Paola Nande
Correr es una actividad que trae muchísimos beneficios. Se puede realizar de forma individual o en grupo, mantiene en forma nuestro sistema cardiovascular, reduce el estrés, nos ayuda a mantener la línea, fortaler los huesos, es un buen generador de endorfinas (sustancia química que provoca la sensación de bienestar) y por sobre todo es un ejercicio práctico que se puede realizar en cualquier lugar y en un principio requiere únicamente de un calzado adecuado.
Así que si eres una persona sana, y no tienes ninguna indicación médica que te prohiba esta actividad, el momento de comenzar es ahora.
Empieza buscando un lugar que te agrade y sientas seguridad para dar tus primeros pasos. Tu paseo exprés está comenzando.
Lo primero que debes tener claro, es que las primeras salidas van a estar determinadas por el tiempo, y no por los kilómetros realizados. Así que antes que nada es importante saber cuanto tiempo vas a dedicarle a cada instancia para lograr la meta. Visualiza y concéntrate en tu actividad.
El primer objetivo es encontrar un ritmo cómodo que te permita prolongar la actividad por un tiempo determinado.
Empezar a correr es un proceso que se trabaja de menos a más, así que si nunca has corrido, o hace mucho tiempo que no realizas ningún tipo de actividad, comienza caminando a ritmo sostenible.
De esta manera tu cuerpo entra en calor y se activa reconociendo la nueva disciplina.
En los primeros días algunas partes de tu cuerpo pueden presentar molestias o dolores, lo cual es normal, pero siempre es bueno consultar a un médico en caso de que persistan.
Conforme avances en tus salidas y te sientas fuerte como para pasar a una nueva etapa, comienza a implementar el caminar y correr.
Es un método eficaz para lograr la transición a correr y llegar con base sólida y fuerte.
Otro punto a tener en cuenta, es el terreno por donde vamos a ejercitarnos, y para ello el entrenador Federico Lopez sugiere lo siguiente: “Es importante entrenar sobre superficies blandas, como pasto y arena firme, de esta manera reducimos ampliamente el impacto en nuestras rodillas, cadera y espalda evitando posibles lesiones”.
Antes de realizar ejercicio procura ingerir algo liviano para no pasar hambre, y no olvides de llevar hidratación, sobre todo en épocas de mucho calor.
También puedes llevar contigo una barrita de cereales o una fruta si piensas salir por un tiempo largo.
Alimentarse bien, es necesario para tener energía y tener un buen rendimiento.
Cuando finalices la actividad, tómate un tiempo para estirar, inhalando y exhalando suavemente para relajar cada músculo trabajado a lo largo de tu actividad.
Tómate cada salida como un paseo, siente el viento en la cara, observa a tu alrededor, escucha música que te motive, y sobre todo disfruta de haber logrado tu primer objetivo. El camino recién empieza.
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