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Aumento de muertes dudosas se consolida en 2022 en medio de debate político por las causas que lo generan

FA lo asocia a homicidios y desde Interior insisten en que es imposible vincularlo
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16 de diciembre de 2022 a las 05:04

Pasaron tan solo 13 días entre la asunción del gobierno de Luis Lacalle Pou y la llegada del covid-19 a Uruguay. El virus cambió muchas cosas y las medidas de reducción de movilidad que trajo aparejadas se metieron de lleno en las discusiones sobre seguridad pública. 

En ese contexto, los cambios –algunos más leves y otros más acentuados– en el panorama de la seguridad no tenían un claro responsable. En un primer momento, bajaron todos los delitos. Este 2022, se registró un alza en los homicidios, el único delito que no depende de las denuncias. 

Pero sumado al debate por el efecto de la pandemia, se sumó el del aumento de las muertes dudosas. Sin embargo, la respuesta parecía ser la misma: la pandemia había incidido en su incremento. Pero según datos de la Fiscalía General de la Nación, esa tendencia se consolidó en 2022, cuando la pandemia ya quedó en el olvido.

Una muerte dudosa es aquellas en las que "subsiste un leve margen de incertidumbre respecto a qué pudo causar esa muerte". "Son situaciones en las que la policía concurre a un lugar donde hay un cuerpo y esa escena no presenta alteraciones importantes. No hay señas anormales de ninguna índole, pero, al mismo tiempo, tampoco hay testigos", según explicó el director del Observatorio de Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior, Javier Donnángelo.

Luego de eso, declaran familiares, vecinos o el cuerpo se pericia por técnicos del Instituto Técnico Forense, por lo que en algunos casos se dilucida la situación y en otros no. 

Aunque la cantidad de muertes dudosas viene en aumento desde 2015, su porcentaje en relación a los homicidios se mantuvo relativamente estable entre ese año y 2019 (se registraron 393 homicidios y 105 muertes dudosas). El salto ocurrió en 2020, cuando se registraron 159 muertes dudosas en un contexto en los que los homicidios habían bajado a 338. Al año siguiente fueron 171 y en 2022, hasta octubre, van 161.

En abril de este año, el director del Observatorio de Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior, Javier Donnángelo, dijo en entrevista con La Diaria que la pandemia podría haber influido en el aumento de las muertes dudosas. No solo hubo más gente que murió sola, sino que también se demoraron los trámites administrativos que deben hacerse. 

"Las entrevistas a parientes y vecinos para actualizar los datos, por ejemplo. Durante estos dos años muchísima gente no ha podido declarar en juicios de todo tipo por estar en cuarentena. Además, muchas oficinas, incluyendo las del Ministerio del Interior, han trabajado con menos personal. Todo eso puede haber hecho que aumente el tiempo en que estas situaciones permanecen con el rótulo de 'muertes dudosas'. Pensamos que el número aparece aumentando porque situaciones que antes se daban de baja no lo han hecho por todos estos retrasos", desarrolló.

Días más tarde, el entonces director general de Secretaría, Luis Calabria, dijo a El Observador que el observatorio había hecho un análisis del perfil de las víctimas de los homicidios y los afectados por las muertes dudosas, que permitía ver las diferencias entre uno y el otro. Por ejemplo, en los perfiles sociodemográficos: los primeros tienden a ser personas jóvenes, mientras que los segundos son personas de edad avanzada. 

Mientras que el 70% de los homicidios se ejecutan con armas de fuego, había solo siete casos de muertes dudosas que involucraban este tipo de armas en 2021 y se presumía eran suicidios. 

En la última presentación de cifras de delitos, el Ministerio del Interior se refirió al período entre enero y octubre de 2022 como "sin pandemia". En ese período, la tendencia al alza de las muertes dudosas se consolidó, según cifras que la Fiscalía General de la Nación envió al senador frenteamplista Charles Carrera a raíz de un pedido de acceso a la información pública. 

En varias comparecencias al Parlamento, integrantes de la cartera de seguridad insistieron en que es imposible hacer pasar un homicidio por muerte dudosa debido al constante contralor de la Fiscalía. Consultados sobre la consolidación del aumento, desde Interior dijeron a El Observador que el análisis del ministerio se mantiene y permite observar que se tratan de fenómenos distintos. La amplia mayoría son personas muy mayores, en su mayoría mujeres y en las potenciales escenas del crimen no hay elementos alterados, como falta de dinero o desorden. De hecho, muchos de los cuerpos hallados están descompuestos de varios días.

Una vez que la Policía reporta una muerte dudosa, eso llega al sistema informático de la Fiscalía. Allí interviene la unidad de Depuración, Priorización y Asignación (DPA) de la Fiscalía, que es la encargada de derivar cada caso al fiscal que corresponda. La DPA trabaja con un orden de prioridades (hay delitos que son más urgentes que asignar que otros) y teniendo eso en cuenta, deriva en la medida de lo posible el caso al fiscal. Generalmente, los investigan los fiscales de Flagrancia y si llegan a la conclusión de que se trató de un homicidio, lo derivan a una fiscalía especializada. Si el fiscal no encuentra elementos o descarta la posibilidad de que existiera un ilícito, archiva la investigación.

La visión del FA

El senador y exdirector general de Secretaría del Ministerio del Interior, Charles Carrera, expresó el año pasado en su cuenta de Facebook que es "elocuente que hubo un cambio de criterio manifiesto en este tipo de categorización del delito más grave" del sistema penal y se refirió a las muertes dudosas. "Es sugestiva la cantidad de 'muertes dudosas' llegando a porcentajes inesperados de aumento", indicó entonces.

Consultado por El Observador, expuso que las cifras informadas por la Fiscalía confirman "la tendencia desmedida de una muerte dudosa cada dos días". "Algo se está haciendo mal, porque estas muertes dudosas no refieren a fallecimientos de personas accidentadas o con algún tipo de enfermedad, estos son hechos donde existe la clara posibilidad de que sea un homicidio", complementó. 

En abril de este año, Luis Calabria, que en ese entonces era director general de Secretaría de Interior, se había manifestado en forma opuesta. "No hay vínculo, son dos fenómenos que se han dado en paralelo y que no tienen conexión, como tampoco tiene contacto con los datos de suicidios. Son eventos que transitan en paralelo y sin contacto. Luego, la investigación puede determinar el cambio de categoría, pero ello a raíz que haya elementos para determinarlo", destacó y agregó: "Vincular el descenso de homicidios de 2021 con el aumento del registro de muertes dudosas evidencia o bien desconocimiento o, en su caso, de parte de quienes saben cómo funciona el sistema, cierta malicia".

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