Más allá de las definiciones políticas, la intervención del presidente despejó algunas incógnitas pero quedan sin responder algunas otras y, además, existen versiones contradictorias entre Lacalle Pou y la exvicecanciller Carolina Ache sobre el periplo de los chats y el pedido del asesor presidencial Roberto Lafluf.
El presidente dijo que el objetivo era definir una estrategia común y dilucidar si se le entregaban o no a la Justicia los chats entre Maciel y Ache —donde el primero le advertía a la segunda que Marset era un narco “muy peligroso” al mismo tiempo que se tramitaba el pasaporte—.
"Le pido a Roberto Lafluf, que es asesor en comunicación y estrategia del gobierno, de mi persona, que se junte tanto con la subsecretaria de Cancillería y con el subsecretario de Interior para que se pongan de acuerdo con qué iban a hacer con esas conversaciones", dijo en conferencia.
Es decir, según la versión del presidente, el gobierno discutía si entregar o negarle información que había sido requerida específicamente por la Justicia y el acuerdo en esa reunión era no entregarlo.
Luego de ese encuentro, y siempre según la versión de Lacalle Pou, Ache se arrepintió y decidió que había que entregarlos.
“Ache dice posteriormente que no estaba de acuerdo, que había recibido asesoramiento de la gente que trabaja con ella en estos temas y que ella creía que había que presentar estos documentos. Yo creo que ya lo informaron, pero Roberto Lafluf me llama a mí y le dije que si esa era la decisión que se presentara todo”, dijo Lacalle en conferencia de prensa.
La versión de Ache, sin embargo, es distinta. Según dijo en ese encuentro el pedido fue directamente de eliminar los chats, a lo que accedió (sabiendo que los tenía respaldados). Además, Lafluf le pidió que consiguiera un escribano para que protocolizara su conversación con Maciel sin ese pasaje.
Con eso fue, según la versión de Ache, con lo que no estuvo de acuerdo y tras asesorarse, le dijo a Lafluf que no estaba dispuesta a cometer un delito.
“Lo llamo por teléfono. Le digo que yo había hablado con mi abogado y tal, que lo que él me estaba pidiendo era cometer un delito. Y que yo no estaba dispuesta a cometer un delito. Él me dice bueno, pero entonces cómo hacemos, la información va a aparecer, qué alternativa. Le digo que hay un protocolo (con las conversaciones), el protocolo es inamovible, está ahí. Yo no voy a hacer otro protocolo que contradiga el protocolo que ya está. De ninguna manera”, relató Ache ante el fiscal.
Ahí Lafluf habla con el presidente y este le dice que se entregue todo. Ante esa postura, el asesor presidencial le pide, según declaró Ache, que vuelva a presentar el protocolo con los chats porque él lo había destruido.
Expediente sí, expediente no
Otro de los puntos que no está claro es si efectivamente el asesor presidencial rompió un protocolo con las conversaciones que estaba dentro de un expediente o no.
Desde el gobierno dicen que no era un expediente, mientras que Ache y su entorno aseguran que era un expediente digital y que las conversaciones se habían entregado en papel.
La ex vicecanciller asegura que el 22 de noviembre de 2022, por la sentencia dictada por la Justicia en la acción presentada por los senadores del Frente Amplio para acceder a toda la información de Cancillería respecto al caso Marset, se formó un expediente administrativo electrónico, donde Jurídica le pidió, tal como había solicitado la Justicia, las comunicaciones con Maciel.
“Ese expediente administrativo se lo remito al señor ministro, con una nota donde le manifiesto que esas comunicaciones están a su disposición”, dijo Ache ante el fiscal. La respuesta de Francisco Bustillo, entonces canciller, dice que la decisión es de Ache y no de él, por lo que ella decide agregar las comunicaciones.
“Ante esta situación, yo lo que hago es agrego al expediente, le devuelvo el expediente, pero esta vez agrego al propio expediente el protocolo. Es decir una copia de las comunicaciones del 18 de noviembre”, dijo ante Fiscalía. Esas conversaciones se agregaron en formato físico a un expediente electrónico el 24 de noviembre de 2022.
“Adjunto al componente físico del presente expediente GEX (el sistema que usa la Cancillería), un sobre cerrado de carácter reservado, conteniendo testimonio de las comunicaciones informales que mantuve por WhatsApp con el señor subsecretario del Ministerio del Interior, protocolizadas por escribano público”, escribió Ache en la nota que agregó al expediente según relató ante fiscalía.
Esto fue el 24 de noviembre y el 25 de noviembre se da la convocatoria de Lafluf a una reunión en el piso 11 de Torre Ejecutiva.
¿Por qué llegó un expediente de cancillería a Presidencia? Ache dice que no sabe mientras que en Torre Ejecutiva aseguran que no era un expediente. Cuando le preguntaron a Lacalle por este tema en la conferencia de prensa dijo:
Lacalle: No era un expediente. Era una hoja protocolizada por un escribano. No es que estaba incluido en un expediente.
Periodista: Si había un expediente en Cancillería de Presidencia.
Lacalle: No, no. Porque no era parte de un expediente. De hecho el expediente se presenta en la Justicia sin esta documentación. Se termina de presentar esta documentación al otro lunes, con lo cual no era parte del expediente. Hoy, porque supuse que esta pregunta me la podían hacer, verificamos en el expediente Gex y no era parte.
Cancillería entregó el expediente el 24 de noviembre son las conversaciones. Cuatro días después, luego de la reunión en Presidencia y la charla entre Ache y Lafluf, los WhatsApp fueron entregados a la Justicia.
En caso de ser parte del expediente y que Lafluf lo haya destruido, tal como sostiene Ache, el asesor presidencial habría destruido un documento público, por lo que podría haber cometido un delito según la visión de abogados penalistas. Sin embargo, el presidente no profundizó sobre este punto y no se refirió a la destrucción (o no) del documento.