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Cómo criar a un pitbull para que no lastime y qué hacer cuando trabó la mandíbula

Los adiestradores profesionales Kevin Torena y Sofía Ciliano dieron consejos sobre cómo educar a esta raza
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17 de enero de 2024 a las 05:03

Tener un pitbull no es para cualquiera. No es para una persona violenta que lo vaya a educar a golpes, tampoco para alguien que espere criarlo en piloto automático, ni para quien viva en un apartamento y piense en sacarlo a pasear menos de cinco veces al día. 

Son perros físicamente potentes con una tendencia mayor que otros a morder porque para eso fueron creados históricamente. 

Después de que en Rivera un pitbull mordiera en la cabeza a una niña de dos años, los adiestradores Kevin Torena y Sofía Ciliano hablaron con El Observador sobre cómo adoptar un pitbull, cómo criarlo, cómo prevenir accidentes, cómo actuar cuando sucede uno y qué hacer después.

Nunca un mercado negro

"Cuando nace un perro tenés un 100% de genética", señala Ciliano. "A medida que el perro va creciendo, va disminuyendo un poco lo que es la genética y aumentando las experiencias, hasta que llegás a un punto que tenés un perro que es un 50% genética 50% experiencia y esas experiencias se las tiene que dar el ser humano".

Pero antes de educarlo y diluir esa genética, es importante prestar atención a su linaje. Con perros como los pitbulls se debe conocer su genética.

Por lo tanto, nunca hay que comprarlos en el mercado negro. "Ahí no conocés a la madre, al padre, a los abuelos", subraya la adiestradora. En cambio, se deben buscar opciones de lugares que den "garantía" de que allí "se crían perros con determinadas características para que convivan con el ser humano".

La pureza de la raza es otro factor a tener en cuenta, advierte por su parte Torena, aunque "tampoco quiere decir que porque el perro sea recontra puro no se va a mandar un cagada".

Pero, "cuando vos tenés un galgo, con dogo, con cruza de pitbull, su cabeza es un pororó". "Es muy difícil luchar contra esa genética tan variada que viene con con antepasados de diferentes razas y diferentes genéticas", explica.

Cómo educarlos de cachorros

Una vez que se adoptó al perro, para la adiestradora Ciliano, ya en "las primeras etapas del cachorro debemos estar enseñando y exponiendo al perro a situaciones que van a ser las normales más adelante".

Desde los tres meses hasta su madurez sexual el perro está en la fase de "integración social", donde hay que ayudarlo a que comparta tiempo, por ejemplo, con niños y con otros perros. 

"Esa etapa también tiene el problema de que coincide mucho con la etapa de vacunación de los perros y a veces los humanos nos limitamos un poco", dice Ciliano.

Sin embargo, en esta etapa, la adiestradora recomienda que no se aísle al animal, sino que se lo junte con perros que no estén enfermos, para trabajar la "parte social de forma temprana". Esto es clave para evitar problemas sociales en el futuro.

Torena añade que a los pitbulls macho hay que castrarlos a los seis meses. "No esperes hasta el año, el año y medio o los dos años. Muchas veces la testosterona genera que los perros estén todo el día a 220". 

Respecto a la energía, el adiestrador apunta a otro cuidado. "Necesitan primero que nada muchísima actividad física". Si alguien tiene un pitbull en un apartamento, tiene que sacarlo cinco veces al día.

Además, no hay que inculcarles a que jueguen bruto. Por ejemplo, hay personas que lo primero que hacen cuando adoptan un pitbull es hacerlo "forcejear con una piola". "¿Qué pasa? El perro va desarrollando mucha capacidad en su mandíbula", explica el adiestrador. "Muchas veces hay pitbulls que no saben trancar las mandíbulas, porque nunca lo hicieron".

Por otro lado, Ciliano, que lleva más de diez años trabajando en el rubro y que se enfoca en los cachorros, recomienda además que "un profesional participe de la educación del perro", en especial en una raza que tiene potencial de peligro.

Torena señala que cada perro madura a una edad diferente. Por ejemplo, dice que prefiere educar un golden a los dos años, que a los seis meses. En el caso de los pitbulls, afirma que con un año "ya es recontra maduro", se le puede enseñar lo que sea y le va a quedar para toda la vida.

Cuando salen a la calle

Otra de las preguntas específicas que surgen respecto a tener un pitbull es de qué manera sacarlo a la calle.

Ciliano afirma que siempre deben ir de correa. "Por más que mi perro me haga el mayor caso del mundo nunca sé si van a tirar una bomba y el perro se va a asustar o va a ladrar un perro enfrente y mi perro va a querer ir y cruza la calle..."

En cambio, no considera que necesariamente tenga que usar bozal. Si no tiene por qué y lo lleva de todas formas se puede generar un problema que antes no existía. Los perros necesitan olfatear y también socializar. El bozal afecta cómo interactúan con otros perros, pero también con los humanos. 

"Vas caminando por la calle, ves un perro con bozal y te alejaste. Eso va a afectar al propio perro, que dice: 'por qué se me alejan, por qué se van'", ejemplifica Ciliano.

Torena sostiene que cuando se saca a la calle a un pitbull hay que hacerlo con un collar de entrenamiento.

"No son perros que estaría bueno pasearlos con un arnés, porque después no tenés como separarlos".

Cómo destrabar la mordida

En la academia de Torena –Adiestramiento Racional– se especializan en razas como pitbulls, rottweilers y dogos, las que se caracterizan como potencialmente peligrosas.

Él considera importante despejar mitos sobre cómo separarlos de otros perros, o personas, una vez que trabaron la mandíbula.

Para las razas nombradas, no funciona levantarle las patas de atrás, tirarles agua, meterle un dedo en el ano, ni cinchar de los testículos. Tirar para atrás hace que desgarre lo que sea que mordió. Y violentar al perro de otra forma, puede hacer que se dé vuelta y ataque a quien intenta separarlo. 

Lo que hay que hacer es cortarles el aire. "Cuando inhibís desde el cuello, el perro suelta porque se asfixia y ahí la queda. Se terminó la pelea. Queda totalmente calmado porque se le cortó el aire y no tiene cómo accionar", asegura el adiestrador.

La esperanza de rehabilitarlos

Cuando un disparador provoca que el perro termine mordiendo, hay esperanza. Necesita una rehabilitación. Torena recuerda un caso que tuvo recientemente en su academia.

Una familia había viajado a Rivera en auto con su pitbull que se había portado bien toda la vida, nunca había mordido a nadie. Lo doparon, pero de todas formas estaba muy asustado y cuando su dueña forcejeó para bajarlo, él le mordió la mano.

"La muchacha lo bajó, lo ató en una reja y ahí vinieron los bomberos. Los bomberos lo cagaron a palo, lo ataron con un lazo, se le tiraron arriba, lo durmieron después con un tranquilizante. Cualquier cosa".

El perro necesitó de 15 días en la academia para que le sacaran el trauma de que cualquier persona que se le acercaba lo iba a lastimar.

A muchos otros perros que tuvieron actitudes violentas nunca los rehabilitan. 

"El típico pitbull que lo regalan, lo regalan, lo regalan... Pasa por cinco, seis familias, termina mordiendo a todo el mundo. 'Ay, no sabemos por qué fue'. Sí, fue por este evento en particular".

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