walter Gargano, y poco después lo hizo Facundo Torres.
La joya de Peñarol, ausente 15 días por un esguince de tobillo, llegó manejando a bordo de un BMW amarillo y vistiendo canguro.
Dos adolescentes se bajaron corriendo para sacarse una selfie. Otro señor mayor hizo lo propio y Torres respondió con pose y sonrisa. Cuando entró, un auto desde la ruta le gritó: "Vamos Facu".
El próximo 28 de agosto, el fútbol de OFI retomará su actividad con la presencia de público y el 5 de setiembre, la selección uruguaya jugará en este mismo Campeón del Siglo contra Bolivia a la hora 19:00. Cuatro días más tarde lo hará contra Ecuador en el mismo escenario a las 19:30.
El espectacular estadio de Peñarol tiene la particularidad de que está sobre una ruta angosta y los puntos para estacionar están alejados.
Vista esta experiencia con apenas 5.000 hinchas y cuando la Asociación Uruguaya de Fútbol pretende tener un aforo del 50% del recinto, aproximadamente 25.000 espectadores, sin dudas que habrá que llegar con mucha antelación.
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