Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > OBITUARIO

El legado de Renzo Teflón y Los Tontos

Renzo Guridi murió el lunes a los 55 años; su música y obra son parte fundamental de la historia del rock uruguayo
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25 de abril de 2018 a las 05:00

Fue el líder de una de las bandas más populares del rock postdictadura, aunque a los rockeros de aquel momento no les agradara su sonido pop y su masividad y los agredieran en el Montevideo Rock que se realizó en el Estadio Franzini en 1988. Hizo un disco que criticaba a la figura de José Mujica, el Sgt. Pepe Empty Heads Club Band. Tuvo un proyecto pionero en Uruguay al fusionar hip hop y heavy metal, Los Drinkin' Boys. Condujo un programa de televisión, fue técnico de reparación de computadoras y productor musical. Pero encima de todo eso, Renzo Guridi fue Renzo Teflón, una pieza clave de la historia del rock uruguayo.

El músico murió el lunes 23 a causa de un cáncer, por el que estaba internado y que había generado una movilización para recaudar fondos para ayudarlo en el tratamiento. Entre ellas estaban la subasta de objetos de colección de su período con Los Tontos, la propuesta que se presentó ante el Parlamento para concederle una pensión graciable por su aporte a la música uruguaya y el concierto para el 12 de mayo (no se suspende) en el bar Segunda Vuelta que, también, es a beneficio de Juan Faccini, músico del Conde de Saint Germain.

El periodista y escritor Mauricio Rodríguez fue quien inició la movida, durante una visita a Teflón en el Hospital Español. Previendo una posible alta y los gastos que se deberían afrontar para los cuidados del músico, sugirió rematar por internet la lata en la que venía el casete de Tontos al natural, el segundo álbum de la banda que poseía, y que le había sido regalada por el exintegrante del grupo. "Puse eso y una tarjeta de presentación de Los Tontos, que tenía la foto y el número de teléfono de contacto. Y la gente lo vio y empezó a aportar otros objetos para la subasta: banderas de la radio El Dorado, que era la que pasaba el rock uruguayo, un vinilo de Los Estómagos, el disco nuevo de Renzo, Unknown, otras latas y el dibujante Ombú aportó dos caricaturas que había hecho de él", explicó Rodríguez.

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Los Tontos, donde Teflón era bajista y cantante, aparecieron en un momento en el que el rock uruguayo se decantaba por lo sombrío. Por lo dark. "Otro día en la misma pudrición un reflejo de la gente en la misma condición", cantaban Los Traidores. "A mi alrededor la oscuridad sin saber porque estoy llorando tengo muchas ganas de gritar", clamaban Los Estómagos. Los Tontos -a partir de ahí Guridi tomó y asumió el apodo Teflón-, sin embargo, hablaban de asesinos de viejas, parodiaban a Silvio Rodríguez cambiando el unicornio por un wáter azul y hasta las canciones que referían a asuntos más serios, como Ana la del quinto, tenían un barniz de humor negro e ironía que los diferenciaba del resto, y los hizo más populares que a sus colegas de generación ante el público que no era estrictamente rockero.

Teflón estudió con Leo Maslíah y tuvo algunos proyectos musicales previos, pero el salto fue con Los Tontos. La banda nació de un encuentro entre Renzo y el baterista Leonardo Baroncini, que tocaba con el seudónimo Trevor Podargo. "Yo tiré 'Los Calefones', pero él me dijo 'Los Tontos' y me encantó. Aparte como era la época del canto popular, donde todo era "somos todos trascendentes", esto era como una bomba de mierda arriba", contó en el libro En la noche, de Mauricio Rodríguez.

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Rodríguez fue adolescente en la época en la que emergieron bandas como Los Tontos. Vivió esa movida en carne propia. "La muerte de Renzo fue despedirse de una parte de la adolescencia, fue el fin de una etapa", dijo.

Tontomanía

Miguel Olivencia era disc jockey. Estaba cansado de trabajar de noche, y un amigo le comentó que su primo Renzo tenía una banda que estaba buena. Con 20 años, el publicista y actual responsable de los Premios Graffiti usó sus contactos nocturnos para conseguirles tres actuaciones en cumpleaños de 15. Y así se convirtió en mánager de Los Tontos.

Después de aquellas tres fiestas vinieron 200 shows en dos años, entre 1987 y 1988. "Fue una locura", recordó Olivencia. "Fue algo inesperado, e impensado, además de instantáneo". No era algo común un fervor y un ritmo de trabajo así para el rock uruguayo, que venía de varios años de silencio con la dictadura. "Recorrímos todo el país. Y fuimos a Argentina y Chile. Teníamos hasta un ómnibus", contó.

Si bien a nivel de letras la propuesta era diferente, a nivel sonoro transitaban por un terreno más familiar y ligado a los sonidos del pop rock y la new wave, con las guitarras limpias y punzantes que son marca registrada de la época. Pero también fueron llamativos por su estética, más colorida, alegre y a contrapelo del negro y el cuero riguroso de sus colegas.

De hecho, Himno de los Conductores imprudentes (en el que Mandrake Wolf aportó la música) contaba con un videoclip que fue también impulsor del éxito de la canción.

"La estética fue muy importante. Nosotros, con Los Tontos, nos disfrazábamos para tocar. Siempre nos vestíamos con ropas de colores para darle un toque colorido a la cosa. Éramos un poco de punk y poco de carnaval", explicaba Teflón sobre la estética híbrida de la banda en el libro Rock que me hiciste mal, de Fernando Peláez y Gabriel Peveroni.

Teflón traía sacos de colores desde Buenos Aires. Usaba lentes oscuros y el pelo parado con gel. "Era la irreverencia al servicio del arte", comentó Mauricio Rodríguez, que rescata la creatividad como compositor y su interés por la música y la estética como aportes principales.

Olivencia apuntó: "Eran rock, pero dentro de ese género eran lo más pop, y sus letras iban por fuera de lo cotidiano de la música uruguaya, que en aquel momento tenía otro enfoque, principalmente en lo político y lo social, con la filosofía del no future del punk. Ellos ponían humor".

El éxito se replicó incluso fuera de fronteras. El antiguo mánager de Los Tontos recuerda que en Chile los fanáticos copaban los hoteles donde se alojaban, y los obligaban a correr por la calle cuando eran reconocidos. "Allá los conocían por Mi guatercló azul, no por la canción del puré. Lo primero que les hicieron hacer cuando llegaron a Chile fue sacarse una foto en un baño", recordó.

Y la popularidad también los llevó a la televisión. Los tres miembros del grupo conducían La cueva del rock, que se emitió por canal 4 y en el que bandas locales presentaban su música tocando en vivo o haciendo playback. Olivencia fue productor del programa y recuerda que eran también bastante agitadas las grabaciones, ya que se hacían en medio de la demencial agenda del grupo, que tocaba cuatro veces por semana.

"Íbamos de 'rostro de piedra', nos sentábamos ahí con un mínimo guion, porque no había producción, era el pobre Olivencia corriendo atrás de todo y haciendo todo. Yo leía todas las cartas que nos mandaban, que todavía las tengo guardadas", recordó Teflón en su entrevista con Mauricio Rodríguez para En la noche. Pero Olivencia acotó que era caótico, y que los miembros del grupo tenían la tarea más fácil, que era sentarse y conducir.

En Tacuarembó, cuando era un niño, Dani Umpi miraba ese programa y escuchaba los discos de Los Tontos. En particular recuerda la lata de Tontos al natural. "Renzo fue uno de los primeros artistas que me impactaron por sus letras, su música y como showman, tanto sobre el escenario como en TV. Se notaba que se manejaba bien en público", contó el artista.

En 2005, cuando grabó su disco debut Perfecto, Dani Umpi contactó a Teflón, que prestó su voz para la canción Nueva Generación, en cuyo videoclip también participa. "Él fue muy bueno conmigo, me invitó a su casa, y hasta cantamos juntos en una Noche de la Nostalgia", recordó Umpi.

Pero no a todos les agradaba lo que hacían. Rodríguez lo resume así: "Los Tontos pagaron caro el pecado de ser exitosos. Montevideo no estaba preparada para su música. Recién con los años han sido más comprendidos. En aquella época les decían que no tenían mensaje, pero en sus letras había más crítica social que en muchas otras bandas".

"Él tuvo una infancia complicada, y tenía algunos temas psicológicos. Eso lo llevó a tener períodos de alejamiento de la música, pero él no quería eso, no le gustaba", dijo Olivencia.

"En aquel momento la sociedad cometió un error y no lo entendió", concluyó Rodríguez. "Hoy, por suerte, nos queda su música y su legado para remediarlo".

En primera persona: mi primer recital

Por Federico Sierra*

Lo pienso ahora y éramos unos héroes: sin radios FM, sin una gran oferta de discos o casetes al alcance de la mano y -por supuesto- sin Internet, no era fácil la vida para unos adolescentes desesperados por música en una ciudad como Young. Así y todo, lo lográbamos. Tanto como para ser conscientes, ese 5 de diciembre de 1987, que un recital de Los Tontos era cosa seria.

El recital en cuestión, en realidad, era un toque en medio del tradicional baile semanal en el Club Uruguay. Yo tenía apenas 12 años, pero conseguí permiso para quedarme toda la noche allí, bajo supervisión de mi hermana mayor.

Para mí, la fiesta empezó temprano. Con varios amigos, fuimos hasta el club mientras armaban el escenario. Renzo, Trevor y Calvin parecían divertidos con la presencia de un grupo de fans preadolescentes. Renzo, en particular, se sacó decenas de fotos (y crean que en esa época predigital, cada foto valía mucho) y firmó autógrafos hasta el cansancio.

Luego, los seguimos hasta el Centro de la ciudad. "Los Tontos" se instalaron en una mesa de lata en "El Gauchito", un carrito que seguramente era la única opción gastronómica a esa hora. Desde lejos, los espiamos. Y le robamos alguna foto a Renzo sin sus lentes.

La noche se hizo larga en el baile y la lucha contra el sueño fue dura. Poco después de las 4 de la mañana, salieron a escena. Yo miré todo el recital a un costado del escenario. Recuerdo la sensación de fascinación, de no poder creer que estaba allí, viendo a los mismos tipos que veía en La Cueva del Rock, escuchando las mismas canciones que escuchaba en casetes y grabaciones que alguien traía de Paysandú o Montevideo. Renzo habló y bromeó bastante. No recuerdo cuánto duró ni cómo respondió un público que -en su mayoría- estaba allí por el baile semanal y no por otra cosa. Fue mi primer concierto de rock.

*Sierra es periodista y hoy gerente de Telemundo. En 2017 recordó su primer recital en sus redes sociales.


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