Un día mi esposa, jefa del hogar (eso puse en el censo digital y no falté a la verdad), me envió una de sus listitas de la hora 20 para que pase por el súper camino a casa y tres retos en una exclamación: “¡Traé leche, agua y Ricarditos!”. No fue fácil, pero tras parar en tres de las “grandes superficies” del Centro y La Aguada entré a casa victorioso, con dos cajas de leche, un par de bidones que pagué como el oro y media docena de los últimos Ricardito de la historia.
Sobre agua sin sal embotellada y los "negrito por fuera y merengue de corazón" abundaron las notas en El Observador. Yo te voy a contar algo más del tema leche.
"¡Qué raro, conflicto en Conaprole!". Así se quejan quienes miran las pulseadas entre patrones y trabajadores de la principal agroindustria láctea nacional con la ñata contra el vidrio. Por hache o por b bastante seguido hay en una u otra planta (o en todas) medidas sindicales que, más o menos justas, complican sí a los trabajadores y a la empresa, pero en todo caso ambas partes juegan el partido mientras otros afectados pagan los platos rotos: tamberos (algunos han tenido que derramar leche), distribuidores, comerciantes y consumidores.
Simplificando (y mucho) el lío de turno, Conaprole invirtió US$ 4,5 millones en una máquina europea que envasa de mejor modo la leche ultrapasteurizada, con tapa rosca (la tapita anterior, esa laminita de papel plateado, era un martirio) y el correspondiente achique de 32 a 23 en la gente que la maneja y limpia es algo que el sindicato rechaza, aunque los nueve "desplazados" mantenían horario, salario y beneficios, solo se los mudaba de sitio y labor en la misma planta.
Con las partes aguantando en sus trincheras, el tambero vivió con el corazón en la boca esperando cada día al camión cisterna, el distribuidor puso la cara ante el almacenero que le pedía 50 litros cuando solo le quedaban 20 en el camión y el comerciante de cercanía vio como muchos clientes fueron a otro lado a comprar la leche (y de paso yerba, harina, huevos… la lista completa).
Un mediodía el presidente de Conaprole reunió a la prensa y puso sobre la mesa la lista de daños: silos a punto de explotar, la venta perdida de 1,5 millones de litros de leche larga vida, contratos de exportación incumplidos y una multa en viaje desde China. Desde el bando sindical aluden a cambios en las condiciones de trabajo que se decidieron unilateralmente, incumpliendo la cláusula de paz.
Paz es lo que falta donde sobra leche.
Como se suele leer en una broma en las redes sociales, y cuando al cierre de esta newsletter empresa y sindicato reanudaron las negociaciones y hay una tensa calma en la planta maragata de Rodríguez (donde se instaló la moderna envasadora), no importa cuando leas esto: ¡Conflicto en Conaprole!
Te cambio de tema para señalarte otra realidad sobre la que estuve a punto de escribir más hasta que los Ricardito, la leche y los bidones ganaron la batalla: los puntos sobre las íes que la Federación Rural puso con su proclama en el Congreso Anual realizado en Durazno. Con el presidente Luis Lacalle Pou tomando nota, entre otras cosas la entidad ruralista exigió menos burocracia, corregir el atraso cambiario, que el INBA no solo defienda a las mascotas y que se cumpla una promesa de la campaña electoral.
Antes de darle un poco más de ritmo a esta newsletter, seguro vamos a coincidir en que el cambio climático le pega a todos, también al BSE, que por la sequía deberá invertir US$ 95 millones en indemnizaciones por coberturas relacionadas con la campaña de cultivos de verano, en el mayor siniestro en 111 años de historia del banco. Si habrá que poner las barbas en remojo (por ahora en agua salada, claro).
Marce es Marcelo Morillas, uno de los cracks en la redacción. Le tiramos unos garabatos en un papelito y se las ingenia para armar algo como lo que ves a continuación (sí, estamos comiendo menos carne de vaca y más de otras, todo un tema para los uruguayos).
“Cuando uno ve cuál es la razón del conflicto... es increíble. Son 11 o 12 puestos de trabajo que cambian de lugar, porque siguen trabajando (…) nunca vi nadie que hiciera un paro porque se cierra un tambo”.
Luis Lacalle Pou en el Congreso Anual de la Federación Rural
“Lo que es verdaderamente increíble es que el presidente de todas y todos los uruguayos siempre tome partido por los poderosos, los ricos, los malla oro y nunca se coloque del lado de la clase trabajadora”.
Comunicado de la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole
Un guapo jinete en Carmelo, un ganadero importado desde África en Castillos y una asadora que se luce en Ciudad de México son los protagonistas del podio de historias que publicamos en mayo y los invito a que conozcan más sobre ellos y sus logros:
Nazareno: peón de campo, el mejor jinete del momento y un sueño por cumplir.
Mate, playa, asado y Los Teros: Heinrich, el sudafricano que se hizo ganadero en Uruguay.
María Noel, la asadora que defiende la celeste en las parrillas de México
Eduardo Blasina, en uno sus informes sobre los agronegocios de cada fin de semana, consideró lo que sucede y sucederá en el principal motor de la economía uruguaya:
Luis Romero Álvarez, columnista en Agro de El Observador, otra vez la sacó del estadio con su mirada sobre una agroindustria en la que pocos hacen foco: La caña de azúcar y la vaca atada.
Soy Juan Samuelle y me podés escribir (ideas, piques, rezongos… todo sirve) a esta dirección.
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