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Amante de las armas y acusada de espía en EEUU: ¿quién es María Butina?
Fue detenida el fin de semana, señalada por ser un "agente no declarado de un gobierno extranjero"
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19 de julio de 2018 a las 15:32
María Butina, de 29 años y oriunda de Siberia, fue detenida el fin de semana en Washington. Es acusada por el gobierno de ser un "agente no declarado de un gobierno extranjero" y de "conspirar" para infiltrarse en organizaciones políticas estadounidenses con el objetivo de "promover los intereses de la Federación Rusa", cargos que podrían implicarle entre 10 y 5 años de prisión, respectivamente.
La joven comenzó sus actuaciones en Estados Unidos desde 2013, aunque no ingresó al país hasta 2016. Lo hizo con una visa de estudiante, para cursar en la American University de Washington. Desde entonces, fue puesta bajo vigilancia por el FBI.
El anuncio de su arresto tuvo lugar el lunes, mientras los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin mantenían su encuentro en Helsinki. Durante una audiencia preliminar que se produjo este miércoles en la capital estadounidense, y vestida con el típico traje naranja, Butina escuchó las acusaciones con el rostro inmóvil, pero sin dejar de mover sus manos, que jugaban con una lapicera.
De acuerdo a documentos presentados en la audiencia, desde 2016 a la fecha Butina mantuvo contacto con funcionarios rusos, señalados como miembros de la agencia de espionaje heredera de la KGB.
Butina se volvió conocida en el ámbito ultraconservador estadounidense al presentarse como la portavoz de "Derecho a las armas", una organización no gubernamental que defiende la portación de armas de fuego. Por lo que el gobierno se concentró en los contactos que la joven mantuvo con la Asociación Nacional de Armas (NRA), un grupo muy ligado al Partido Republicano, del que es miembro Donald Trump.
En sus redes sociales, la joven solía publicar fotos con importantes dirigentes del partido o manipulando armas de fuego para denunciar la estricta regulación de estas en su país. Una de las personas que más aparecía en sus fotos es, de acuerdo con la prensa estadounidense, Alexandre Torshin, un alto funcionario del Banco Central ruso. Según la prensa, Torshin mantiene un vínculo estrecho con Putin y es miembro permanente de la NRA.
La denuncia sostiene que ambos intentaron generar relaciones con dirigentes políticos de EEUU para lograr crear "canales oficiales" la Federación Rusa pudiera utilizar para "penetrar el aparato nacional de decisiones políticas". A esos efectos, solían organizar cenas de "amistad y diálogo" que pudieran promover una "diplomacia informal" entre los países.
De acuerdo con un memorándum que presentó el Departamento de Justicia, Butina también inició una relación sentimental con uno de sus contactos estadounidenses, con quien además convivía, para lograr sus objetivos.
La investigación pudo constatar que dicho vínculo no era más que un trámite para la mujer, quien en varios mensajes con otras personas había comentado que no quería convivir con él. En este contexto, Butina llegó también a ofrecer servicios sexuales a otro individuo a cambio de un puesto en una organización con influencia. Para todo ello, Butina utilizaba el Google Translator a fin de poder comunicarse correctamente en inglés.
El Ejecutivo presentó este miércoles en la audiencia diversas razones por las que la imputada no podía quedar en libertad, sino que debía permanecer recluida. La principal de ellas fue el hecho de que si la mujer entra en la embajada de un país con el que EEUU no tiene un acuerdo firmado, las autoridades estadounidense perderían la jurisdicción sobre ella.
La jueza a cargo desestimó la defensa y resolvió que Butina, quien se declaró no culpable de los cargos por los que se la imputa, deberá permanecer en prisión preventiva hasta que su causa proceda.
