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Cosse: "Las cifras de seguridad me preocupan mucho; son indicadores muy malos"

La precandidata dijo que el FA tiene "credibilidad" porque no tira "promesas al viento" y que ella tiene "amigos" que viven en barrios privados
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17 de abril de 2019 a las 18:54

Por Natalia Roba y Martín Tocar

Carolina Cosse no es oficialista, es “profundamente frenteamplista”. Según dice, el Frente Amplio no promete, sino que “propone y cumple”, y si no lo hace “trabaja para ello”. Por eso cree que el compromiso de Tabaré Vázquez de bajar las rapiñas 30% no fue aventurado o demagógico, sino “ambicioso” y “valiente”. Señala que hay que tener "perspectiva histórica" antes de criticar a los tres gobiernos progresistas, y más que hablar de errores o falencias, hace hincapié en que ahora es necesaria una "segunda generación de reformas". 

Con respuestas concisas, una cautela propia de los ingenieros e "intuición de mujer" que, según dice, la hace verse en la Presidencia, la precandidata conversó acerca de sus planes y propuestas, de su evaluación de la seguridad y la economía, de su ausencia en el entierro del exministro Jorge Menéndez, de las consignas de la oposición y su estrategia de campaña. Lo que sigue es un resumen de la entrevista con El Observador

Es la única mujer que queda de todos los precandidatos. ¿Cómo lo siente?
Siento una enorme responsabilidad por las expectativas que se depositan en mí, que yo no puedo defraudar. 

Usted ha dicho que la gente quiere una mujer presidenta. ¿En qué lo ve eso?
En que me lo dicen. Y lo veo en la calle, atravesando territorios, condiciones, hasta partidos políticos. 

¿Gente de otros partidos se lo ha dicho?
Sí. En el súper. 

¿Incluso que la votarían?
Yo soy muy cuidadosa con eso, porque entiendo que la votación es una decisión íntima de las personas y no se lo pregunto.

¿Qué le dicen?
Me dicen qué bien lo que estoy haciendo, que no afloje.

Desde analistas independientes hasta dirigentes del FA han dicho que de los cuatro precandidatos del FA usted es la que tiene un discurso más oficialista. ¿Lo ve así?
Yo soy profundamente frenteamplista. Lo que yo aprendí formando parte del gobierno es que siempre las cosas necesitan una segunda mirada y un análisis profundo. A mí no me gusta ser oportunista ni decir cosas muy rápido, me gusta analizar los temas con profundidad. Y respeto mucho a los tres gobiernos del FA. Cuando se va a hacer alguna observación prefiero poner sobre la mesa qué se logró, qué falta y para dónde seguiría yo.

En ese sentido, ¿evita hacer énfasis en los aspectos criticables de las gestiones frenteamplistas? 
Yo no evito ningún tema. Cuando pienso que hay algo para mejorar o cambiar lo digo. 

¿Qué aprendió de Tabaré Vázquez en este período en el que estuvo con él en el gabinete y viendo de cerca su forma de trabajar? 
Aprendí su afán por cuidar el interés común, aprendí a verlo dirigir un equipo de ministros diverso y aprendí su preocupación por tener la información de todas las fuentes. 

¿En qué se diferenciaría a lo que él hizo?
Somos dos personas distintas. Eso es muy difícil de contestar.

Bueno, pero de lo que vio... 
Lo que puedo contarte es cómo pienso que tiene que ser el próximo gobierno. A mí me parece se deberá gobernar orientado a proyectos. También hay que separar lo administrativo de la disciplina que se está analizando, y reconocer las ventajas competitivas que nosotros mismos hemos generado. ¿Qué quiero decir? Hace poco se me rompió el lavarropas. Tenía muchos años. Me compré otro. Y uso siempre el lavado de media hora. No uso ninguno de los programas nuevos que están ahí. Uno a veces genera ventajas en el país y tiene que usarlas para resolver los propios temas del país. Por ejemplo, el internet de las cosas. Tenemos que usarlo mucho más. 

¿Hay lavarropas viejos en el gobierno?
No sé. En Uruguay hay de todo. 

¿De quién fue la responsabilidad de que demorara en presentarse la denuncia penal por lo de Gavazzo?
No lo sé. Eso es un expediente que está en la Justicia. Creo que de ahí saldrá si hubo omisiones o retrasos. 

La semana pasada sorprendió la ausencia del presidente en el entierro del exministro Menéndez. ¿Qué piensa de eso?
No lo sabía. 

¿Que no había ido?
No. 

Y ahora que lo sabe ¿no le parece grave que (el presidente)  no haya estado? 
No conozco las razones. No tengo todos los elementos. Habría que preguntarle al presidente. 

Usted tampoco fue y fue compañera de Menéndez 
Sí. Seguramente por la agitada agenda.

¿Cuestión de agenda? 
Sí, seguramente. Pero sentí su partida y me expresé públicamente en más de una ocasión. 

¿Cree que fue injusta la forma en que pasó sus últimos días? 
La vida es dura, ¿verdad? Él tenía una enfermedad terrible, eso es terrible. Yo creo que fue un gran compañero y creo –quiero creer, por lo que yo lo conocí– que aun sobre el final de sus días él comprendió el momento político que se estaba viviendo. A veces uno vive momentos políticos que en lo personal pueden ser duros, pero igual uno puede sobreponerse y comprenderlos. 

¿A qué se refiere con comprender el momento político?
A eso. A comprender el momento político. 

¿Y, por ejemplo, presentar la renuncia?
Claro. 

Pasando a sus propuestas de campaña, dijo que una de sus prioridades es la seguridad. ¿Cuál es su principal medida en esa área?
Hay que tener una forma de gobernar basada en los temas y no en quién es el dueño del tema. Hay que poner a la seguridad en el centro y, alrededor de eso rodear de una gran cantidad de planes y acciones. Una parte tiene que ver con la prevención y ahí hay que tensar fuerzas en equipos multidisciplinarios que estén realmente integrados de arriba a abajo y que trabajen en los distintos territorios: Vivienda, Salud, Educación, el Mides, quizás algún ministerio productivo. Después, tratar de hacer sistemáticas las cosas que hemos hecho bien pero de manera aislada, porque también llevan un proceso. También creo que es muy importante la educación dentro de la fuerza policial y yo insistiría mucho con la formación permanente dentro de la Policía. Mucho. 

Usted habla de coordinación e integración. ¿Qué pasó en este gobierno que no se integró lo suficiente?
Sí, siempre se puede hacer más. Yo no estaba en ese ministerio así que lo que veo es la información con la que se puede contar desde otro lugar. Mi percepción es que se fue avanzando hasta lograr hacer operativos muy grandes y exitosos, acumulando en esa forma de integración. Eso que ya se hizo bien hay que generalizarlo.

¿Cómo explica los resultados que se han obtenido en seguridad? Uno ve los indicadores alarmantes con cifras récord de homicidios…
Sí, las cifras me preocupan mucho. Son realmente indicadores muy malos. Yo creo que estamos frente a un fenómeno absolutamente nuevo, que funciona con cánones asociales, amorales, y que atraviesa las capas sociales y los territorios. También creo que los tres poderes del Estado tienen que coordinar e integrarse...

Pero eso se hace. Hay reuniones de coordinación periódicas entre el Poder Judicial, la Fiscalía, el Ministerio del Interior. 
Bueno, habrá que hacerlo mejor. Hay temas que están sin resolver y que tienen que ver con esa coordinación. 

¿O sea que el enfoque que usted piensa darle es una mejora a la forma de hacer y no tanto a nuevas herramientas?
No. Nuevas herramientas sí, ¿cómo no?

¿Cómo cuáles?
Nuevas técnicas investigativas, formación permanente a los policías, por ejemplo. Uso de la tecnología de manera no estática. Cuando dotás a una zona de determinada tecnología, la idea es que eso te pueda servir como herramienta para ir cambiando las estrategias y no que tengas siempre la misma estrategia. 

¿Quiénes la asesoran en seguridad?
Mucha gente. 

¿Por ejemplo?
No te voy a decir (risas)

¿Por qué no?
Porque no. Hablo con mucha gente de seguridad. Por ahora estamos trabajando. Ya llegará el momento de decirlo. 

¿Antes de las internas? 
No lo sé. 

Su correligionario Mario Bergara propuso la prohibición de las armas de fuego. ¿Cómo ve esa propuesta?
Es una propuesta que, desde el punto de vista de mi alma y mi corazón, me encanta. Me encantaría que no se usaran armas. Lo que temo es la efectividad porque capaz que terminamos en que la gente que tiene las armas legales y registradas se desarma y los delincuentes no. 

En educación planteó ampliar el horario de las escuelas y llevar a que el 100% sean de siete horas. ¿Cómo piensa llevarlo a cabo?
Primero, pensamos que no es necesario duplicar el número de escuelas ni duplicar el presupuesto. Hay actividades extracurriculares que se dan en horario escolar y es posible, en una primera aproximación, organizarlas de forma que haya una razonable complementación. Es una gran ventaja que los niños estén más en la escuela. Además de lo educativo, también aporta a los temas de seguridad porque estaríamos fortaleciendo un punto importante para la seguridad en los barrios, que son las escuelas. Al poder tener los niños 7 horas en la escuela estamos promoviendo que las madres puedan trabajar. Con una escuela de 4 horas eso es bastante complicado. 

El tema ahí son las cifras, porque de las más de dos mil escuelas que hay, solo unas 316 son de tiempo extendido. Entonces, si todas son de tiempo extendido, ¿qué se hace con los alumnos que sobran? ¿Qué se hace con los docentes? ¿Hay que duplicarles el sueldo?
No, no. Para nada. 

¿Cómo se hace entonces? No alcanza el lugar físico.
Justamente, nos parece que alcanza, porque hay actividades extracurriculares que son en salones.

¿Pero esas actividades se hacen dentro de las cuatro horas o se hacen por fuera del horario?
Se hacen en las cuatro horas. Por eso estamos planteando hacer una readecuación, sacarlas fuera del horario y podría hacerse una coordinación para que quedara un horario extendido aunque en la escuela fuera de dos turnos. Habrá que trabajar los detalles de implementación. 

¿Pero los del otro turno dónde irían?
Por ejemplo, hay actividades extracurriculares que son en salones y otras que son en patios. Tú podés, mientras están haciendo actividades extracurriculares en salones, tener al otro turno haciéndolas en patios. Y después empiezan el turno normal de clases. Parece que fuera posible. 

Pero, más allá de que la idea es utilizar los recursos que ya hay. ¿Podría caber la necesidad de construir más escuelas? 
Puede ser. Pero no creo que el doble. No creo que mueva la aguja. Me juego mucho más a la articulación y a la readecuación. Pareciera, ¿no? Después veremos en el detalle. Pero es un proyecto que parece posible. 

Ese proyecto está basado en Primaria. ¿Qué pasa en Secundaria que es donde están los problemas más complicados, según los resultados? 
Sí, yo creo que, en general, para las tres ramas de la educación, es muy importante dotar a los docentes de más elementos, de más formación. Creo que ahí, por ejemplo, podría haber una buena colaboración con la Universidad para dotar a los docentes con cursos opcionales fuera de horario. Me parece que es importante que en este mundo actual puedan contar con herramientas de lo que está pasando en el mundo para enseñar mejor su materia.

O sea que el cambio que usted propone está más en lo que se enseña dentro del aula que en lo institucional o en el diseño.
El diseño es un tema administrativo, y tiene que ser eficiente.

¿Hoy no es eficiente?
No. 

¿Dónde están las ineficiencias en lo administrativo?
Yo no soy especialista en los detalles administrativos de la educación. Tenemos que utilizar nuestra capacidad de digitalización y en esa capacidad de aprovechar para mejorar procesos. 

La ministra de educación María Julia Muñoz es impulsora de su candidatura. ¿Cómo evalúa su gestión? 
Bueno, Marita es una gran mujer. Yo no tengo los detalles de su gestión. Es una persona que me consta que respalda que la gente haga cosas. No tengo mucho más. 

Como exintegrante de un gabinete en el que se discute de todos los ministerios, y sobre todo con un gobierno que llegó con una promesa muy fuerte en lo educativo de reformar el ADN, ¿siente que se prometió de más y se quedó un poco corto? ¿Qué evaluación hace de eso?
El FA no promete, lo que hace es proponer y cumplir y si no cumple porque no llega a la meta exacta... En ninguno de los tres gobiernos el FA se desentendió del programa. En ningún área se puede decir que el FA no trabajó para cumplir el programa. 

Pero hubo aspectos que no se cumplieron. 
Sí hubo aspectos que no se llegaron. Pero no se puede decir que no se trabajó. Eso es muy importante porque es la credibilidad, que yo creo que es la principal fortaleza que tenemos. 

¿Pero al no llegar no se pierde o se pone en riesgo la credibilidad?
No, porque no son promesas que se hacen al viento. Se trabaja un programa con mucho cuidado, se escribe y después se pone en práctica. Cuando uno pone un plan públicamente así puede cumplirlo totalmente, llegar hasta una parte o no hacer nada. En ningún caso en el FA fue no hacer nada. 

Promesas incumplidas como la de no aumentar los impuestos, que se terminaron aumentando, el 30% de descenso de las rapiñas, que en realidad fue un aumento, o la educación, ¿todo eso no daña la credibilidad del FA?
Hay que ver los procesos. Creo con el tema de los delitos el presidente puso una meta muy ambiciosa y eso fue muy valiente de su parte. Lo que no se puede decir es que no se hayan hecho cosas. Por eso digo que tenemos credibilidad. Que no tiramos el programa al viento. 

Juan Sartori propone 100 mil empleos y no le dicen que es ambicioso, en muchos lados le dicen que es demagógico. ¿No hay una línea fina entre una cosa y otra?
Yo la verdad sería más cuidadoso para elegir con quién comparar al Dr. Tabaré Vázquez. 

Son promesas, anuncios que se hacen y que no se cumplen. 
Yo creo que hay que mirar las cosas con un poco de perspectiva histórica. En el primer gobierno, el FA sacó al país de esa ruina y lo puso en un camino de progreso. El segundo continuó ese camino, con importantes obras de infraestructura y consolidando derechos. Y este tercer gobierno del FA, ante una crisis internacional y crisis de la región y con viento en contra desde el primer día, ha logrado que Uruguay siga avanzando. 

Pero lo cierto es que se prometió que se iban a bajar 30% las rapiñas y eso no se logró. ¿No fue muy aventurado tirar una cifra tan alta?
Fue ambicioso. 

En ADM dijo que se precisa un gasto más eficiente. ¿Eso es una forma de decir que hay que recortar gasto?
Siempre hay que mirar donde se puede ahorrar, ¿no? Seguramente se pueden hacer muchos ahorros.

¿En qué por ejemplo?
Ancap se propuso ahorrar de manera estructural US$ 25 millones y lo logró. Es un gasto que no vuelve nunca más. Ese tipo de cosas en cada una de las áreas se puede trabajar en ahorros estructurales. 

¿Dónde más se podría?
En todos lados, con razonabilidad. No todas las instituciones son iguales. Por ejemplo yo creo que tenemos una gran cantidad de programas para la infancia. No sé si no hay programas que no se están solapando.

El gobierno mandó una rendición de cuentas, la última, que proyectaba un crecimiento de 2,5%. Finalmente el crecimiento terminó siendo de 1,6%. ¿Debería haber un mea culpa del equipo económico de decir le erramos con la proyección?
¿Y para qué serviría eso? No sé. Son cuestiones que no tienen que ver. No es un juego ¿no? Cuando uno utiliza técnicas para proyectar algo utiliza los elementos que tiene. 

Pero en ese momento analistas privados y la oposición coincidían en que era muy optimista. 
El mundo es impredecible; si después no da habrá que ver qué fue lo que se asumió en el Uruguay. 

¿Va a ser necesario un ajuste en el próximo gobierno?
No se puede contestar esa pregunta. Porque yo lo que voy a encarar de entrada va a ser mejorar la actividad del país, fundamentalmente generar más trabajo y dinamizar la economía. Esa es la primera prioridad que tengo.

Usted insiste, en esa balanza de ingresos y egresos, enfocarse en los ingresos. ¿De qué forma?
Generando trabajo con varias políticas al mismo tiempo. Hay que tener una política anticíclica intensa y creo que para eso tenemos que fomentar las herramientas que permiten que los privados inviertan en obra pública. Ya tenemos herramientas que son buenas como las PPP pero hay que mejorarlas porque son muy lentas. Otra es el mercado de capitales minorista, que ya se usó en los parques eólicos de UTE. También con obra pública apalancando inversión privada, terminar el proyecto de fibra óptica al hogar, y dar medidas de segunda generación para sectores muy dinámicos. 

¿Esos mecanismos deben seguir el rumbo de exoneraciones tributarias?
Y sí, algo hay que exonerar porque si no no vienen. Son las cosas que buscan: seriedad, incentivos, baja corrupción y ciencia. 

Y con un mercado uruguayo que en su gran mayoría es de pequeñas y medianas empresas ¿Tiene alguna medida pensada para ese tipo de producción que también reclama que no están las condiciones para tomar nuevos trabajadores o para seguir invirtiendo?
Sí, sí. Una de las cosas que me ha sorprendido es que la ley de inversiones que aplica a cualquiera, hasta a cooperativas, no es utilizada por las pequeñas y medianas empresas. Y eso lo quiero trabajar, a ver qué pasa ahí. 

Cuando lanzó su precandidatura apuntó a construir un espacio propio, un camino independiente más allá de los sectores que la apoyaban, entre ellos el sector mayoritario del Frente que es el MPP. Últimamente se la ha visto más pegada al MPP. ¿A qué responde ese cambio de estrategia?
No, yo voy con todos. Yo recorro con el MPP, con la 1303, con Rumbo de Izquierda. Hay una corriente ahora de independientes que se está armando en todo el país. Hay otra que es una lista amplia que se va a armar para la internas porque hay mucha gente  que me quiere votar y no quiere votar a ningún sector.

¿Ya está pronta esa lista?
Sí. Ya se hizo el trámite en el Frente Amplio, se presentó en la Corte Electoral. 

¿Y quiénes están ahí?
No lo sé de memoria. Pero la primera creo que es Carmen Beramendi.

¿Y con el MPP entonces dice que no hubo un cambio de acercarse más a su estructura?
Son todos muy queridos compañeros por mí. Los respeto mucho, los quiero y trabajo con todos ellos. 

El diputado Alejandro Sánchez decía, según publicó Búsqueda, que usted tenía que dejarse ayudar más por el MPP.
Ah bueno, me parece muy bien. (Risas) Que trabajen más. Los procesos de trabajo son así. Como que la gente se va entusiasmando y cada vez me apoya más, yo que sé. Me parece bárbaro, está bien

¿No siente que ha faltado la presencia de Mujica en sus actos, en las actividades?
No, no. Realmente hay muchas actividades. Con 'Pepe' hay varias y con otros también, y yo tengo que estar en otros lados, así que bueno.

Muchos la ven como una líder verticalista y soberbia. ¿Qué dice de eso?
Que no me conocen.

Pero fue una de las estrategias que la campaña suya trabajó en primera instancia.
No lo sabía. Me estoy enterando por vos. No, no. No soy nada de eso, lo que sí hago es trabajar mucho, integrarme a los equipos. No hay que confundir firmeza, que creo que es lo que se necesita para conducir un país, con otras cosas. Y también creo que tengo sensibilidad como para entender muchas cosas. Y además no tengo ningún problema para admitir en que me equivoqué y cambiar las cosas. 

¿En toda su vida pública cuál fue su mayor error?
No sé. No me puse a hacer un recuento. Debo tener muchos. No lo sé.

¿Su mayor acierto?
El proyecto de Fibra al hogar.

En su campaña ha tenido como un estilo bastante confrontativo con Lacalle Pou. Es al que más le ha pegado. ¿Por qué?
¿Vos sabés que no?

Le dijo "motosierra" a su propuesta…
Pero esa estaba regalada, yo que sé.

Y cuestionó a quienes viven en barrios privados.
No, eso ya que estamos… Ese comentario lo hice cuando salía de no me acuerdo dónde y en la mezcla de preguntas vino una que no sé qué era y yo dije: "Bueno, estamos lo que estamos integrados en la sociedad o podés estar en  un barrio privado" y seguí hablando. Y después se sintieron aludidos una cantidad. Yo les quiero decir una cosa: Yo tengo amigos que viven en barrios privados. Yo misma digo que es malo generalizar. Si alguien entendió que yo estaba diciendo que eso es no tener sensibilidad, pido disculpas. Porque yo conozco mucha gente de muy buena posición económica que tiene una gran sensibilidad y jamás voy a atacar eso.

¿Como Miguel Ángel Toma?
Bueno, no sé si tiene una gran posición económica.

Tiene una casa en un barrio privado en Punta del Este.
No lo sabía. Hay que ser muy cuidadoso con lo que uno dice. Yo siempre trato de ser cuidadosa, a veces me descuido y pasan estas cosas. 

¿Se arrepiente de ese comentario?
Sí, sí. Si herí a gente que yo sé que tiene sensibilidad, sí. Creo que fue sacado de contexto.

¿El de la "motosierra" no? Dijo que se la dejaron regalada...
Dije lo que sentía ahí, sí.

Cuando le repreguntaron por qué dijo eso usted dijo: "porque sí".
Porque lo sentía, sí, claro.

¿Cree que hay algo de eso en el discurso de la oposición o de Lacalle Pou?
Y sí, hay sí. Pero en realidad yo estoy centrada en las propuestas que estoy haciendo y en que reconozcamos los puntos fuertes que tenemos para pararnos para tomar las oportunidades para seguir cambiando Uruguay. Lo otro son anécdotas.

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