Ya no está el Audi de Forlán allá pegado a la cocina del Complejo, pero apareció el Jeep del Mono Pereira para ocupar un lugar estratétigo que permite salir del complejo y evitar cámaras y micrófonos. Son los pequeños lujos del paso de los años. Los lugares que dejan algunos los ocupan otros.
Por lesión, falta el fatal Pelado Cáceres, encargado de sembrar de sal los platos. Tampoco está Suárez, el terror a la hora de sentarse a comer porque cometía la diablura de colocar escarbadientes en las sillas.
Las historias y las anécdotas del
Complejo Celeste son innumerables. El Observador se metió en el interior de la vida de la
selección para presentar su bunker. ¿Cómo es el lugar de entrenamiento y concentración del equipo de Tabárez? ¿Dónde se hacen los asados? ¿Cuál es el lugar para tomar mate? ¿Las canchas, la utilería, el gimnasio?
Así viven los celestes la preparación para la
Copa América en un lugar que muchos nombran y pocos conocen.
El portón de ingreso habilita a tomar contacto con la primera cancha, la de césped sintético. Pegado está el estacionamiento de prensa y a la derecha una cancha pequeña para calentar y la utilería, allí donde los jugadores van a tomar mate con Minguta. Esa ala del Complejo tiene además un gimnasio en el piso superior y la sanidad.
El ingreso al hall central permite divisar a la izquierda la sala donde Tabárez realiza las charlas al plantel. Allí también hablan las psicólogas y se ofrecen las conferencias de prensa.
Puertas adentro hay un largo pasillo. A la izquierda están la cocina y el comedor. Pegadito, del lado de afuera, está el infaltable parrillero.
Si se sigue por el pasillo se encontrará un corredor que deriva a una sala de estar y lectura. Una especie living con televisor. Allí están los dormitorios, distribuidos en dos pisos. Al fondo a la derecha están los cuartos del cuerpo técnico, que dispone además de una sala de trabajo.
El Complejo dispone de tres canchas naturales y una sintética. Pero se está agregando otra cancha sintética techada.
La obra no se detiene, las vivencias tampoco.